A principios de diciembre comentaba en “nuevas burbujas inmobiliarias amenazan nuestra economía” algunos importantes indicios de la formación de graves burbujas inmobiliarias en distintos países del mundo, uno de los cuales era el Reino Unido. Pues bien, parece que los indicios se han acentuado y ya son más que pruebas evidentes de las graves consecuencias que podrían amenazar la economía de ese país y por extensión de toda Europa y otras áreas del planeta.
Indicaba en aquel momento que las señales de la creación de una burbuja inmobiliaria deberíamos situarla en los siguientes elementos:
También indicaba que el Reino Unido es uno de los países que con sus políticas monetarias y fiscales alientan la creación de este tipo de burbujas como elemento para potenciar su economía a corto plazo, si bien las consecuencias a medio y largo plazo podrían ser catastróficas, como lo están siendo para nuestra propia economía.
Otros elementos de su economía, mezclados con claros indicios de formación de una gran burbuja inmobiliaria, están incorporando serias dudas sobre la viabilidad de esta política, como son:
Datos recientes de la consultora inmobiliaria CBRE indican que en términos absolutos la deuda inmobiliaria en el Reino Unido representa el 16,5% de su PIB, algo por encima de la española.
Si bien es cierto que Londres representa oportunidades de refugio para patrimonios de todo el mundo, también lo es que los precios de ningún activo puede crecer de forma indefinida.
En el caso de España, la burbuja pinchó por la parte de la financiación: falta ésta, se reduce la demanda, y se genera una espiral negativa similar a la siguiente:
Para el caso de Londres, podría ser por el mismo motivo, porque los ahorros se terminan tarde o temprano, por la aparición de nuevos mercados refugio a nivel mundial donde las grandes fortunas se desplazarían, o por otros factores. Lo que no hay duda es que no hay burbuja que dure indefinidamente.
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