Como siempre, una de las motivaciones para abrir una posición debe ser “llevar la contraria” a un consenso que cuanto más fuerte sea, más posibilidades tiene de estar equivocado. El problema de esto es que a menudo eso puede implicar llevarle la contraria a una clara tendencia establecida. Por eso, el timing es clave, porque “tener razón demasiado pronto, no es tener razón”.
De hecho, otra “norma” de los que tenemos un enfoque sobre todo técnico, es que “la tendencia es tu amiga”. Así que por un lado hay que seguir tendencias (que a menudo irán mucho más lejos de lo que podemos imaginar) pero por otro lado hay que “ser contrarian”, es decir, hacer lo contrario que la mayoría. Actuar respetando estos dos principios sin ser contradictorio es todo el arte de invertir...
En este caso del Cobre, detecto cierta confianza en su potencial alcista, y sin saber nada de sus fundamentales, “sospecho” que estamos ante un posible caso de “narrativa” extendida basada en una creencia que suena muy bien... pero no va más allá de eso.
Alguno dirá que cómo puedo basar una operativa en una “sospecha”, y mi respuesta es sencilla: todos deberíamos comportarnos como si tuviéramos “sospechas”, y no “certezas”. Estoy resumiendo mi perspectiva y mi motivación para pensar que el Cobre podría caer, y por eso hablo de “sospecha”, sin más. En realidad hay más que eso, pero poco importa: será el gráfico el que nos vaya diciendo si tenemos razón o no. Por eso, con toda la cautela y desconfianza del mundo, planteo mi visión bajista sobre el Cobre, basándome en el reciente comportamiento del precio y estando preparado para cambiar de idea en próximos días o semanas si ocurriera técnicamente algo que así me lo sugiera.
En última instancia, nunca estamos seguros de nada. Este caso del Cobre no es más que una idea, que estoy explorando en mi actual proceso de expansión, revisión y mejora de mi proceso operativo. Seguiré hablando de ello en las próximas semanas.
Vayamos con el gráfico del cobre en velas diarias:
Lleva varios meses en clara tendencia alcista. Por eso, como digo, aquí estamos hablando de una operativa contratendencial, que tiene sentido en la medida en que consideremos que a más largo plazo no existe realmente una tendencia. En el siguiente gráfico de velas mensuales vemos que, efectivamente, lo que tenemos son oscilaciones de muy largo plazo alrededor de un precio de equilibrio en torno a 3$. Así que, salvo que consideremos que la subida de los últimos meses puede tener continuidad (por motivos varios), tiene sentido que busquemos, a corto y medio plazo, señales o pautas técnicas bajistas. Dicho de otra manera, estaríamos jugando la sobrecompra de largo plazo, buscando señales técnicas bajistas en un horizonte temporal inferior (diario en este caso).
También considero importante el tema de “reflation trade” del que se habla mucho. Apostar a la baja sería una forma de ir contra este consenso de que la inflación va a volver, y que la liquidez de los bancos centrales van a provocar subidas generalizadas en muchos mercados y activos... lo que por otro lado tampoco descarto para nada. Quizá esta subida fuerte pueda ocurrir -especialmente en la bolsa, y en los sectores cíclicos-, y aún así el cobre no subir. Se habla mucho de China y el crecimiento mundial como disparador del rebote del cobre... y precisamente por eso me surge la idea de “hacer lo contrario”.
Situación técnica a corto plazo.
Sin entrar en más detalles sobre esta “tesis de inversión bajista”, en el muy corto plazo lo que veo en el gráfico del cobre es un intento de ruptura de continuación alcista por encima de 3,62$ que está dando paso a una vela negra grande. La línea verde del primer gráfico es un soporte a vigilar, cuya pérdida sería una señal técnica bajista que confirme el fallo de continuación alcista.
Eso no significa que después la caída se prolongue. El objetivo estaría en torno a 3,40 y después ya veremos. Es decir, por ahora se trataría solo de un alto en el camino de las subidas. Si la tesis que planteo se va confirmando, quizá podría dar más de sí un escenario bajista. Pero como siempre, recordemos que nunca tenemos certezas y por eso el tamaño de una posición debe ser siempre pequeño. No sabemos a priori de dónde vendrán las grandes ganancias, los futuros “pelotazos”, y de hecho a menudo vienen de donde menos se les espera. Esas operaciones pequeñas de las que no esperamos nada a priori, a veces se acaban convirtiendo en la fuente principal de la rentabilidad del año. Y al revés, las operaciones de las que estamos muy seguros (y muy emocionados) a priori, a menudo se quedan en nada. Manejar eso y sobre todo manejar las emociones asociadas a este proceso (como la frutración) es una de las claves del éxito a largo plazo. Así funciona el mundo de la inversión, y es importante saberlo y recordarlo, para hacer de nuestro proceso de inversión una rutina lo más “aséptica” posible, es decir, libre de emociones.
En un próximo post hablaré de otros activos que estoy siguiendo, y de algunas acciones que tengo en el radar como Nicolás Correa (de la que hablé hace unas semanas en este post) o Teekay. También haré un vídeo-análisis de la situación técnica actual de los principales índices mundiales y la perspectiva de los mercados en este inicio de año.
