Como decía yo ayer, y hoy dice Paz Viruet, Italia, y en general el populismo emergente en Europa, están poniendo en peligro al euro.Por razones económicas, yo no fui nunca partidario del euro. Mis razones son las de M Friedman: es más fácil ajustar un desequilibrio exterior vía tipo de cambio que vía devaluación interna. El euro es pura ideología disfrazada de argumentación económica falaz. En la historia, todos los intentos de unidad monetaria entre distintos países cada uno con su gobierno, ha fracasado, como demostramos M Ahijado y yo en unos libros de lectura escritos hace años. Eso es historia, que se puede además explicar fácilmente con una teoría adecuada. Es lo que hizo Paul De Grauwe en un artículo ya famoso. De Grauwe demostraba que para que una moneda funcione tiene que estar respaldada por un gobierno con su banco central. Como dice Nick Rowe, “Cuando se crea una moneda, o se crea una nación, o se crea un problema”.
Lo que pasa es que el euro se creó, como decía antes, por razones geoestratégicas. Nada que ver con la economía, salvo sus consecuencias desastrosas. Alemania quería la reunificación con Alemania Este, y a Francia le daba miedo el gran poder de una nación que ha sido su enemiga secular, por lo que pensó que había que maniatarla con el euro. Así no es extraño que RU se quedara fuera.
El euro nació con ínfulas de sustituir al dólar en la preeminencia mundial, pero no lo ha conseguido. ¿Por qué? porque el dólar está respaldado por un gobierno único fuerte, que a su vez está apoyado por los americanos. Tan fuerte, y tanta confianza tiene el mundo en él, que dicho gobierno se permite emitir su deuda en dólares y, aunque nadie obliga a los inversores, éstos no ponen reparos, e incluso aceptan una prima negativa de riesgo. Eso permite al gobierno no verse afectado porque el dólar se devalúe. Razón de confianza, que el euro no ha conseguido atraer.
Para ello tendría que unificar bastantes cosas, y, quizás sin llegar a un gobierno federal, podría reforzar el euro, aunque éste no llegaría nunca al nivel del dólar. Pero no se pensó en ello cuando se hizo, sino en maniatar a Alemania - erróneamente - y su marco fuerte. Francia pensó que así ella podría ser el lider político del tinglado, y Alemania el lider económico, aunque débil políticamente por su historial reciente en la guerra. Error de cálculo, porque la que manda ahora es Alemania, mientras Francia está postrada por su propio denodado esfuerzo.
Si fui euroescéptico y lo sigo siendo, sin embargo reconozco que su derribo desordenado sería una crisis mundial. En Europa está el problema de las deudas denominadas en euros, cuyos acreedores son mayoritariamente del Norte y sus deudores del Sur. El estallido del euro sería un rompecabezas inextricable, que podría incluso llevar a una guerra, como predijo Martin Felstein hace décadas. En el mundo, todos los poseedores de euros se irían a instrumentos en dólares, lo que reforzaría a EEUU más incluso de lo que podría desear.
Por lo tanto, el problema del euro no es baladí.
Mi opinión particular es que la solución pasa por una negociación concertada entre acreedores y deudores, pero no sé cómo se organiza eso. Sólo sé que el desequilibrio de balances entre Norte y Sur es insoportable, y que no sólo el Sur es responsable, porque hay un punto en el cual los acreedores saben que están prestando dinero a un insolvente. ¿Quién era más responsable de las hipotecas subprime?
En EEUU, ese problema entre la banca y los acreedores de las subprimes y otros productos se arregló medienta una fuerte intervención del Estado, más o menos criticable, pero se arregló. Por eso en 2009 EEUU reemprendió su crecimiento. Europa tuvo que esperar, y España más aún, hasta 2012.
El euro pasó por una crisis en ese año, acentuada por el comportamiento ominoso de Trichet (anterior presidente del BCE), que se puso a subir tipos cuando Europa estaba hecha una braga agujereada. Que fue el antecesor de la crisis no cabe la menor duda si se ve en el gráfico cómo las subidas de Trichet despertaron la desconfianza de los mercados y originaron la crisis de las deudas - en realidad crisis del euro. Tuvo que llegar Draghi para disolver esa desconfianza y reforzar al euro, y los mercados simplemente creyeron sus palabras “What ever it takes”.
Pero ahora el BCE no tendría recursos para volver a hacerlo, cuando su tipo de interés es negativo. Ahora se necesita más compromiso de los gobiernos miembros, y ahí es donde entra el problema del populismo emergente en toda Europa. A ello se añada la debilidad creciente de Merkel, quizás la única europeísta medio convencida que queda.
Por lo tanto, nos encontramos en una mala voluntad política para resolver el problema económico.
Un intento de crear un gobierno federal llevaría, en mi opinión, al fracaso. Demasiados orgullos nacionalistas detrás de la fachada agrietada. Incluso la unión bancaria total no tendría éxito si antes no se resuelve el desequilibrio financiero Norte Sur. Y ¿sería eso suficiente? No sin una unidad fiscal, o presupuestaria; pero eso sería por encima de los parlamentos nacionales, y basta echar un vistazo para ver de nuevo la falta de voluntad continental. Contémplese fríamente nuestro Parlamento y sus actores. Para tirar cohetes.