La indexación en España sigue de moda y diría que en pleno apogeo. Lo raro no es que esto esté ocurriendo, sino que haya llegado tan tarde, pero bueno, así es nuestro país.
De hecho, desde hace ya muchos años existían fondos índices, pero estos eran fondos de las gestoras de los bancos y cobraban precios propios de la gestión activa. Nada raro, en el banco se tienden a vender los productos financieros de peor calidad y más caros. Como muestra tenemos el Fondo Naranja Ibex 35 de ING, que por no hacer nada te cobra un 1,09% entre comisión y depositaría, o su Fondo Naranja Standard & Poor´s 500, que cobra lo mismo.
Ahora, por fin hay precios más competitivos gracias a algunos nuevos actores que han entrado en escena en los últimos años poniendo en entredicho el modelo de las gestoras de la banca, pero siguen ofreciendo precios elevados para la mayoría de clientes si hacemos una comparativa con otros países.
Por ejemplo, ya en EE.UU. existen múltiples productos indexados por los que no te cobran y, en todo caso, recuérdese que esto de la indexación se puede replicar de forma totalmente gratuita, simplemente comprando las principales acciones que representen el índice y manteniendo en el largo plazo.
De hecho, por eso las comisiones de la gestión pasiva tienden a 0, porque esencialmente el valor diferencial que aporta es muy pequeño, sólo ofrece algo más de comodidad. La diferencia es que la comodidad en España sale aún cara, a pesar de los nuevos actores y en EE.UU. te la dan gratis como una amenity más.
Pero bueno, esto es cuestión de tiempo y cada poco salen noticias donde los actores indexados españoles rebajan más sus comisiones. Llegarán a 0 porque, al final, su negocio será atraer a los clientes con lo gratis, para venderles una hipoteca o un seguro.
Entrando en materia, la primera característica que se puede decir de la indexación es que es una excelente idea y estrategia. Dijo Warren Buffett que John Bogle, uno de los padres modernos de la indexación (modernos porque la indexación ya existía incluso en el crash de 1929), era la persona que conocía que más había hecho en favor de los inversores individuales. No sé si fue Warren u otra persona quien dijo que Bogle se merecía una estatua, pero desde luego así es.
La indexación es atractiva porque parte de dos premisas: (i) la mayoría de los gestores activos no baten a sus índices de referencia en el largo plazo y (ii) las más altas comisiones de la gestión activa lastran significativamente las rentabilidades en el largo plazo, más cuando se entiende el largo plazo desde el punto de vista de la rentabilidad compuesta, o esa que se va sumando sobre la ganancias anteriores.
Estas dos premisas son indiscutibles, porque son verdades, pura estadística y matemática. De hecho, si uno consigue invertir de forma indexada y mantenerse disciplinado batirá a la gran mayoría de gestores y obtendrá unas rentabilidades superiores, sólo por el hecho de ahorrar comisiones.
Entonces ¿de qué va este artículo que en su primera frase dice que la indexación también puede ser peligrosa? Hoy escribo esto para explicar que dos verdades no cuentan toda la verdad. O que incluso dos verdades pueden estar muy lejos de la realidad de la mayoría de los inversores. Es bonito pensar que las cosas son sencillas, pero suelen ser mucho más complicadas.
El peor inversor
En primer lugar hay que tener en cuenta que cuando se habla de que los gestores lo hacen peor que sus índices de referencia, hay todavía un tipo de inversor que lo hace peor: el inversor individual.
Según datos de J.P. Morgan, en los últimos 20 años el S&P 500 ha rendido un 6,1% anual, la estrategia 60% renta variable / 40% renta fija un 5,6% y los bonos un 5%, mientras que el inversor medio ha obtenido un 2,5% ("average investor" en el gráfico), poco más que la inflación.
Teniendo en cuenta que el inversor medio invierte sobre todo en renta variable y renta fija, no hay duda de que su resultado es pésimo, no sólo peor que el de los índices, sino, de lejos, peor que los gestores, los cuales, por lo general, no suelen alejarse demasiado de sus índices de referencia (esto es así porque si no les despiden).
Las empresas que ofrecen servicios de indexación suelen recalcar que las gestoras activas y las altas comisiones hacen que la mayoría de las veces se obtengan resultados peores que los índices. Pero lo cierto es que sería mejor comparar lo que hacen unas personas (los gestores profesionales) y lo que hacen otras (inversores no profesionales) con respecto a los índices. Entonces el cuadro es otro.
¿Por qué ocurre esto? simplemente por cómo funcionamos las personas. La enorme mayoría tiende a sobreponderar en estilos y estrategias que están calientes, llámese value, growth o indexación, por nombrar tres. Y cuando estos estilos pierden o no son muy rentables, los dejan de lado para saltar al siguiente estilo de inversión que lo esté haciendo bien en ese momento (o lustro). Esto se conoce como behavior gap.
