El sentimiento bursátil es un tema que siempre ha interesado a los inversores, principalmente porque todos pueden recordar momentos de euforia que dieron lugar a grandes debacles y momentos de extremo pesimismo que dieron lugar al nacimiento de importantes mercados alcistas.
Al fin y al cabo, como decía Sir John Templeton, "los mercados alcistas nacen en el pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren en la euforia".
Pero el sentimiento bursátil, como siempre he explicado -y de hecho dediqué un capítulo entero en mi libro El Inversor Global-, necesita ser contextualizado para utilizarse correctamente.
En un entorno económico favorable es normal que haya mayorías de optimistas a lo largo de un mercado alcista. Por ello, en esas situaciones, es un error vender sólo por el hecho de que haya optimistas.
Y lo mismo ocurre en los mercados bajistas. Si la economía está mal y va a peor, es normal que haya momentos donde aparezcan muchos pesimistas. Y comprar solo porque el sentimiento es malo, es un error de bulto mientras los fundamentales sigan a la baja.
Después de 7 semanas seguidas de descensos en el S&P 500, por fin hace 2 semanas llegó un rebote que desde mínimos absolutos ya ha llegado a anotarse casi un 10%, aunque esta semana ha moderado dicha magnitud.
Y como suele ser habitual cuando el mercado ha caído y rebota, han aparecido muchos inversores, o bien que intentan cazar suelos, o bien que creen estar antes gangas de largo plazo.
Y dado ese entorno de incertidumbre que a la vez es percibido por muchos como de oportunidad, ha empezado a analizarse cualquier cosa que sea susceptible de analizarse como parte del sentimiento de mercado.
Uno de los temas más candentes son las pesimistas declaraciones de varios directores ejecutivos (CEOs) de Wall Street, que en los últimos días han lanzado mensajes de preocupación y alarma sobre la economía y que, para muchos, es un signo claro de la realidad sombría que está por llegar, mientras que para otros es un signo claro de oportunidad "contrarian" y es momento de comprar acciones.
Es más, dado que algunos de esos ejecutivos son banqueros, no son pocos los inversores que desconfían de ese tipo de declaraciones y creen que las hacen bajo intereses ocultos. Es decir, según esta teoría, los banqueros lanzan mensajes pesimistas con la idea de que los pequeños inversores vendan y ellos puedan comprar acciones a precios de derribo.
Por ejemplo, Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, que es el mayor banco estadounidense, declaró esta semana que su entidad se está preparando para un "huracán económico".
Por otro lado, la CEO de Citigroup, Jane Fraser, ha señalado que es difícil que Estados Unidos puede evitar caer en recesión.
Y ya fuera de la banca, tenemos al icónico Elon Musk teniendo "malos pálpitos" sobre la economía y quiere despedir a 10.000 empleados.
Como señalaba anteriormente, muchos toman estas noticias como confirmación de que lo peor está por venir, mientras que otros se apuntan al carro de la Teoría de la Opinión Contraria y predicen que este es un excelente momento de compra. Pero ¿quién tiene razón?
En mi opinión, tratar de ser optimistas porque haya mucho pesimismo visible, es una simplificación extrema de la realidad y no deja de ser un análisis completamente falto de contexto fundamental. ¿Este pesimismo de los CEOs se da en medio de un entorno económico que va a ir a mejor, o por el contrario se da en medio de un entorno económico que va a ir a peor? Ese es el contexto que se hace necesario.
En mi opinión, estamos en un contexto económico que va a ir a peor y, por tanto, no tiene sentido contradecir a los CEOs pesimistas ya que estarían contando la verdad.
Pero, más allá de mi opinión sobre la economía, lo cierto es que cuantitativamente cuando los CEOs se muestran negativos con respecto a la economía, suelen acertar, como señala el índice de sentimiento de estos directivos calculado por The Conference Board.
El siguiente gráfico refleja dicho índice y se puede ver como antes de las recesiones o al comienzo de las mismas, el sentimiento declina fuertemente hasta los 40 puntos. En el segundo trimestre de este año el índice ha caído con fuerza hasta los 42 puntos, desde los 57 puntos del primer trimestre, y por tanto es una clara señal de alarma.
De nuevo, los directores ejecutivos, de forma agregada, suelen acertar. Y es normal que así sea, estamos hablando de personas que tienen la visión más panorámica de lo que está ocurriendo en la economía. Así que antes de opinar que una determinada declaración es "contrarian", habría que sopesar la realidad histórica que aquí se señala.
Por otro lado, si bien me parece curioso que muchos hayan visto estas declaraciones de los directivos como "señal de compra", más curioso me parece que se siga diciendo que estamos en un entorno especialmente pesimista. Al menos no es lo que parece leyendo las portadas o primeros artículos de 3 periódicos españoles en este sábado 4 de junio de 2022.
El Confidencial mostraba como artículo destacado nada menos que el titular "Los fondos ven cerca el final de las caídas y reducen liquidez para comprar bolsa".
Y un poco más abajo en su web, aparecía otro articulo original de Barron´s que explica las gangas que hay en el mercado.
El Economista nos muestra a toda portada 10 valores con los que batir al IBEX 35.
Y Cinco Días nos habla de como construir una cartera sólida a largo plazo.
En resumen, leyendo la prensa el lector medio verá mayoritariamente y de forma destacada, artículos y portadas que invitan al optimismo inversor, o cuanto menos que invitan a la esperanza. Oportunidades por aquí y oportunidades por allá.
En mi opinión, este no es el sentimiento propio del fin de un mercado bajista. Cuando un ciclo bajista ya ha madurado, los medios no hablan de oportunidades, sino cómo de grave es la crisis y cómo los inversores pueden protegerse de las caídas.
El sentimiento de las portadas y noticias destacadas funciona bastante bien, porque los editores lo que quieren lograr es vender muchos periódicos y muchos clicks, así que le dan a su público lo que desea en cada momento. De esta manera, los editores hacen una excelente labor de filtrado del sentimiento, porque su cargo va en ello.
Así es como veo las cosas. Si los CEOs están pesimistas, históricamente ha sido correcto seguir ese pesimismo, especialmente si se tiene la convicción de que las cosas van ir a peor. E históricamente, seguir a la prensa, especialmente cuando se muestra unánime o casi unánime, siempre es un error porque refleja la opinión y el estado emocional de las masas.
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