Los 4 jinetes del apocalipsis: miedo y probabilidades

5 de agosto, 2011 0
Gestor cuentas gestionadas en GPM Sociedad de Valores. Profesor del Experto de Bolsa de la Universidad de Alicante Autor libro "El Inversor... [+ info]
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Es invariable: el miedo siempre ha sido utilizado por quienes pueden generarlo como herramienta de sometimiento de las masas. O como artificio para lucrarse de los pobres de mente. 

Los políticos los saben. La más poderosa de las estrategias para encaramarse al poder político, es exaltar os instintos más primitivos de la muchedumbre. A una masa difícilmente se la saca de los lugares comunes que frecuenta mediante el ejercicio de la reflexión. Sin embargo, es extraordinariamente sencillo infligirles miedo y que reaccionen a ese miedo. 

Bajo el miedo todo es posible. Hitler acabó con la República de Weimar.
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Estados Unidos entró en Afganistán e Irak.

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O PSOE ganó unas elecciones que tenía perdidas con claridad.

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El miedo, sin ningún lugar a dudas es la herramientas más bestial que existe para dirigir el comportamiento de las masas. Para someterlas, para que se esclavicen, para que sigan siendo débiles corderitos guiados por los pastores del rebaño. 

En la película "El Show de Truman", cuando Truman intentaba dejar atrás la burbuja en la que había vivido toda su vida para ir a conocer el mundo, se escenifica como el poder actúa para evitar que hagamos lo que nos apetece:

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(Cuando Truman va a la agencia de viajes para sacarse un billete de avión para Fidji se observa un cartel con un avión y un rallo que lo atraviesa que dice "podría pasarte a ti")

Miedo, miedo, miedo. De pequeños sentíamos miedo al quedarnos a oscuras. Ahora sentimos miedo al pasar al lado de un grupo de individuos de mala pinta en una calle solitaria de una gran ciudad. El miedo es primitivo, salvaje y no solo una estrategia para encaramarse al poder, sino una máquina de hacer dinero. Muchos analistas lo saben: es más rentable vender el fin del mundo que decir que el mercado a veces sufre recortes en las tendencias alcistas primarias. Kostolany lo sabía y lo decíamos el otro día en el post dedicado a este húngaro sabio:

También Kostolany nos habla de que es mucho más fácil operar al alza que a la baja. Es verdad que las bajadas son rápidas y que las subidas son lentas y estas son el salario del dolor ya que los mercados escalan siempre entre miedos (o dicho de otra manera suben un muro de preocupación). Pero a pesar de eso, dada la naturaleza de los mercados a subir más que a bajar es mucho más fácil operar al alza. Además, la técnica para operar a la baja es mucho más complicada que la opuesta ¿Si tenemos dos cosas por qué elegir lo más complicado y que además es menos frecuente?.

Por último, y al hilo de lo dicho en este anterior párrafo, Kostolany nos habla de los gurús bursátiles. Básicamente dice que los gurús bursátiles surgen casi siempre en un mercado bajista, porque es más llamativo anunciar "el fin del mundo" que decir aquéllo de "el mundo está como siempre". Además, añado yo, para vender portadas nada como estimular el miedo.

Y es verdad, cuando hubo la gran caída en los mercados bursátiles teníamos como gurús a Roubini o al Niño Becerra  ¿Pero que gurú hay ahora al alza? ¡No hay por que no vende! Sin embargo los mercados tienden a subir y la crisis a terminar. Con o sin guruses.


Muchos inversores, los medios de comunicación, o en resumidas cuentas, parte de la comunidad inversora siempre se queda fascinada con los gurús cuando han advertido de una caída y esta ocurre. Se quedan fascinados con "ese poder mágico". Lo cierto es que los gurús se equivocan casi siempre. Pero saben que pueden mantenerse 3 años bajistas mientras la bolsa sube, y que como haya una caída, parte de los inversores los van a seguir reconociéndolos como gurús a pesar de los 3 años seguidos de haber estado errados. 

