¿Qué hay detrás de la excepcionalidad española?

10 de abril, 2012 0
Inversor particular. Profesor en el Centro de Estudios OMMA y el Título de Experto en Bolsa y Mercados de la Universidad de Alicante. Director... [+ info]
Inversor particular. Profesor en el Centro de Estudios... [+ info]

En primer lugar, gracias a todos por los comentarios en el anterior post, en el que mostré un gráfico y planteé el porqué del mismo. En esta entrada quiero ofrecer algunas hipótesis e ideas, aprovechando los comentarios. Aclaro que se trata de hipótesis, esto es, ideas que habría que contrastar con datos. Desgraciadamente, datos comparables y homogéneos sobre esta área son escasos. Por ejemplo, no existe, que haya encontrado, una serie temporal que cubra una década entera, y mucho menos datos históricos...

Recuerdo que lo que se pretende explicar es la EXCEPCIONALIDAD ESPAÑOLA (también la podríamos llamar ANOMALÍA). Y aquí les presento otro gráfico, que quizá no es tan visual como el anterior, pero es igualmente revelador. Muestra los cambios porcentuales en el número de nuevas empresas respecto al año anterior, en una muestra de países más amplia que el anterior gráfico.

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De nuevo, lo sucedido en España no tiene parangón con los países de la OCDE de la muestra. Tanto entre 2008/2007 como en 2009/2008 la caída en creación de nuevas empresas es la máxima en España respecto a estos países. Para ver el contraste, vean lo que pasa en UK, Nueva Zelanda o Australia: 2008 respecto a 2007 es muy malo en relación a este indicador (aunque no peor que España). Sin embargo, 2009 respecto a 2008 la cosa mejora bastante; por ejemplo en Australia se llega a tener creación neta de empresas. Una lástima que no aparezcan Portugal o Grecia... ¡tampoco Irlanda!.

Pero lo de Portugal tiene remedio, tomando datos de otra fuente, en este caso del Banco Mundial: en concreto, 2010 World Bank Group Entrepreneurship Snapshots (WBGES). Lo que muestro a continuación es el indicador de "Densidad de entrada de nuevas empresas", entendido como "Número de nuevas empresas de responsabilidad limitada registradas formalmente en un año particular, por 1000 personas entre 15-64 años". 

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Vemos que la caída en España es importante, mientras que en Portugal sigue el patrón de Francia. Un hecho muy destacable es que el desplome de este indicador en España comienza en 2007, desplome que continúa con tanta intensidad al año siguiente.  (Esto se veía en el anterior gráfico también). Téngase en cuenta que el comportamiento de Portugal es atípico. 

(Bien, pues llevamos ya unos cuantos párrafos y gráficos y todavía no he empezado con el objeto de esta entrada. Típico...)

Lo primero que hay que tener en cuenta es el aspecto cíclico de todo esto: el ciclo de AUGE y RECESIÓN. Antes de la recesión existió el auge, dinero barato y abundante, precio de los activos subiendo non-stop, euforia generalizada... que se traduce, en lo que a nosotros nos importa ahora, en creación desorbitada de nuevas empresas. Cuando digo desorbitada es que era DEMASIADO, reflejo del desenfreno de la economía española en general, y el sector inmobiliario-constructor en particular. Vamos, una borrachera de euforia y crédito de cuidado que como "mejor" termina es cortando de raíz los excesos y afrontando la realidad. Esa realidad es un ajuste brutal en muchos frentes: quiebras y cierres empresariales, ajustes de precios, desapalancamiento, destrucción de empleo (ya me estoy desviando del tema central... aterrizemos), menor dinamismo empresarial...

Aquí tienen los datos de creación de nuevas empresas de España, en términos absolutos, según la fuente del Banco Mundial antes citada. El gráfico empieza en 2004 porque no hay más, desafortunadamente.

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Primer punto, entonces: era normal que se produjera una caída notable en la creación de nuevas empresas en España. Ahora, ¿y qué pasa con el resto de países? (No olvidemos que esto se trataba de explicar la excepcionalidad española en relación a otros países). Pues en este sentido, algo se puede explicar: el ciclo ha sido bastante más virulento en España que en otros países. Esto se puede "demostrar" con el tamaño de la burbuja inmobiliaria, que fue en España considerablemente mayor que en otros países (donde no hubo, como Alemania, o donde fue menor, como Reino Unido... quizás con la excepción de Irlanda). Otro indicador es la brutal entrada de dinero proveniente de la expansión crediticia que venía del BCE, que fue a parar principalmente a Irlanda y España.

