Los techos de mercado aún existen. Los 3 principios técnicos clave y su aplicación al mercado actual

22 de abril, 2020 4
NikoGarnier.net - Actuario de formación, he trabajado en BBVA (gestora de pensiones y gestión de activos de la aseguradora), he sido gestor de... [+ info]
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El susto de marzo ha sido histórico. ¿Significa eso que nuestros viejos principios han dejado de funcionar? Pues en realidad no, para nada. Aunque hay una parte que sí debemos adaptar y ajustar, como aprendizaje de cara al futuro (me refiero concretamente al lado violento y súbito de la caída desde máximos, que ha superado el peor de mis escenarios…). La idea clave que quiero ilustrar en este post (y vídeo) es qué significa un techo de mercado, y qué implica a nivel estratégico a partir de ahora, porque es clave. Lo que voy a contar a continuación son tres conceptos clave que se han producido en todos y cada uno de los grandes techos de mercado de los últimos 100 años (unos techos que analizo en detalle en mi Curso de Análisis Técnico en vídeos), y que después voy a aplicar a la situación actual. 

1. Antes de girarse, los mercados se desaceleran.

Este es un principio clave del Análisis Técnico, basado en el seguimiento de tendencias. Hablamos de tendencias de largo plazo, que están relacionadas con el desarrollo tecnológico y con los llamados “business cycles” o ciclos de negocios, es decir, las fases de expansión y contracción (recesión) de la economía que se van alternando. La Macroeconomía es como un enorme camión cargado que avanza por una autopista. No es nada fácil de frenar, porque lleva una inercia muy potente, que le empuja siempre hacia adelante a poco que se pise el acelerador. Para frenar, y peor aún, para cambiar de dirección, primero debe ir perdiendo inercia, pisar el freno y esperar un tiempo. Nunca lo podrá hacer “de golpe”. 

Hay que pensar en la economía de un país como una gigantesca máquina de producir bienes y servicios: millones de personas trabajando día a día, utilizando las máquinas ya existentes para seguir fabricando más y mejor en el futuro. No es tan fácil cambiar nuestras inercias establecidas, y aunque las economías tienen sus debilidades, también tienen sus fortalezas (de las que no se suele hablar tanto). No es fácil “tumbar a un gigante”.

El crédito y el dinero son la “savia” o la “sangre” de ese gran ser vivo que es la economía de un país. Un colapso en la circulación de esa sangre puede tener consecuencias muy graves sobre todo el aparato productivo. Por eso las crisis financieras son tan peligrosas para la economía y pueden provocar graves parones económicos. La crisis de 2008, cuyo origen fue financiero, es el mejor ejemplo. Y en realidad, para algunos (teoría de la escuela austríaca de economía) el colapso del crédito es la principal fuente de las crisis económicas, por lo que resulta crucial monitorizar los indicadores de crédito y liquidez monetaria del sistema, como indicador adelantado de posibles problemas (principio de recesión).

En cualquier caso, lo que aquí nos interesa es la tendencia de largo plazo en la bolsa, como reflejo de esa realidad Macro cuyas fluctuaciones son menos frecuentes, menos extremas y menos violentas que las de la bolsa. El siguiente gráfico muestra las fluctuaciones del PIB americano por ejemplo.

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Cuando miramos gráficos de bolsa de largo plazo, vemos muchos “dientes de sierra”, tanto a lo largo de una tendencia como a la hora de formar un techo de mercado, que es el momento en el que la bolsa deja de subir para ir dando paso progresivamente a una tendencia bajista o a una fase de consolidación larga. Por lo tanto, cuando vemos que el mercado “deja de subir” es el momento en el que t´ípicamente podemos empezar a sospechar que la economía puede haber entrado en una recesión (o fase de contracción). Cuando decimos “dejar de subir”, nos referimos a dejar de marcar nuevos máximos y eventualmente empezar a marcar nuevos mínimos.

2. Los techos tardan tiempo en formarse.

Una vez que la bolsa (es decir, los índices) han dejado de marcar nuevos máximos durante un tiempo (mínimo 3 meses), podemos empezar a observar un principio de tendencia bajista, es decir, de mínimos y sobre todo máximos locales decrecientes, siguiente este patrón teórico. 

