En primer lugar, hay que entender que todos los indicadores del mundo son retrasados, pues dependen del precio. Por tanto, carece de sentido conducir mirando por el espejo retrovisor. ¡Imagínese, en los mercados la mayoría conduce mirando atrás¡
Para el operador discrecional todos esos indicadores sobran porque cada circunstancia es diferente. Al principio observaba muchos indicadores, llegando a tener tres o cinco en la pantalla. Hasta hace un tiempo mantenía todavía el indicador RSI en mi pantalla. Hoy en día solo está el precio y unas Bandas de Bollinger. Éstas tienen una utilidad muy limitada, pero no seríamos personas si no tuviéramos manías.
La razón de no hacer uso de muchos elementos, no es solo que los indicadores son de poca utilidad, sino que también porque me di cuenta de que el ser humano no está diseñado para poder seguir mucha información a la vez.
No estamos programados para un mundo tan complejo y un exceso de información nos trae el riesgo de saturarnos y llevarnos a tomar decisiones muy pobres. Más teniendo en cuenta el grado de incertidumbre, estrés y emotividad que puede producirnos el estar posicionados en el mercado con dinero real.
Por ello es recomendable quitar los indicadores, centrarse en el precio y trazar solo las líneas evidentes. Es decir, soportes, resistencias, cuñas y demás figuras chartistas; pero que sean muy evidentes. Hay que descartar, por ejemplo, las cuñas con solo “dos toques”; señalar solo aquello que hasta un niño de cinco años vería. Cuando hagamos esto, habremos trazado con líneas el campo de juego que todo el mundo está viendo, y eso es precisamente lo que nos interesa; no formar figuras que tal vez o tal vez no funcionen, sino entender cuál es el campo de juego para la mayoría. Solo lo evidente.
Les dejo un interesante programa (dos partes) de Redes que discute el tema de menos es más: