¿Qué hacer tras un giro del mercado? (+ Reflexión de Kostolany)

25 de abril, 2012 0
Gestor cuentas gestionadas en GPM Sociedad de Valores. Profesor del Experto de Bolsa de la Universidad de Alicante Autor libro "El Inversor... [+ info]
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En el último artículo “¿Se parece el IBEX de 2012 al de 2009?”, donde hablaba sobre como entender cuando probablemente se estaba dando el giro verdadero de mercado con velas Heiken Ashi, alguien comentaba:

"He estado cotejando el mirar los gráficos en velas semanales y es cierto que en muchos casos indica bien el cambio de tendencia pero también es cierto que en esa semana puede subir la bolsa un 20 o 30% y si encima te coge uno de los falsos suelos o rebote del gato muerto, entonces estás apañado. Por lo tanto el sistema no sería muy preciso."

Y es totalmente cierto. La distancia entre el suelo y el momento en que una vela Hieken Ashi se muestra alcista en base semanal, suele ser, en términos absolutos, una distancia enorme: 

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Es lo que tiene, las velas señalan con alta probabilidad un giro verdadero. Y si se muestra incorrecto una vez, el segundo giro suele ser el bueno. La parte débil de estos giros de alta probabilidad es que la distancia entre el suelo y “la señal” es enorme.

¿Qué hacer? 

La respuesta es difícil porque depende de cada uno y de su estilo de trading. Si uno es un especulador de largo plazo que pretende comprar recesión para vender el boom, mi opinión es que no hay mucho más que hacer porque pretender pillar el suelo definitivo si o si es imposible. Unas veces comprando directamente con esta señal le saldrá bien, pero otras veces se tendrá que “comer” un draw down del 30% que a veces durará uno o dos años. No suele ser corriente, pero ocurrirá algunas veces a la largo de la vida. 

Sin embargo, si uno es un trader/especulador de corto plazo, desde swing trader que opera a 3-15 días hasta un daytrader o un operador que opere a muy pocos días, yo entiendo que esta forma de analizar los giros del mercado es muy buena también. 

¿Por qué? porque una vez que uno identifica un cambio en la tendencia macroeconómica (como he señalado por ejemplo en el artículo “Europa saliendo de la recesión”) y a la vez observa un giro en velas semanales de Heiken Ashi, puede aplicar su propia técnica de trading a favor del análisis que sugiere que la tendencia alcista es la más probable.  

Es lo que siempre digo. Cuando analizo el mercado aquí (sobre todos estos análisis de medio plazo) no estoy proponiendo entradas y salidas, sino hablando de la tendencia y giros del mercado. De donde está el potencial y las probabilidades. A partir de ahí, si uno considera ese análisis como correcto, puede aplicar su trading de corto plazo, ya sea con breakouts, comprando en los retrocesos, con medias, vamos con la forma que sea y con sus correspondientes stops. 

Lo digo en mi curso. Mi forma de analizar no es excluyente de otras formas de operar, al revés, creo que se puede integrar mi forma de analizar y la operativa más o menos satisfactoria que uno ya tiene. Lo que le aportaría mi análisis a un operador, es una visión de medio plazo de alta probabilidad que el operador podría exprimir no poniéndose nunca corto cuando por ejemplo surge una vela alcista en Heiken Ashi y la tendencia macro está cambiando o sigue mejorando. 

Quería insistir en este punto y que quienes consideran interesante esta forma de analizar, la intenten integrar en su operativa para aumentar su fiabilidad.

Pero lo que más me interesa hablar no es esto. Sino preguntar ¿vale más la pena comprar una vez y mantener durante 2, 3 o 4 años? o ¿vale más la pena hacer muchas operaciones de corta duración a lo largo de todo el ciclo alcista bursátil?

Ya digo que jamás he comprado en una vela Heiken Ashi alcista y mantenido mucho tiempo. Al revés, siempre he usado las velas Heiken Ashi como el punto de partida desde el que hacer operaciones. Pero ¿vale la pena?

Kostolany, en el libro El Fabuloso mundo del Dinero y la Bolsa, decía que la diferencia entre un jugador y un especulador es esta (encontré el libro, está aquí gratis
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El especulador compra en el punto A y vende en el punto Z. Toma todo el movimiento, o un movimiento muy amplio de la bolsa. Es paciente. 

Sin embargo el jugador es el que opera o intenta operar todas las oscilaciones entre el punto A y Z. 

No estoy moralizando aquí. Si me tengo que definir, tengo que decir que soy un jugador como he dicho antes. La cuestión ¿qué vale más la pena?

¿Vale la pena operar 100 veces en un ciclo alcista para ganar lo mismo (o probablemente menos) que si hubiera comprado en el punto A y vendido en el punto Z?

Esto es lo que decía Kostolany, copio casi todo el apartado en cuestión. Creo que es interesante para la reflexión: 

Si aceptamos, como así es, que la Bolsa no es sólo especulación sino también, frecuentemente, un juego de azar, incluso bastante peligroso, hemos de tener en cuenta que existen algunas reglas elementales, las llamadas reglas del juego, que tienen que ser respetadas. Una de esas reglas dice queaquel que especula a plazo medio debe limitarse estrictamente a este terreno y que aquel que especula a corto plazo tampoco debe salirse del suyo. Se trata de dos terrenos fundamentalmente distintos. Cuando uno se pasa de un campo al otro no tendrá éxito en ninguno de los dos. Las reglas del juego de esos dos campos son distintas, y las de uno de ellos no pueden ser aplicadas al otro.Cuando se especula a plazo medio y se sigue una idea básica, no se debe dejar influir por los acontecimientos cotidianos ni por los caprichos oscilantes tan marcados de la Bolsa. Por el contrario, quien actúa de un día a otro, no debe dejarse llevar por reflexiones a largo plazo. Es comoel jugador de ruleta que va de una mesa a otra en el casino. Se incluye entre los jugadores de azar típicos. Le sonríe la suerte y ha ganado sus cincuenta mil o sus quinientas mil pesetas cuando abandona el casino, o en su caso la Bolsa, con la única satisfacción de haber ganado una buena suma. Carece del edificio intelectual y del espíritu aventurero del auténtico especulador, que analiza todos los acontecimientos para sacar de ellos las oportunas consecuencias.