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La duración de un techo de mercado es muy variable. Puede durar incluso años, y como mínimo hablamos de 3-6 meses. Si miramos el último techo de largo plazo en el S&P500 (es decir, el techo previo a la gran crisis de 2008) vemos que en esa ocasión el mercado tardó más de un año en “girarse progresivamente”. Eso sí, en aquella ocasión “el primer arreón bajista” fue de tan sólo un -20%. Y esta es una importante diferencia respecto a lo que hemos vivido en marzo de 2020, donde la caída ha sido cercano al -35% desde máximos históricos

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Este es uno de los mensajes principales de este post: la violencia de esta caída, y su aparición repentina (desde el punto de vista chartista) no debe hacernos pensar que el concepto no es válido. La idea sigue siendo válida, a pesar de que los números han supuesto un récord histórico. Por eso, vamos a desarrollar la idea de que hemos entrado en un techo de mercado, y ahora toca observar su evolución… antes de eventualmente plantear un mercado bajista… o no. Porque un techo (incluso asociado a una recesión) puede terminar dando paso a una fase de consolidación lateral, que al ser de largo plazo es cierto que puede terminar provocando caídas del 40% desde máximos o incluso más. De nuevo, mirar estos números muy de cerca nos puede hacer perder de vista el contexto de largo plazo, que es clave para entenderlo.

3. Tras confirmarse el techo, viene la “tendencia” bajista: ¿cuál es su alcance?

Pongo “tendencia” entre paréntesis porque en realidad una tendencia de medio plazo que dure 2-3 años no deja de ser una “corrección” dentro del ciclo alcista general de fondo.

Poner en paralelo esta realidad Técnica de los gráficos con la realidad Macro, de Sentimiento y de Valoración Fundamental es clave para minimizar errores de apreciación. La recesión, que es una realidad ya en la economía americana (y en todo el planeta en realidad), es un argumento claro para apoyar este escenario de techo en formación. De hecho, quizá sea el techo “más simple” de ver venir de todos los que he visto nunca, lo cual tiene su “reverso de la moneda” en el precio que hemos tenido que pagar en forma de primera caída vertical desde máximos (la primera “onda bajista”).

Una vez más recuerdo igualmente la importancia de no intentar ser el primero en anticipar ese techo, incluso cuando esto tenga un coste elevado como ha sido en esta ocasión, porque significa que la primera caída ha sido mucho más dolorosa que de costumbre.

En cualquier caso, es importante una vez más, no anticiparse, sino “observar en tiempo real”. La idea clave es que si ésta ha sido realmente la primera piedra de una estructura de techo, ahora tenemos que ir viendo que efectivamente el mercado no puede seguir subiendo… y empieza a fluctuar en lateral. Cuando digo “fluctuar” no me refiero a estarse quieto, especialmente en el contexto de elevada volatilidad en el que estamos. Fluctuar significa subir y bajar porcentajes superiores al 20%, de una forma errática y a veces violenta. Amagar escapes al alza y a la baja, pero sin continuidad (porque eso es el mercado en esencia: ruido y volatilidad).

Cuando hayamos observado y confirmada una estructura de techo, entonces tocará valorar el alcance de la caída. Otra idea principal de este post es que tras la violencia del crack de marzo 2020, el potencial bajista podría estar parcialmente agotado en términos de porcentaje de caída. Porque en última instancia, el dato de “caída desde ma´ximos” es un dato muy correlacionado con la economía subyacente, e históricamente hemos visto que las peores crisis han supuesto caídas del 60% desde máximos. Así que, si al final resulta que tenemos una segunda oleada bajista en este crack y el S&P500 se va a un -40% por ejemplo, ¿cuánto margen quedaría más adelante para la parte culminante de la recesión? El crack inicial se habría comido buena parte del potencial bajista total de la recesión…

Por supuesto, todos estos números son por ahora suposiciones. No debemos descartar la posibilidad de que la corrección total se pueda ir más allá del 60%... pero tampoco debemos descartar la idea de que esta recesión no sea tan fuerte como se dice y la corrección se detenga en torno a ese -40% de caída desde máximos. Eso sí, con dos precisiones importantes:

1. No me refiero a la recesión técnica actual, sino a la que termine siento estructural, es decir, la que perdure una vez pase el confinamiento en EEUU. Que el PIB vaya a caer ahora un 8% (o lo que sea) es un dato puntual. Lo importante vendrá después, cuando se trate de valorar el daño permanente y costosamente recuperable.

2. Ya estamos viendo, y es probable que se mantengan, importantes diferencias entre el Russell 2000 (empresas pequeñas americanas, que dependen de la economía local) y el Nasdaq 100 (grandes empresas tecnológicas) que venden en todo el mundo y tienen modelos de negocio muy fuertes. El Russell podría terminar cayendo un 60% desde máximos, y el Nasdaq “sólo” un 40%. Este sería un escenario de largo plazo con sentido. Y si tenemos en cuenta que el Nasdaq es el que más ha subido en estos últimos 10 años, resulta que el daño a su gráfico de largo plazo sería bastante asumible, sin dañar la tendencia alcista de fondo.

