Este fin de semana el Financial Times ha publicado una entrevista que le han hecho a Nadal. Al posarme en la noticia pensé ¿quién quiere otra entrevista a un deportista?
Pero la leí porque Rafa Nadal tiene credibilidad como personal normal y de valor que es. Hice bien, la entrevista es excepcionalmente interesante. El periodista ¿coautor? del libro de memorias de la estrella del tenis incide en preguntarle y cuestionarse a si mismo sobre una de las características más célebres del jugador balear: su humildad.
Nunca he entendido del todo el concepto de humildad y, de hecho, no hay nada que me moleste más que la falsa humildad. Ponedme a un arrogante al lado antes que a un falso humilde. Tal vez para eso soy poco español y más anglosajón. En cualquier caso, en los últimos años me estoy reencontrando con este concepto porque no tiene los tintes tradicionalistas y religiosos que yo pensaba, sino que la humildad es una buena estrategia funcional para una mejor vida profesional y personal.
Tal vez España, como país católico que es y por muchos motivos históricos y culturales, es el país del mundo donde el concepto de humildad es más determinante. Al fin y al cabo, buena parte de la intensa batalla que durante años entablaron los entrenadores del Real Madrid José Mourinho y del F.C. Barcelona Josep Guardiola, fue en el terreno de la comunicación y la estrategia del primero fue la falsa arrogancia y la del segundo la falsa humildad. José Mourinho, a pesar de ser portugués, jamás entendió el carácter español: para triunfar en España tienes que ser o aparentar ser humilde. Al arrogante (con o sin razón) se le hunde, machaca y lincha. Al humilde (falso o no), se le respeta, escucha y alienta. Guardiola, muchos más sabio en el terreno de la comunicación, entendió esto a la perfección. El resultado continuo fue mucha presión para el técnico luso y todo los parabienes para el catalán. Presión y parabienes que repercutieron de forma directa en sus equipos.
Nadal, que no es un actor como los mediáticos dos entrenadores, sin embargo, sí es humilde de verdad. No sé cuál es el origen de su humildad (religioso, familiar, cultural, etc) pero no me importa su vida privada. Lo que me interesa es su humildad deportiva y cómo practica la humildad para conseguir sus metas. Traduzco -libremente- de la entrevista:
RN - "Mira, es verdad que al máximo nivel hay jugadores super arrogantes y super seguros de sí mismos, pero no es el único camino. El mío es este: cuando crees que todo te va a ir bien porque eres quien eres y porque eres buenísimo, ese el momento en el que te vuelves descuidado y dejas de trabajar duro y dejas de luchar por cada punto. Pierdes la intensidad y si es verdad que las cosas te pueden ir bien durante un tiempo porque estás en una buena racha, esta en realidad no durará. Bajas las guardia cuando dejas de tener dudas sobre ti mismo. Yo siempre dudo de mi, nunca he creído que soy bueno ni tampoco lo creo ahora"
JC - ¿Qué no eres bueno? ¿no puedes hablar en serio?
RN - No, no, no, lo digo en serio. Es evidente que mis números dicen que soy bueno, es verdad. Sé que soy el número 1 porque los números lo dicen. Pero no me veo de esa manera.
JC - ¿Eres una suerte de impostor? ¿No sientes que te mereces estar donde estás?
RN - Sí, algo como eso. Me refiero, por ejemplo, cuando voy a la pista no me veo capaz de ...¿cómo lo explico?...veo muy difícil ganar el Abierto de Estados Unidos, Roland Garros. Siento que es muy muy difícil ganar estas cosas ¿me entiendes? Mira Tiger Woods, cuando lo veo jugar y dar un golpe pienso que la va a meter porque es muy bueno y él sabe que es muy bueno. Miro a Federes o a Djokovic y siento lo mismo. Pero cuando se trata de mi, y a pesar de que la racionalidad me dice que ellos me ven de la misma manera, realmente tengo dudas. Estoy a punto de empezar un nuevo año y una nueva temporada y no tengo ni idea de si voy a ganar algo. Sé que cuando llegue a Australia va a ser muy duro para mi porque es difícil ganar allí. Una vez que ya estoy en la pista, entonces, todo es diferente. Estaré preparado para competir y sabré que en los momentos de mayor presión responderé adecuadamente, pero nunca pienso que voy a ganar porque sea mejor que ningún otro jugador. Nunca lo pienso.
Invirtiendo ocurre lo mismo. Hay un dicho que es un axioma en Wall Street y que dice: "eres tan bueno como tu última operación". Y así es, a la hora de invertir no solo tenemos que conocer la psicología del mercado sino la nuestra propia. La humildad, te guste o no, es absolutamente necesaria porque es funcional. No somos nadie por haber acertado la última, dos últimas o tres últimas operaciones. Pronto la tendencia cambiará o al menos se tomará un respiro lateral y volverás a tener que empezar un nuevo partido. Si cuando llegan las nuevas circunstancias éstas te pillan pensando en el pasado o en lo bien que lo hiciste, entonces estás fuera. No eres el mejor cuando aciertas varias operaciones, no eres el peor cuando te equivocas muchas seguidas. Eres el resultado de múltiples operaciones a lo largo de un extenso periodo de tiempo y de como reaccionaste emocionalmente a cada uno de los vaivenes de la diosa fortuna. Mantén tu cabeza fría cuando ganas, respira profundo cuando pierdes y mira hacia adelante porque agua pasada no mueve molino.
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