Si todos son personas, ¿por qué los inversores individuales obtienen peores resultados que los gestores activos? Desde luego no porque los gestores sean más inteligentes, que no es el caso. Son igual de listos, o de tontos, y además sufren de los mismos sesgos conductuales.
La respuesta es muy sencilla. Los gestores trabajan en empresas donde si bien es deseable que se bata al mercado, lo esencial es que el resultado no se aleje, en el peor de los casos, de los índices de referencia. Si un gestor obtiene un resultado muy malo, muy alejado de su índice, entonces es despedido. Y ante la disyuntiva de perder su sueldo, simplemente no intentan pensar de forma muy diferente de la de su índice de referencia. No es casualidad que exista una frase hecha que dice "no se despide a nadie por comprar IBM", que traducida al mundo actual sería algo así como "no se despide a nadie por comprar Alphabet".
De esa manera casi toda la industria de inversión no deja de ser un intento caro de indexación, ya que pocos corren riesgos de hacer las cosas de forma diferente porque si sale mal te despiden o caes en el ostracismo. Sin embargo, el inversor individual, que no tiene riesgo de ser despedido, cuando tiene una estrategia que pierde o siente una gran incertidumbre, soluciona su problema con un simple click, saliéndose del fondo o estrategia en la que estaba invertido.
Esto, cuando se está en medio de una gran crisis financiera, en donde se pone en tela de juicio el propio sistema capitalista (2008) o incluso la permanencia de la eurozona (2010-2012), es una gran ventaja para los gestores profesionales sobre los inversores individuales.
El primero, con seguir la política que le exige la empresa, esa de seguir invertido de forma no muy diferente a la de su índice de referencia, tiene más que suficiente para intentar salvar su puesto de trabajo. El segundo, sin presión coercitiva externa de ningún tipo, pero normalmente guiado por su miedo y su esposa o marido, se sale del mercado o de la estrategia en el peor momento.
Pero esto no ocurre solamente cuando hay crisis. Es bien conocido que en la mayoría de fondos activos de gran éxito, el resultado medio de los inversores es muy pobre. Tan fuertes son las derrapadas emocionales de los inversores individuales, que incluso en el mejor fondo de los años 80, el Fidelity Magellan de Peter Lynch, que rindió un increíble 29% anual, resulta que el inversor medio de dicho fondo perdió dinero.
Esto demuestra que el rasgo indisciplinado de los inversores individuales es un rasgo persistente y universal. Muchos de los que hoy se ponen el perfil de las redes sociales con la imagen de Bogle, hace una década lo hacían con la imagen de Paramés. Y, sin embargo, hoy le insultan sin pudor alguno.
Algunos dirán que no, que el inversor indexado es más disciplinado que el inversor individual en estrategias activas, pero esto no es cierto. La gran mayoría de los inversores, ya sean en acciones, en fondos indexados, en activos o lo que sea, son víctimas de los mismos tipos de sesgos universales. Y, por supuesto, hay unos pocos inversores disciplinados -lo menos- que podrán sacar todo el partido de la indexación o de cualquier otra estrategia que sigan. Son la excepción a la regla.
Esto del behavior gap de los inversores individuales es también una verdad, cierta pero todavía más relevante que las verdades de que los gestores activos no baten en su mayoría a los índices y que las comisiones altas lastran los resultados de largo plazo. Es curioso como con dos verdades las cosas pintan de una manera y, cuando añades una tercera verdad, las cosas pintan de otra.
Es por todo esto, por cómo es la realidad a la hora de la verdad, que recomendar indexación puede ser un consejo malo, a pesar de que como herramienta la inversión indexada es excelente. Decir que es mejor invertir de forma indexada porque los gestores no baten a los índices y las comisiones van lastrando la rentabilidad en el tiempo, es como dejar que los árboles no te permitan ver el bosque.
Demasiado porno y poco amor
Parte del problema con el ahorro y la inversión es el mismo problema que existe con todas las cosas que nos rodean. ¿Es el pan bueno o malo? Pues todo depende. Siempre hay matices y circunstancias personales. En los mercados financieros pontificar no suele funcionar porque las reglas universales no sirven de nada.
La pornografía es explícita mientras que el amor es íntimo, da cariño y ofrece cuidados. El porno es barato mientras que el amor es caro (exige).
Cuando se dice que una determinada estrategia es la mejor -sea cual sea- y para ello se exhiben impudorosamente dos verdades sin mayores consideraciones, entonces se está practicando pornografía financiera barata y de mala calidad.
Te quieren vender algo, quedarse con tu dinero y le importas una mierda el cómo te sientas luego, cuando ves que la estrategia no es suficiente para solventar los problemas conductuales que sufres como inversor, cuando las cosas se ponen feas, justo cuando más necesitas tu dinero.