Vamos a ver ahora estos gráficos para ilustrar todo esto con pautas y niveles.

SITUACIÓN SP500 y NASDAQ100

No deja de sorprenderme lo bien que funcionan los retrocesos de Fibonacci. Una herramienta tan sencilla como potente para detectar objetivos de movimientos y zonas de soporte o resistencia relevantes en los que plantear operativas.

En el siguiente gráfico del S&P500 con dividendos, vemos que la caída actual “solo” ha supuesto que el mercado ha caído desde el techo hasta el suelo del canal de largo plazo. Y con ello ha corregido un 38% (ratio Fibonacci) de toda la subida desde 2009.

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En el caso del Nasdaq 100 (también dividendos incluidos), ocurre lo mismo solo que la base del canal en la que se ha apoyado es la base del canal superior (en el que lleva desde 2010), es decir, aquí no ha penetrado en la mitad inferior del canal de largo plazo. Con esta caída ha corregido un 23% (Ratio Fibo más suave) de toda la subida desde 2009. 

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El Nasdaq es por tanto el índice más fuerte tanto en la subida como en la bajada. Y como ya he dicho esto significa que las tesis bajistas han resultado erróneas, puesto que el motivo de la caída no ha estado en la sobrevaloración de este “segmento” del mercado. 

Por último, el Russell 2000 total Return (small caps USA) ha sido el más débil en la subida...y en la caída. Ha ido a buscar apoyo en la base del canal alcista inferior (del ciclo desde 2009) y eso ha supuesto corregir un 50% de la subida de estos últimos 11 años.

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Os dejo para terminar con este vídeo-análisis de mi canal de YouTube donde desarrollo lo comentado en este post y especialmente la parte técnica-chartista de estos gráficos y las perspectivas de un posible techo a confirmar durante los próximos trimestres.

Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 4 comentarios
antiguo usuario
Esos bandazos son tipicos de fin de burbuja. Aunque el indice no tiene estructura de esta, pero algunas acciones sí.
Espero que TSLA muestre resultados para ponerme corto. Con suerte Elon en su desesperacion miente, causa el ultimo short squeeze y el volumen necesario para que los grandes entren corto.
23/04/2020 23:15
Todo el post está basado en un pensamiento lineal basado en limitar las posibilidades futuras a lo que ha ocurrido en el pasado. Que ojo, no lo veo mal pues ese planteamiento ha funcionado muy bien durante muchísimos años.

Pero deja fuera escenarios como el de Japón. El pensamiento lineal de casi todos los analistas les lleva a decir siempre que Japón es un caso distinto, la excepción que confirma la regla....

Pues en mi opinión, Estados Unidos y Europa apestan a Japón de forma descaradísima. Debilidad demográfica ¿cuanda deuda per cápita se puede soportar? ¿infinita?, expansión monetaria, rescate masivo de todas los sectores en problemas con la consiguiente zombificación que va a acarrear. Etc...

En cuanto al análisis técnico y la formación de techos, me remito al gráfico adjunto.
24/04/2020 11:20
Voy a dar por sentado que no va haber cambio de hábitos de consumo, ninguna disrupción del comercio internacional, no problemas con China o ningún paso atrás en la globalización. Voy a dar como que se vuelve a la total normalidad después de que pase el dichoso virus. Dicho esto, así, a bote pronto puedo enumerar los siguiente:

- Los bancos europeos están zombificados desde 2008, como pasó en Japón.

- Trump pretende rescatar a cualquier sector con problemas.

- La UE elabora un protocolo específico para nacionalizar empresas de cualquier tamaño.

-Emisión mórbida de deuda llegando a porcentajes sobre el PIB disparatados.

- Monetización por parte del banco central de todo lo monetizable, hasta las pelusas de debajo del colchón de Powell y Lagarde si hace falta.

- Población envejecida.

- Sobrecapacidad en muchos sectores y consiguiente deflación de precios

- Zombificación que provoca reducción de márgenes e impide la readaptación del capital

- Deflación de precios en los sectores con sobrecapacidad

- Los subsidios directos de Trump a las familias. Más zombificación. No tengo constancia de que esto se hiciera en Japón, pero una vez puesto, a ver como quitas ese juguetito ahora a Trump o quien le suceda.

¿Parecidos razonables?

Y a lo que podemos añadir la hiperregulación y ultrafiscalización en Europa, en EEUU no tanto pero la regulación va creciendo cada vez más.

A todo esto, una diferencia, en Japón al menos las familias si tienen una elevada tasa de ahorro.
24/04/2020 11:42
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