Supongamos que esta curva (nota Hugo: la que he puesto más arriba) expresa el desarrollo de las cotizaciones de la Bolsa dentro de un determinado período de tiempo. El bolsista que especula a corto plazo tendrá que realizar verdaderas acrobacias para conseguir siempre un beneficio entre X e Y. Podrá tener éxito en caso de que sea un hábil especialista en bailar a la cuerda floja. Pero ocurre en muy pocos casos en que el jugador sepa dar con el momento adecuado entre X e Y. La institución de los brokers estaba y sigue estando interesada en educar al público para que siga a diario las noticias de la Bolsa, a fin de que pueda aprovechar las oscilaciones de la curva de cotizaciones de manera positiva. Su razón es la siguiente: el que se compre y se venda, se vuelva a comprar y a vender, significa una mayor inversión de capital en la Bolsa, y por lo tanto aumenta también sus comisiones.


Por esa razón todos se han dedicado de pleno a la tarea de conseguir que el público se haga sensible a las noticias diarias. Esta supersensibilización del público hace que se tenga que observardía a día, semana a semana, la marcha de los negocios de una sociedad. Incluso en el caso de noticias de escasa importancia, como por ejemplo una nueva emisión o la retirada de acciones de una sociedad hace que surjan de inmediato encargos para la compra o la venta de papel.El especulador no toma en consideración estas pequeñas desviaciones. Se limita a seguir la tendencia: la línea recta ascendente que va de A a Z señala una continuada subida de Bolsa, pese alas oscilaciones provisionales a la baja o al alza. La especulación con la línea recta A-Z se sustenta en motivaciones muy distintas de las que sirven de base al juego especulativo a corto plazo, entre B y C. El especulador a largo plazo se basa en otros elementos fundamentales: la política del dinero y la de los créditos, el tipo de intereses, la expansión económica, la situación internacional, la balanza comercial, los informes de las sociedades, etc., y no se deja influir por las noticias cotidianas secundarias. Dicho en pocas palabras: tiene ideas, correctas o equivocadas, pero al fin y al cabo ideas. Esto es un paso para incorporarse al grupo de los duros.

Supongamos que el especulador juega al alza, especula con ella y ve que, debido a un determinado acontecimiento, el alza se detiene o cae de manera provisional, como por ejemplo si el presidente de los Estados Unidos sufre un ataque cardíaco (Eisenhower lo sufrió en 1955), o se produce un terremoto en América del Sur. Pues bien; eso no induce al jugador de Bolsa a tirar de inmediato por la borda todo su edificio especulador sino que lo mantiene. Por el contrario, el especulador a corto plazo, el que juega al día, tiene que prestar oído a cualquier rumor, oír hasta el más débil sonido, escuchar cualquier insinuación y valorar inmediatamente cualquier información asu alcance. Debe poseer agilidad y adaptabilidad y estar dispuesto a cambiar su programa en todo momento.


Con gran frecuencia, el jugador de Bolsa a corto plazo llega a ésta frecuentemente con una cartera llena de órdenes ya a punto. Después estudia de dónde sopla el viento ese día, adapta rápidamente su programa a las circunstancias y, en vez de vender, compra. El especulador a cortoplazo es el táctico, mientras que el especulador a largo plazo es un estratega. La diferencia entre operaciones tácticas y operaciones estratégicas es de gran importancia en el terreno de la Bolsa.Para no caer en la tentación de cambiar su opinión, incluso es mejor que el especulador no acuda personalmente a la Bolsa. Debe hacer un rodeo antes de acudir allí para evitar el peligro de ser contagiado por un ambiente tan caprichoso y variable como el cielo sobre la costa. O tiene quemostrarse extremadamente firme y convencido de la certeza de sus puntos de vista, hasta el punto de que las opiniones de los que piensan de manera distinta a la suya no le influyan en absoluto.

Cuando el cañón suena, compra; cuando se oyen las notas del arpa, vende

En lo que a mí respecta, casi he perdido por completo la costumbre de visitar el despacho de un agente, sobre todo cuando ya he tomado previamente una decisión. Sin embargo, cuando me dejo arrastrar por un resto de curiosidad y acudo a visitar alguno de ellos o voy a la Bolsa, me esfuerzo en mantenerme al margen del tumulto, de los rumores, los comentarios e incluso los informes sobre las oscilaciones de las cotizaciones, para no dejarme influir por ellos en absoluto. Prefiero decidir asolas, encerrado en mi despacho, lo más lejos posible de todo ambiente histérico. Hablando con toda sinceridad: tomo las mejores decisiones escuchando música. Eso ha quedado demostrado en la práctica con bastante frecuencia. Lo principal es mantenerse al margen de la opinión generalizada.Casi siempre hay que abandonar el mercado «cuando las voces claman al cielo» e incorporarse a élcuando «todo está mortalmente callado».

Ahí queda la reflexión. ¿Largo plazo? ¿corto plazo? ¿jugar? ¿especular? Mi opinión es que aunque es muy sugerente el corto plazo, la realidad es que no vale la pena comprar y vender 100 veces lo que podría comprarse solo una o a lo sumo dos o tres. 


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