El 27 de agosto de 2013 escribí un artículo titulado La Guerra de Siria y la Bolsa donde argumentaba que esa guerra no era bajista para las bolsas occidentales porque la historia (escenario base) mostraba que las guerras no son por sí mismas bajistas para la bolsa (a no ser que estés invertido en la bolsa de Damasco).
Como se comprenderá, si una guerra no es bajista per se, tampoco lo es un atentado como el de Madrid el 11-M o el de este viernes en París. Es una cuestión de números. Lo que es una enorme tragedia para todos, es irrelevante para la economía que responde al comportamiento agregado de cientos y miles de millones de personas.
Estos días he leído alguna información diciendo que los atentados de Atocha del 11-M debilitaron el PIB español. Ni debilitaron la situación bursátil ni, por supuesto, debilitaron la economía. El siguiente gráfico muestra la evolución trimestral del PIB español entre 2001 y 2007. Si alguien es capaz de ver un clara relación entre atentados y economía, que me lo diga, porque yo no la encuentro.
Sin embargo, esta falta de relación entre atentados y bolsa/economía más o menos reconocido por casi todos, de forma mayoritaria se pone en duda cuando nos referimos a los nefastos atentados del 11 de Septiembre de Nueva York y Washington. Es ahí, en ese caso, en el que la mayoría opina que los atentados provocaron caídas bursátiles sostenidas (es decir, más allá de unos días) y que la economía se hundiera.
El problema es que es falso. O, al menos, hay demasiadas dudas razonables para poder dar ese veredicto con convicción. La locución jurídica latina lo explica: In dubio pro reo. En caso de insuficiencia probatoria, el acusado debe ser absuelto.
En primer lugar la bolsa americana se encontraba en medio de una tendencia bajista primaria y la economía estadounidense en una clara situación de recesión antes del 11-S. El atentado tuvo lugar justo en mitad de esa tendencia bajista. ¿Se puede decir que el 11-S intensificó la tendencia bajista?
Por decir se puede, pero no hay pruebas, solo elucubraciones. Si otros atentados no han cambiado la tendencia primaria ¿por qué este sí? En términos económicos, y suena duro pero es la realidad, 3.000 muertos y unos edificios derribados no cambian mucho el comportamiento agregado de 400 millones de habitantes. Son muertes especialmente trágicas por cómo se han producido, pero estadísticamente no son significativas.
Se puede argumentar que el 11-S prolongó el mercado bajista, y es un argumento legítimo, pero no hay manera fehaciente de confirmarlo y sí muchas dudas de que así sea.
Es igual de válida la opinión que dice que el mercado bajista continuó porque año y medio antes había explotado la mayor burbuja bursátil desde 1929, un evento que suele necesitar tiempo de digestión y que tiene un mayor impacto sistémico que la desgraciada muerte de unos miles.
También es válida la opinión de que los casos de Worldcom y Enron y sus fraudes contables, terminaran de quebrar la débil confianza de los inversores en la parte final del mercado bajista. De hecho, para restaurar la confianza hubo que legislar y crear la Ley Sarbanes-Oxley para supervisar de mejor manera las cuentas de las empresas cotizadas. La ley se aprobó en julio de 2002, justo el fin del mercado bajista. Curiosamente, el siguiente mercado bajista llegaría a su final en 2009 con la suspensión de la regla contable FAS 157, la cual estaba exacerbando las caídas bursátiles con la obligación de la contabilidad a precios de mercado.
En segundo lugar, no hay evidencia de que la recesión económica se prolongara a causa del 11-S. Muchos mezclan el acto terrorista con la recesión, pero aquella contracción económica había empezado en marzo de ese año y terminaría dos meses después del 11-S, en noviembre.
Los indicadores más adelantados, como el indicador líder agregado de la economía estadounidense elaborado por la Reserva Federal de San Luis, muestra que las condiciones económicas habían tocado fondo en agosto y que a partir de ahí comenzarían a mejorar durante 6 años.
Si hubiera existido algún impacto negativo se tendría que mostrar en las series más adelantadas. Pero como mucho hay un 'blip' durante el mes de septiembre pero 0 evidencias de su impacto más allá de unas pocas semanas.
Por ejemplo, si tomamos las ventas al por menor, un indicador adelantado de las tendencias de consumo, vemos que ya venían declinando desde marzo de 2000 y es verdad que en el mes de septiembre se resintieron, pero solamente fue un pequeño retroceso y a la postre sería el fin de la tendencia a la baja de las ventas minoristas. A partir de ese momento solo crecerían a medida que la economía norteamericana salía de la recesión.
Impacto un mes, sí. Impacto más allá de eso, no. Y por tanto poco impacto económico general.
Lo mismo podemos decir de la producción industrial. Ésta ya venía declinando desde junio de 2000, es decir cinco trimestres antes del atentado y tocaría suelo en diciembre, solo dos meses después. No aparenta que haya relación alguna entre atentado y economía industrial.
Creo que si bien no puedo convencer a todo el mundo de que no hay relación entre 11-S y evolución bursátil y económica posterior, al menos sí que he planteado unas cuantas dudas razonables. Ya había una tendencia bursátil bajista previa y no hubo aceleración de la contracción económica, sino todo lo contrario.
En mi opinión, un triste atentado en Madrid o París, no se diferencia mucho desde el punto de vista bursátil y económico de un atentado más grande en Nueva York. Pero, si bien la mayoría podemos razonar que los atentados del 11-M o del 13-N tienen un impacto menor a nivel agregado, cuando llega la hora de juzgar el 11-S nuestro juicio cambia.
¿Por qué? porque aquello fue muchas veces más impactante en cada uno de nosotros. Vimos en directo chocar un avión contra un rascacielos, vimos cómo las pobres víctimas del atentado tuvieron que tirarse al vacío, vimos en directo caer dos torres enormes, vimos en directo como caía el Pentágono y vimos en directo cómo Bush tuvo que esconderse hasta que pasase la tormenta. Muchos pensábamos o tuvimos la duda de si el mundo había cambiado de manera radical en pocas horas y si se había iniciado una tercera Guerra Mundial.
El impacto fue tan claramente diferente a los atentados de Madrid y de París, por cantidad de imágenes, por su transmisión en directo y por la magnitud hollywoodiense del 11-S, que hemos asociado para siempre los atentados de Nueva York con toda clase de males, incluso los que no ocurrieron. Es decir, hemos construido una falacia narrativa que no tuvo lugar y que aún con datos objetivos nos cuesta aceptar.
"Ni siquiera una Guerra Mundial puede evitar un mercado alcista si las condiciones son alcistas o un mercado bajista si las condiciones son bajistas. Todo lo que un operador necesita para hacer dinero, es entender cuáles son las condiciones subyacentes."
Jesse Livermore