La
economía de la zona euro finalizó el 2016 con el mayor impulso de su
economía en los últimos 5 años, reforzando así a la región, que se
dirige a un año protagonizado por la incertidumbre política en medio de
las negociaciones de la salida de Reino Unido de la Eurozona.
Como
podemos observar en el siguiente gráfico, el Indicador PMI Compuesto de
la Zona Euro, que mide la actividad de la economía privada de los
países de la Unión Europea, escaló a máximos de 67 meses en diciembre
hasta el nivel de los 54,4 puntos, por encima de las previsiones de los
53,9 puntos, poniendo así fin al mejor trimestre del año.
Concretamente,
la industria manufacturera lideró la aceleración del crecimiento, con
un aumento de la producción al ritmo más rápido desde abril de 2014,
mientras que la actividad del sector servicios aumentó sólidamente en
línea con lo esperado, con la tasa de aumento cerca del máximo de 11
meses en noviembre.
La
expansión económica fue protagonizada por España, liderando el
crecimiento d la Eurozona, alcanzando máximos de seis meses, seguido
por Alemania con máximos de cinco meses. El ritmo de crecimiento en
Francia se aceleró alcanzando un nuevo récord de un año y medio, pero se
mantuvo por debajo del promedio de la zona euro. Italia, sin embargo,
fue la única en tener un crecimiento más lento, como podemos observar en
los siguientes gráficos:
A
pesar de la reciente expansión de la Eurozona, que la aleja de los
rumores de una posible desaceleración de su economía, la institución
presidida por Mario Draghi considera que la inflación de la zona euro
no alcanzará niveles cercanos a su objetivo del 2% hasta 2019, cuando
prevé que se sitúe en el 1,7%, aunque, según las actas, la estimación
podría ser revisada al alza en función de las medidas que aplique Trump
una vez asuma su cargo como máximo mandatario de Estados Unidos el
próximo 20 de enero.
En
este sentido, la inflación se ha elevado sobre todo por el incremento
en los precios de producción que alcanza niveles máximos de cinco años y
medio en el último mes del año 2016. Esto surge principalmente ante el
aumento de precios del petróleo, lo que finalmente provoca una reducción
en el margen de beneficios de las empresas.
La
subida considerable del 12,6% en el crudo Brent durante el mes de
diciembre contrasta con los bajos niveles de precios del año pasado. Se
trata de la primera subida anual de los precios de la energía desde el
2012. En este sentido, como podemos observar en el siguiente gráfico, la
inflación alemana alcanza su nivel máximo desde julio de 2013, al
situarse en el 1,7% en diciembre.
Tras
el anuncio el pasado mes de diciembre por parte del Consejo de Gobierno
del BCE sobre la ampliación del programa de compra de bonos hasta
finales del 2017, muchos dudaban de si éstas medidas de estímulo podrían
asegurar un ajuste sostenido de la inflación en el medio plazo.
Gracias
a los continuos signos de crecimiento económico, los datos pueden
reforzar la posición del BCE mientras que muchos expertos esperan que el
salto en la inflación sea una señal para acabar con la política
monetaria expansiva.
Durante
la última reunión de políticas en diciembre, la evaluación de Draghi
sobre la perspectiva fue cautelosa, donde destacaba: “A pesar de que el
riesgo de deflación haya desaparecido en gran parte, la incertidumbre
prevalece”.
En
el apartado de mercados, las bolsas cierran un año turbulento, donde
debemos estar atentos a diversos factores que determinarán el
comportamiento de este año. En Europa tendremos las elecciones en Países
Bajos, Francia y Alemania, además de la previsible invocación por parte
del Reino Unido del artículo 50 del Tratado de Roma en marzo. En EEUU
debemos estar atentos a las medidas que tome Donald Trump en su llegada a
la Presidencia, y el número de subidas de tipos de interés que realice
la FED en este año 2017, aunque previsiblemente se prevé una o dos
subidas como máximo.
Rebote de los bancos estadounidensesCabe
resaltar de cara al 2017, la evolución de los bancos de Estados Unidos
en relación con las empresas de servicios públicos, que han registrado
un desempeño significativamente bajo durante los últimos meses. Así
mismo, un dólar estadounidense más fuerte y unos rendimientos de bonos
más altos pueden actuar como una ventaja para la renta variable
estadounidense de forma general.
Asia conserva su atractivo, con China liderando el protagonismo.La
reaparición de China como motor de crecimiento mundial es uno de los
elementos a considerar de cara al 2017. A pesar de que persistan las
preocupaciones sobre la posición de capital de su economía, su política
“one belt, one road” para expandir el comercio y la inversión, puede ser
el nuevo Plan Marshall que el mundo necesita después de la crisis
financiera global.
En Japón su principal índice, el Nikkei 225 se ha revalorizado un 18% en los últimos dos meses.
Así
mismo, con India e Indonesia llevando a cabo un importante progreso en
sus reformas, Asia ofrece en gran parte un buen balance de crecimiento e
inversión.
Mercados emergentesLa
incertidumbre que nos surge en los mercados asiáticos es la victoria
de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, donde se han
disparado tres principales preocupaciones para los mercados emergentes
de renta variable: la amenaza de potenciales políticas comerciales
proteccionistas, el aumento de los tipos de interés y la fortaleza del
dólar estadounidense.
El
sorprendente resultado se reflejó en los mercados de renta variable
aunque se recuperaron con rapidez. Los flujos de mercados emergentes
también se revertieron fuertemente, donde las salidas de flujos llegaron
a los 7.000 millones de dólares en la semana siguiente a las
elecciones, lo que equivale a un tercio de las entradas de capital en el
año.
A
pesar de ello, nuestra opinión se inclina a pensar que la reacción
inicial del mercado está subestimando la diversidad de oportunidades que
ofrecen los mercados emergentes, así como la sobreestimación de los
inversores de que las promesas realizadas durante la campaña se
conviertan en políticas reales.
En
Aspain11 seguimos apostando por la gestión activa de carteras de
inversión a medio y largo plazo, donde para perfiles más arriesgados
diversificamos en mercados emergentes vía fondos de inversión, que
aporten alfa y volatilidad controlada.
En
nuestra opinión, la recuperación del crecimiento de los beneficios, una
tendencia positiva en datos como los índices PMI y la tasa de empleo en
ciertas regiones están apoyando al mercado. Esto, sumado a la subida de
los precios de las materias primas, con la demanda y la oferta cada vez
en mayor equilibrio, debería contribuir a una moderada mejoría de la
inversión y confianza en los mercados.
En
estos momentos vemos que la bolsa americana comienza a estar cara,
donde su principal índice, el DJIA, no consigue superar los 20.000
puntos y el SP 500 los 2.300 puntos, donde estudiamos las entradas con
cautela, centrándonos en sectores que tengan un mayor potencial, como el
sector bancario. La bolsa europea cuenta con unos múltiplos mucho más
bajos donde hay mejores oportunidades. En este sentido, apostamos de
cara a este nuevo año 2017 por Europa, Asia y el sector bancario
estadounidense.