A pesar de su interesante estrategia a largo plazo, Iberdrola no acaba de despuntar en resultados. En 2017, estos se han visto perjudicados por la caída de la producción hidroeléctrica, de un 49,4% respecto al mismo período del año anterior, y por la menor generación de energías renovables, debido a condiciones climáticas adversas. La compañía, al igual que otras de su sector, ha tenido que hacer un mayor uso de las centrales de carbón y gas, que conllevan un mayor coste de producción, lo que ha coincidido además con un fuerte incremento de los precios medios del carbón y del gas, del 59% y del 31% respectivamente respecto a 2016.
En la presentación de resultados correspondiente a los nueve primeros meses de 2017, Iberdrola ha anunciado que “ha obtenido un beneficio neto de 2.417 millones de euros, un 18,4% más que en el mismo periodo del anterior ejercicio, gracias a la resiliencia y diversificación internacional de la compañía, que permiten compensar el impacto de la baja producción en España.“
El beneficio neto acumulado entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017 fue de 3.079,9 millones de euros, lo que da un beneficio por acción de 0,488 €, un 15,4% más que el del ejercicio 2016. Al precio actual de 6,66 €, el ratio PER es de 13,6, lo que aparentemente revelaría un valor barato.
Sin embargo, la verdadera razón del incremento del beneficio del 18% es la presencia de resultados extraordinarios. Como puede verse en la tabla, obtenida de la presentación de resultados de la empresa, el beneficio de explotación (EBIT por sus siglas en inglés) cayó un 9,3%.
En la misma tabla también vemos que los resultados no recurrentes ascendieron a 778,3 millones de euros. La fusión de Gamesa con la división eólica de Siemens aportó 255 millones de euros ya que la eléctrica poseía el 19,6% del capital de Gamesa. Pero la principal contribución fue una revalorización de activos por un importe de 521 millones de euros como consecuencia de la fusión de Elektro Holding con Neoenergia, compañía brasileña en la que Iberdrola poseía el 39% del capital.
Más adelante, en el informe se dice: “el Beneficio Neto asciende a 2.416,6 M Eur con un aumento del 18,4 % frente al obtenido en los nueve meses de 2016, gracias a los resultados extraordinarios de Gamesa y Neoenergia ya comentados.“ Este comentario, mucho más ajustado a la realidad, contrasta con el que se destaca junto a la publicación de los resultados y que he indicado al principio.
Si descontamos los resultados no recurrentes y la partida “trabajos para el activo“, que son gastos de personal activados, el beneficio por acción de doce meses hasta septiembre de 2017 resulta ser de 0,316 €, que es inferior incluso al del ejercicio 2016, que fue de 0,335 €. Desde este punto de vista, el PER sería de 21, bastante elevado para una compañía cuyos beneficios llevan varios años estancados.