En primer lugar, gracias a todos por los comentarios en el anterior post, en el que mostré un gráfico y planteé el porqué del mismo. En esta entrada quiero ofrecer algunas hipótesis e ideas, aprovechando los comentarios. Aclaro que se trata de hipótesis, esto es, ideas que habría que contrastar con datos. Desgraciadamente, datos comparables y homogéneos sobre esta área son escasos. Por ejemplo, no existe, que haya encontrado, una serie temporal que cubra una década entera, y mucho menos datos históricos...
Recuerdo que lo que se pretende explicar es la EXCEPCIONALIDAD ESPAÑOLA (también la podríamos llamar ANOMALÍA). Y aquí les presento otro gráfico, que quizá no es tan visual como el anterior, pero es igualmente revelador. Muestra los cambios porcentuales en el número de nuevas empresas respecto al año anterior, en una muestra de países más amplia que el anterior gráfico.
De nuevo, lo sucedido en España no tiene parangón con los países de la OCDE de la muestra. Tanto entre 2008/2007 como en 2009/2008 la caída en creación de nuevas empresas es la máxima en España respecto a estos países. Para ver el contraste, vean lo que pasa en UK, Nueva Zelanda o Australia: 2008 respecto a 2007 es muy malo en relación a este indicador (aunque no peor que España). Sin embargo, 2009 respecto a 2008 la cosa mejora bastante; por ejemplo en Australia se llega a tener creación neta de empresas. Una lástima que no aparezcan Portugal o Grecia... ¡tampoco Irlanda!.
Pero lo de Portugal tiene remedio, tomando datos de otra fuente, en este caso del Banco Mundial: en concreto, 2010 World Bank Group Entrepreneurship Snapshots (WBGES). Lo que muestro a continuación es el indicador de "Densidad de entrada de nuevas empresas", entendido como "Número de nuevas empresas de responsabilidad limitada registradas formalmente en un año particular, por 1000 personas entre 15-64 años".
Vemos que la caída en España es importante, mientras que en Portugal sigue el patrón de Francia. Un hecho muy destacable es que el desplome de este indicador en España comienza en 2007, desplome que continúa con tanta intensidad al año siguiente. (Esto se veía en el anterior gráfico también). Téngase en cuenta que el comportamiento de Portugal es atípico.
(Bien, pues llevamos ya unos cuantos párrafos y gráficos y todavía no he empezado con el objeto de esta entrada. Típico...)
Lo primero que hay que tener en cuenta es el aspecto cíclico de todo esto: el ciclo de AUGE y RECESIÓN. Antes de la recesión existió el auge, dinero barato y abundante, precio de los activos subiendo non-stop, euforia generalizada... que se traduce, en lo que a nosotros nos importa ahora, en creación desorbitada de nuevas empresas. Cuando digo desorbitada es que era DEMASIADO, reflejo del desenfreno de la economía española en general, y el sector inmobiliario-constructor en particular. Vamos, una borrachera de euforia y crédito de cuidado que como "mejor" termina es cortando de raíz los excesos y afrontando la realidad. Esa realidad es un ajuste brutal en muchos frentes: quiebras y cierres empresariales, ajustes de precios, desapalancamiento, destrucción de empleo (ya me estoy desviando del tema central... aterrizemos), menor dinamismo empresarial...
Aquí tienen los datos de creación de nuevas empresas de España, en términos absolutos, según la fuente del Banco Mundial antes citada. El gráfico empieza en 2004 porque no hay más, desafortunadamente.
Primer punto, entonces: era normal que se produjera una caída notable en la creación de nuevas empresas en España. Ahora, ¿y qué pasa con el resto de países? (No olvidemos que esto se trataba de explicar la excepcionalidad española en relación a otros países). Pues en este sentido, algo se puede explicar: el ciclo ha sido bastante más virulento en España que en otros países. Esto se puede "demostrar" con el tamaño de la burbuja inmobiliaria, que fue en España considerablemente mayor que en otros países (donde no hubo, como Alemania, o donde fue menor, como Reino Unido... quizás con la excepción de Irlanda). Otro indicador es la brutal entrada de dinero proveniente de la expansión crediticia que venía del BCE, que fue a parar principalmente a Irlanda y España.
Aquí el elemento de la construcción puede ser una pieza clave. Dado que la división del trabajo y el conocimiento y la especialización aparejada son de las grandes cosas de la economía moderna, delego en este fantástico y muy completo análisis del sector, con datos muy ilustrativos y que vienen como anillo al dedo de lo que estamos comentando. Me interesa sobre todo este párrafo sobre, precisamente, las empresas de nueva creación:
Hasta 2008 el número de empresas generadas por el sector de la construcción ascendió a 780.000, con una media de casi 89.000 nuevas empresas cada año. Estas cifras son considerables teniendo en cuenta que la media de creación de empresas para el total de sectores se acercaba a 370.000. De esta forma, alrededor de 1/4 de las empresas que se creaban cada año en España estaban dedicadas a la construcción. Esta proporción llegó a su cima en 2007, año en el que este tipo de empresas supusieron el 30% de todas las que se crearon ese año. A la luz de los resultados, parece que el estallido de la crisis se encontraba lejos de ser evidente, al menos para los más directamente involucrados.
Y este gráfico:
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