Sin embargo, la especulación se compone de dos elementos claves: movimiento y tiempo. 

Para especular con éxito no solo hay que acertar el siguiente movimiento, sino que hay que saber cuándo. Los compradores de opciones lo saben a la perfección. Movimiento acertado antes o después del tiempo estimado es igual a movimiento errado. Y acertar en ambas cosas es extraordinariamente difícil. 

¿De qué vale que un analista o inversor diga soy alcista o bajista si no acierta con el momento oportuno? Si soy bajista pero el mercado sube un 100% ¿De qué me vale?

El momento lo es todo.

Julian Robertson, el que dirigiera el Hedge Fund "Tiger Management", sabe esto a la perfección. Robertson, un exitoso gestor de hedge fund que creó su fondo en 1980 son 8 millones de dólares y que para 1998 ya manejaba 22,000 millones tuvo que cerrar su fondo solo 3 meses antes del estallido de la burbuja tecnológica en el año 2000. ¿Por qué? Pues por que durante mucho tiempo había pronosticado un gran crash bursátil debido a la burbuja tecnológica. ¡Pero erró en el momento! Finalmente, destrozado por las pérdidas cerró su fondo en marzo del año 2000. Justo el mes en que la burbuja tecnológica explotó y con ese hecho nació un fuerte mercado bajista. 

Cuando el mercado cae, invariablemente siempre ocurre lo mismo. El público, mayoritariamente alcista por definición, acude despavorido a su analista de cabecera o a su medio de comunicación favorito para informarse de la situación. Estos, tanto los medios como los analistas, de repente ven sus webs saturadas de visitas y las visitas significan dinero. Entonces ¿qué hace el medio de comunicación o el analista? Actúa reactivamente a esa potente corriente de visitas y le da a su público lo que quiere, lo que ha venido a buscar y les dice lo que la masa quiere oír: que el mundo se acaba. Que los cimientos se han derrrumbado. Que las columnas hacen aguas. 

Así ocurre invariablemente:

1. El mercado cae

2. El público se asusta y busca analistas y medios de comunicación que le confirme lo que ya ha visto y siente en su interior (miedo)

3. El medio de comunicación o el analista que vive de su público, ve incrementada las visitas exponencialmente e intenta capitalizar (consciente o subsconcientemente) ese torrente de visitas.

4. Ergo el medio o el analista le da a su público lo que venía a buscar: la confirmación de su miedo. Caso contrario perderá el favor del público.

El miedo es una importante herramienta de hacer dinero. Y los gurús lo saben. Más vale acertar una caída que diez subidas.

Sin embargo. Esa no es la naturaleza del mercado. Cuando los analistas dicen "los cimientos se desquebrajan" es el mejor momento para comprar o es cuando se está empezando el proceso de formación de un suelo. Cuando el miedo es máximo el riesgo de precio es mínimo.

La mejor forma de actuar con cabeza al márgen de los miedos, siempre ha sido la observación empírca del mundo. ¿Y qué nos dicen los datos? Pues que hay un 86% de probabilidades de ver un VIX por debajo de 30 en los siguientes 6 días. 
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El error más garrafal sería decir que el VIX va  seguir subiendo por que ya está subiendo. Eso díría el típico analista que no comprende ni la naturaleza del VIX ni la del mercado. Lo cierto es que puede subir, claro que sí, pero será con solo un 14% de probabilidades. Allá cada uno.

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Por supuesto, esto no significa comprar ahora. Eso solo lo haría un suicida. Nunca debemos coger cuchillos que caen. Ya hablé ayer de que es lo que debemos esperar. Nunca jamás, aunque tengas las probabilidades de tu parte, compres algo que no tiene las condiciones técnicas de las que hablamos. Nunca hay que comprar un crash mientras cae...si no una vez ya ha caído. Matiz clave. Pero por favor, no venda ahora, eso si que es peor todavía.

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Aún así, dicho todo esto, le queda a usted elegir si hace caso de su miedo al fin del mundo o si hace caso a las probabilidades. Yo desde luego me quedo con las probabilidades. 



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