La invasión de Ucrania provocará una recesión en Europa

"No necesito un viaje, mandadme armas"

Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski como respuesta a la oferta de evacuación de los aliados.

Los últimos días han supuesto un impacto emocional e intelectual en todas las personas de bien. Todavía cuesta creer que estemos asistiendo a una invasión total de un país europeo, motivada por razones étnicas e imperialistas en manos de un dictador que parece haber perdido definitivamente el norte. Como si el mundo hubiera retrocedido a las primeras etapas de la funesta Segunda Guerra Mundial.

Los últimos discursos de Putin pasarán a la historia como algunos de los discursos más infames jamás otorgados por el jefe de una potencia militar, con alusiones a la falta de derecho de un país vecino a existir y con amenazas nucleares a quienes osen interponerse en su camino. 

Desde mi punto de vista, lo que está ocurriendo podríamos llamarlo el "11-S Europeo", porque éste es un duro despertar del ensueño en el que habíamos caído las generaciones más jóvenes, pensando que la guerra y la amenaza nuclear eran cosas del pasado. Es más, lo que está ocurriendo es más relevante y tendrá más impacto social, político y económico que el 11-S de Bin Laden. 

Un acto terrorista, por espectacular y sangriento que pueda ser, no deja de tener un impacto económico muy limitado. Por crudo que pueda parecer expresarse así, que caiga un edificio y mueran 3.000 personas, a nivel macroeconómico es irrelevante. La vida económica al día siguiente sigue su curso, porque las personas siguen consumiendo y las empresas produciendo. Pero el caso actual es muy diferente, porque un bloqueo económico entre la gasolinera de Europa (es decir, Rusia) y la Unión Europea es un evento que puede provocar una caída del producto interior bruto de varios billones de euros. Es decir, una recesión. 

En los últimos días se ha vuelto viral un gráfico mostrando cómo el inicio efectivo de diferentes guerras y conflictos, fueron buenos puntos de compra de la bolsa americana en el corto plazo y en muchas ocasiones incluso de cara al medio plazo (1 o 2 años).

Como expliqué en mi cuenta de Twitter, este fenómeno que parece un contrasentido, tiende a ocurrir porque el mercado es un mecanismo de descuento de expectativas y en fechas previas va poniendo precio a esos conflictos y, cuando por fin llega la fecha del inicio de las hostilidades, se llega a una situación de "hecho consumado" donde ya no hay nada más que descontar y el mercado sube a partir de ahí. 

Pero esta idea de comprar con el inicio de las guerras, personalmente me parece simplista, porque no ahonda en la razón de por qué comprar cuando las balas empiezan a volar ha sido una idea ganadora en esos casos. Desde mi punto de vista, todas esas crisis y guerras fueron conflictos muy alejados de los motores económicos mundiales. 

¿Vietnam? un país agrícola y pobre sin conexión al comercio global. Lo mismo que Irak o Afganistán, que por supuesto pudieron tener un impacto en el mercado del petróleo a corto plazo, pero que no dejaban de ser naciones aisladas de las corrientes del dinero global. 

Pero el caso actual es muy diferente. Hablamos de un potencial gran atasco en uno de los centros neurálgicos del comercio global. Ayer mismo, sábado por la noche, la Comisión Europea, EE.UU. y otros aliados, llegaron al acuerdo de desconectar parcialmente a Rusia del sistema Swift, el sistema de comunicación financiero que permite las transferencias a nivel global. 

Por otro lado, también se acordó que se congelen los activos en el exterior del Banco Central de la Federación Rusa, lo que supone que Putin no podrá utilizar nada menos que 2/3 partes de sus reservas (que ascienden a un total de 630.000 millones de valor en dólares) con las que pretendía aguantar una crisis y defender el rublo. Incluso la parte de reservas que tiene dentro de Rusia (1/3) son reservas difíciles de poner en el mercado, al haberse desconectado parcialmente a Rusia del sistema financiero global. 

A la hora en la que escribo este artículo, domingo temprano, las consecuencias ya han empezado a notarse de forma inmediata. Se habla de un crash del rublo a partir del lunes (porque el Banco Central no tendrá capacidad de defenderlo), y los cajeros en Rusia ya tienen largas colas desde la madrugada con ciudadanos rusos intentando sacar lo que pueden. Posiblemente los 285.000 millones de divisas extranjeras que esos ciudadanos rusos tienen en los bancos de su país, serán convertidos por las autoridades en rublos devaluados con los que tratar de defender su moneda local.

Es decir, anoche los aliados hicieron detonar la bomba nuclear financiera mandando a Rusia directamente a una recesión salvaje a partir de este punto. Pero esa detonación tiene un elevado coste para los europeos, probablemente generando una pronta recesión en el viejo continente por una caída del flujo económico y por un repunte del precio de la energía, y eso antes de saber las medidas de castigo que los rusos tratarán de imponer como respuesta a esta bomba financiera (¿cortarán el suministro de gas y petróleo a Europa del Este y Central?). 

Rusia, el país con mayor extensión de la tierra, no sólo suministra una parte importante de la energía global, sino además otras materias primas esenciales para el desarrollo económico del mundo como cereales, metales preciosos, acero, fertilizantes, cobre, aluminio, siendo el primer productor de algunas de estas materias primas. 

Con todo ello, con limitaciones al comercio y sanciones, el precio de las materias primas se puede disparar a partir de aquí, en un momento en el que los precios ya mostraban altas presiones inflacionarias, lo cual ya estaba generando desequilibrios en las economías Occidentales. 

Históricamente un fuerte y rápido repunte del petróleo (precio de la energía) es un factor que provoca recesiones (ver siguiente gráfico). A pesar de que en las últimas décadas, a medida que las economías Occidentales se volvieron menos industriales, el coste energético se ha reducido, un precio demasiado elevado de la energía y que repunta fuertemente en el corto plazo, sigue teniendo capacidad de desestabilizar el crecimiento económico.

Son horas inciertas. Europa se juega su futuro. Tal vez tras estas medidas Putin decide reflexionar y bajar la tensión. Pero si la invasión de Ucrania continúa y las sanciones y restricciones económicas siguen su marcha o van a más, la probabilidad de recesión en Europa es muy elevada. Desde mi punto de vista, este es el factor más importante a vigilar desde ahora. 

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Hugo Ferrer es gestor de inversiones en Gestión de Patrimonios Mobiliarios Sociedad de Valores con la estrategia "All Seasons Momentum" aplicada sobre cuentas privadas de clientes.