¿Entonces qué es el amor? Hay muchos grados de amor, pero en esencia el amor es un acto personal, donde alguien no te da un consejo barato, sino que se preocupa por ti, por tus circunstancias y las consecuencias futuras de tus actos. Alguien que entiende quién eres y cómo eres, independientemente de lo que digas con la boca. Pero claro, el amor requiere tiempo, dedicación y exige mucho, es decir, es caro.
Amor no es que te hagan rellenar un cuestionario de perfil de inversor y que te ofrezcan una indexación de un tipo u otro, sobre todo cuando la gente miente y se miente a sí misma en esos cuestionarios que nadie verifica. Eso sigue siendo porno. Mentirás, queriendo o sin querer, en el formulario. Te asignarán una estrategia, seguramente poco válida para ti y tus circunstancias y, cuando la cosa se ponga chunga, no tendrás a nadie a quien llamar del que te puedas fiar.
Y entonces, en ese momento de tribulación, verás que hay una estrategia que lo está haciendo mejor y pensarás que todos tus problemas se solucionan cambiando de estrategia, a esa que está ganando, tal vez invirtiendo en Paramés cuando sus fondos suban o se mantenga mientras el conjunto del mercado caiga. Y, tal vez, sólo tal vez, ese es el momento en el que decidas ponerte como perfil en tu red social la cara del ferrolano o de Buffett y empieces a repetir como un autómata todos sus mantras, como si ello te hiciera mejor inversor.
Amor es que tengas un asesor personal, capaz, que estudie tus circunstancias, tus metas, tu educación, tu familia, tus aspiraciones, estilo de vista y todos los aspectos que te rodean como persona. Y una vez que se tiene una idea clara, entonces buscar una asignación de activos (asset allocation) que con las mayores probabilidades posibles te permita conseguir los objetivos personales y familiares que realmente necesitas en el largo plazo.
Y una vez decidido el asset allocation, entonces puedes pasar a qué fondos invertir. Pero el amor no termina ahí, sino que debe ser un acto continuo, de seguimiento, consulta y educación constante. Amor es un amigo (aunque sea tu asesor) al que puedes llamar cuando las cosas están complicadas y esa persona te da el mejor consejo posible desde un alto conocimiento y tal vez sabiduría.
¿Pillas ahora porque la mayoría de los consejos que te llegan son puro porno barato (incluso porno disfrazado de virtud) y no amor? No es por maldad de nadie, es porque el porno es barato de producir, satisface al momento y da de comer, mientras que el amor es muy caro y requiere constancia. Pura razón económica y de recursos.
Tan caro es el amor financiero que normalmente si no tienes 1, 2 o 3 millones de euros nadie te lo puede dar, porque quien te tiene que dar amor también tiene que comer (no money no honey) y unos ahorros de 25.000 o 100.000 euros, desafortunadamente, no pagan el trabajo que requiere una dedicación constante e íntima de alta calidad. Nadie por 250 € o 1.000 € al año (1% por asesorar), te puede ofrecer nada de calidad. Esas cifras pequeñas fuerzan a que busques lo que busques todo acabe siendo asesoramiento despersonalizado, igual de malo en Banco Santander o cualquier empresa de indexación, a pesar de que las comisiones, a priori, hagan más atractiva la segunda opción.
El resultado es que se acaba preguntando primero en qué fondos o estrategias invertir, cuando realmente en qué invertir en concreto es la ultimísima pregunta y la menos importante de todas. La mayoría de la gente no lo sabe, pero están buscando pornografía cuando en su fuero interno lo que buscan en amor.
¿La solución?
No he escrito este artículo para dar soluciones que realmente no tengo, de repente no he puesto un servicio de "asesoramiento con amor" (cosa que me encantaría si pudiera), sino para hablar de la verdad tal y como yo la veo. Simplemente me molesta, porque falta a la verdad, el que se sugiera que una indexación barata arregla todos los problemas, cuando justo ese no es el problema de fondo. De hecho, si he sido culpable de algo en el pasado, es de haber vendido porno duro -duro de verdad- en vez de amor. Algo de lo que me arrepiento.
Sin embargo, aún no pudiendo haber amor en su grado máximo porque la realidad no lo permite (de nuevo, no money no honey), puede haber cariño y pueden existir consejos de mayor calidad y profundidad que simplemente decir invierte en value, invierte en Apple o invierte en indexación. Si la cosa no da para el amor, al menos busca gente que te pueda dar algo de cariño con sabiduría.
Al final del día, sobre todas las cosas, quien se tiene que querer es cada uno a sí mismo y coger con un grano de sal cualquier cosa que escucha por ahí, porque todo el mundo siempre está vendiendo algo. Por muy virtuosa que se muestre en apariencia, hay que estudiar a fondo cualquier opinión o consejo (incluso si es repetido por muchos), sobre todo cuando parece demasiado bueno o incluso gratis. Porque lo barato muchas veces sale caro y, la más de las veces, las cosas no son lo que aparentan.
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