Las opciones son el único instrumento que además del stop, lleva incorporada una fecha de caducidad, lo cual suple dos de los defectos típicos de la mayoría de los operadores: el no saber cortar pérdidas, y el confundir horizontes temporales, llevando al largo plazo los errores del corto plazo.
Por tanto, con opciones estamos obligados a poner un límite de precio y un límite temporal, en el momento en que diseñamos y lanzamos la estrategia. Una ventaja doble de gran valor.
Hay dos dimensiones en los gráficos: la espacial es el precio (eje vertical), que puede ser mayor o menor, es decir, estar más arriba o más abajo; y la otra es la dimensión temporal (eje horizontal), quizá la más ignorada o de la que menos consciente es la gente, cuando en realidad es algo primordial. De la misma manera que muchísima gente usa escala lineal en vez de logaritimica, la mayoría de la gente rara vez habla del tiempo cuando menciona rentabilidades. No es lo mismo obtener un 4% en un año que en un mes. Por eso, deberíamos hablar siempre de TAE (Tasa Anual Equivalente), es decir, el tipo de interés anual equivalente, para poder comparar una inversión u operación con cualquier otra.
En opciones, dado que se trata de un derivado, el factor temporal es el tiempo hasta vencimiento, cosa que no ocurre cuando operas con CFDs, ETFs o acciones.
La existencia simultánea de un precio de ejercicio (que pone un límite en el precio) y de una fecha de vencimiento (que pone un límite en el tiempo), confiere a las opciones una doble cualidad sin parangón. Nos protegemos de dos debilidades humanas clásicas, obligándonos a aplicar eso que los psicólogos llaman “límites”, y cuya ausencia sólo trae consecuencias negativas (pudiendo llegar a ser muy graves).
Con un ejemplo práctico seguro que se ve mejor.
Imaginemos un operador que a finales de septiembre era bajista, decidió que el mercado se iba a desplomar y adoptó una estrategia bajista con opciones comprando simplemente una PUT 9.500 puntos (de Ibex), con vencimiento diciembre 2015 (algo que por cierto, en mi curso explicaré por qué está mal hecho).
¿Qué habría pasado si lo hubiera hecho con un CFD sobre Ibex? Cabe la posibilidad de que siguiera bajista a día de hoy, y aguante la posición no sólo hasta diciembre, sino incluso también en 2016. Cualquiera que tenga al menos 2 o 3 años de experiencia activa en los mercados, sabe lo que significa la sensación de "estar enganchado" y no saber cómo salir de una posición perdedora.
Con opciones, ese operador se vería obligado a asumir la pérdida como muy tarde a finales de diciembre, y además su pérdida estaría limitada al precio de la PUT que compró, con toda la tranquilidad que eso otorga. Por supuesto, cabe la posibilidad de que se aferre a su visión bajista, y vuelva a comprar más PUTs en diciembre o en cualquier momento, pero tendrá que hacerlo expresamente, lo cual es más difícil que simplemente dejarse llevar presa de la inacción. En cualquier caso las opciones limitan la tendencia humana natural a equivocarse, y acotan esos errores.
No sólo es sano para nuestro bolsillo, sino que también es sano psicológicamente, para nuestra cabeza. Porque a menudo lo difícil es pasar página, asumir pérdidas, y volver al mercado con la mente fresca. Cuando operas con contado (acciones o CFDs), es fácil pasar de un horizonte corto plazo a uno de medio o largo plazo. En opciones también se puede, pero es mucho más difícil.
En contado, la única referencia es el precio al que has comprado (o vendido si estás corto), que es el precio spot del día de tu operación. En cambio con opciones, tu precio de referencia puede estar por debajo o por encima del precio de contado (precio spot). Así que al final obtienes un "par de datos" que acotan tu operación. Vamos a ver un último ejemplo, esta vez con venta de opciones (en contraste con la compra de PUT anterior), para ilustrar cómo las opciones nos acotan o limitan en el tiempo y el espacio, facilántonos que pasemos página más adelante (vaya bien o vaya mal la operación), y aportando así una gran higiene mental a nuestra operativa.
Nuestro operador bajista de finales de septiembre podría haber vendido una Call 10.000 y comprado a la vez una Call 10.400 puntos, ambas con vencimiento diciembre. ¿Qué persigue con eso? Pues ser lateral-bajista, y ganar dinero siempre que el Ibex estuviera por debajo de los 10.000 puntos el tercer viernes de diciembre. Ahí tenemos el par de datos precio / tiempo. Mentalmente es muy positivo tener en mente todo el rato la fecha 18 de diciembre y el precio 10.000-10.400 puntos. Por debajo de 10.000 puntos nuestro operador torpe (que no lee inbestia y por eso estaba bajista), habría tenido beneficios (en concreto, la diferencia entre lo ingresado por la venta de la Call 10.000 y lo pagado por la compra de la Call 10.400). A medida que el Ibex sube, su beneficio se reduce, hasta que entra en pérdidas, y éstas se hacen máximas en los 10.400 puntos. Al menos nuestro operador bajista tuvo la sabiduría de hacer Call Spread bajista, y limitar así su pérdida máxima potencial, que como digo, se alcanza cuando el Ibex supera los 10.400 puntos.
El ejemplo es negativo porque de eso se trata: de mostrar que las opciones nos protegen en caso de error, poniendo un límite en el precio, y también en el tiempo, que es donde muchas veces fallan los operadores (y no necesariamente novatos).
Esa cualidad intrínseca de las opciones de tener una fecha de caducidad es sin duda una enorme ventaja frente a cualquier otro tipo de activo, incluso los futuros, que también tienen una fecha de vencimiento, pero donde es mucho más fácil hacer roll-over, es decir, renovar la posición. En opciones, como digo, es más complicado hacer ese roll-over, tanto psicológica como técnicamente (porque tienes que elegir strike, nuevo vencimiento, cantidad, etc). Es una, pero no la única, de las ventajas de las opciones.
Nota: El próximo martes 1 de diciembre empieza mi CURSO DE OPCIONES online. Si te interesa, consulta aquí el temario y el horario, y apúntate ya.