Aquí el elemento de la construcción puede ser una pieza clave. Dado que la división del trabajo y el conocimiento y la especialización aparejada son de las grandes cosas de la economía moderna, delego en este fantástico y muy completo análisis del sector, con datos muy ilustrativos y que vienen como anillo al dedo de lo que estamos comentando. Me interesa sobre todo este párrafo sobre, precisamente, las empresas de nueva creación:

Hasta 2008 el número de empresas generadas por el sector de la construcción ascendió a 780.000, con una media de casi 89.000 nuevas empresas cada año. Estas cifras son considerables teniendo en cuenta que la media de creación de empresas para el total de sectores se acercaba a 370.000. De esta forma, alrededor de 1/4 de las empresas que se creaban cada año en España estaban dedicadas a la construcción. Esta proporción llegó a su cima en 2007, año en el que este tipo de empresas supusieron el 30% de todas las que se crearon ese año. A la luz de los resultados, parece que el estallido de la crisis se encontraba lejos de ser evidente, al menos para los más directamente involucrados. 

Y este gráfico:

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Fíjense. El perfil de la serie de datos de altas de empresas de construcción es muy parecido que el perfil de creación de nuevas empresas de la economía española en su conjunto. 

Por tanto, parece plausible la hipótesis de que parte de esa "excepcionalidad española" se deba a la excepcionalmente grande burbuja inmobiliaria en España; lo que dio lugar a una explosión de empresas relacionadas con este sector que dependían de unas condiciones financieras insostenibles (tipos de interés por los suelos, negativos en términos reales).

Pero hay más. En los comentarios se menciona la "cultura empresarial". Estoy de acuerdo que ésta no es buena en absoluto para la generación de un entorno empresarialmente dinámico. Pero me parece difícil creer que el elemento cultural, que por su propia naturaleza no suele cambiar bruscamente en cortos periodos de tiempo, explique un fenómeno coyuntural.

Luego está el tema del entorno administrativo y regulatorio, que sin duda es un lastre para la creación de empresas. Nuevamente, es un elemento que no cambia de la noche a la mañana, pero aquí sí existen elementos interesantes e importantes matices. Por ejemplo la regulación laboral. No ha cambiado en el periodo considerado, pero sin embargo sí puede haber jugado un papel, dado que las rigideces que caracterizan nuestro sistema laboral pueden generar mayores resistencias que en otros países a establecer una nueva sociedad de responsabilidad limitada (que es lo que miden los indicadores de arriba, al menos los del Banco Mundial). Otros elementos de nuestro pésimo marco regulatorio también han podido exacerbar el ciclo de creación de empresas (teniendo un efecto pro-cíclico en la recesión).

Sí me parece relevante lo que comentaba un comentarista: la "incertidumbre de régimen", tema sobre el que he publicado anteriormente. Es un concepto que se ha aplicado sobre todo en Estados Unidos (básicamente porque el que ideó el concepto, Robert Higgs, es americano). Yo hice un intento de aplicarlo a España, y en concreto a la gestión de política económica de Zapatero. En pocas palabras, esta gestión ha sido nefasta (y me temo, lo sigue siendo), en una parte importante por la improvisación y la incertidumbre que transmite sobre inversores y empresarios. Y lo que éstos necesitan es precisamente estabilidad y certidumbre del marco regulatorio, fiscal, etc. para llevar a cabo sus operaciones.

Y me queda el tema de la financiación y el crédito, que, como hipótesis, pienso que es crucial. Pero aquí también volvemos a lo que comentábamos acerca del aspecto cíclico: el crédito se expandió de forma desorbitada, y a partir de 2007 se ha vivido una contracción del crédito que era reacción de lo anterior. Pero solo en parte. Porque este asunto podría haberse suavizado si el sector bancario español se hubiera saneado de forma rápida (de nuevo, nefasta gestión de política económica en un sector clave), y si el endeudamiento público no hubiera acaparado la inmensa mayor parte de la financiación de los bancos (efecto crowding-out: AAPP captan el crédito que en otro caso, podría haber ido a parar al sector privado). Y este elemento puede explicar otra parte de la excepcionalidad. 

En este sentido, me gustó el punto que hizo un comentarista: "en España dependemos demasiado de los bancos, falta de financiación privada (business angels, etc...)". Esta falta de alternativas de financiación para el tejido productivo es un elemento interesante. ¿Es algo excepcional en nuestro entorno?

Por último, Juan Carlos Barba señalaba a las expectativas: "Los emprendedores responden a expectativas. Si las expectativas son mucho más negativas que en otros países es inevitable que haya menos emprendedores." Este punto está relacionado con la "incertidumbre de régimen" también. 

Bueno, seguramente me dejaré algo en el tintero, pero esta entrada tiene que terminar un día u otro. Espero que haya aclarado algo y aportado hipótesis plausibles. 

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