Cuanto más le pagues, más va a rendir. Intuitivo y fácil, resulta una idea muy extendida en la sociedad y es uno de los pilares de la ciencia económica ortodoxa. Uno de los supuestos básicos es que las personas responden a los incentivos, en el caso de recibir un salario, cuántos más incentivos económicos recibas por una serie de resultados pues más te esforzarás. Sin embargo, parece ser que esforzarse más no siempre implica mejores resultados. Existen algunas excepciones ya conocidas a la relación que hemos establecido, como que a partir de cierto punto el empleado ya no le afecta tanto la remuneración como sus horas de tiempo libre. Pero la más sorprendente resulta que cuando alguien se enfrenta a cierta clase de problemas, una mayor remuneración afecta de forma negativa a la resolución de los mismos. Es decir, que si quieres que un empleado resuelva un problema complejo, más dinero no es la solución para mejorar sus resultados. A continuación les dejo el siguiente vídeo:
Dan Pink nos cuenta como un experimento demuestra que prometer mayores incentivos económicos empeora la resolución del “problema de la vela”. En concreto, dividiendo una clase en dos grupos y ofreciendo a uno de ellos mayores incentivos directos resulta que resuelven el problema más tarde. Pero no es un resultado de un solo intento, el experimento se ha repetido numerosas veces con idénticos resultados. Según Pink y otros investigadores, los incentivos económicos funcionan cuando el problema a resolver es simple, es decir, hay unos medios y un objetivo claro (un problema de técnica). Sin embargo, cuando el problema se complica y hay que buscar soluciones más creativas obtenemos el resultado que hemos comentado antes. Como ejemplo, el “problema de la vela” original tiene truco según se puede ver en el vídeo, te dan las chinchetas en una caja, con una vela, y el objetivo es que al encenderla no caiga cera a la mesa. La solución intuitiva no comprende el uso de la caja, ya que ésta parece accesoria, de modo que si se dan las chinchetas y la caja por separado el problema es mucho más fácil. El primer problema requiere el uso de más habilidades cognitivas.
Así que a lo mejor una gran parte de sistemas de remuneración están mal planteados y son contraproducentes. Por ejemplo, en el caso de batir al mercado, no se trata de un problema exclusivamente técnico, sino que requiere ciertas habilidades cognitivas y resulta un proceso demasiado complejo, cambiante y en constante descubrimiento. Ante una realidad tan complicada, el problema de la fijación mental aparece continuamente, siempre buscando la solución a rompecabezas pero no sabiendo muchas veces por dónde empezar, que utilizar y qué descartar. A lo mejor lo que importa no es la evolución de un dato sino su segunda derivada, pero cuesta descubrirlo. ¿Cuántas veces al analizar la bolsa hemos sufrido de fijación funcional como se habla en el vídeo? Obviamente a diario. Y esta paradoja puede aplicarse a cientos de profesiones incluso a nuestra vida diaria. Así que ya sabe, cuántos más bonus reciba el analista, no solo no mejora su rendimiento sino que podría llegar a afectarle de forma negativa. Y muchos de estos analistas no solo están sujetos a incentivos adicionales en base a resultados sino que también lo están al castigo de ser despedidos si no se observan resultados inmediatos.
De forma alternativa, en el vídeo se ofrece una propuesta para este tipo de problemas: autonomía, maestría y propósito. Viendo a los grandes inversores todo cuadra.
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