De vuelta al punto de partida. Esta podría ser la frase que resume lo que está aconteciendo actualmente en los mercados financieros italianos. A principios de septiembre, los inversores decidieron darle un voto de confianza al gobierno italiano, tras la promesa del ministro de finanzas de cumplir los requerimientos de Bruselas a la hora de elaborar sus presupuestos. El viernes, Matteo Salvini (viceprimer ministro italiano) hizo público su plan de presupuestos, en el que planea disparar el gasto público hasta alcanzar el 2.4 % de déficit hasta el 2021, frente al 0.8 % comprometido. Tras esta noticia, la rentabilidad de los bonos italianos se ha ido de nuevo a niveles similares a los que ofrecían hace un mes, justo antes de las promesas realizadas, que a todas luces se ve que fueron falsas.
En el siguiente gráfico vemos que, efectivamente, la TIR de los principales plazos de los bonos de gobierno italiano cotizan en los niveles de final de agosto.
La Unión Europea ha sido tajante al respecto y está instando al gobierno italiano a que rectifique. No quiere otra Grecia. Pierre Moscovici instó ayer al Gobierno italiano a «contar la verdad» que hay tras su propuesta. «Es fácil aumentar el déficit para ser populares a corto plazo, pero al final, ¿quien paga la factura?», señaló apuntando a los contribuyentes. El caso es que la deuda de Italia alcanza casi el 140% del PIB y el actual gobierno está dispuesto a seguir aumentando esta cifra para poder mantener sus promesas populistas.
Como venimos comentando históricamente en nuestras claves diarias, el problema de la deuda de los países no radica en el porcentaje de deuda sobre el PIB, sino en la moneda en la que se va a devolver el préstamo. Así se puede explicar que un país como Japón, cuyo porcentaje del PIB es del 236%, ofrezca una TIR negativa, mientras que la deuda argentina sólo representa un 52% del PIB y los inversores no la quieren por mucha rentabilidad que ofrezca.
Esto explica que este nuevo repunte de la prima de riesgo italiana vuelva a no contagiar a la española o portuguesa. Ambas primas de riesgo efectivamente han repuntado estos días, pero se mantienen por debajo de los niveles de agosto y lejos de los máximos de mayo, cuando formaron gobierno los dos partidos euroescépticos italianos.
Y es que el auge del euroescepticismo es la clave. Hace un tiempo el riesgo de estos mercados es que la clase política solía tomar decisiones de calado y acometer reformas cuando la prima de riesgo se tensaba. El aumento de la primas de riesgo provocaba un encarecimiento de los costes de financiación, por lo que el gobierno se veía obligado a realizar ajustes de cara a convencer a los inversores internacionales que, a fin de cuentas, son los que están financiando la cuentas públicas. Pero el riesgo en Italia no es ver hasta dónde están dispuestos a aguantar el repunte de la prima de riesgo antes de dar su brazo a torcer. Ahora el riesgo es que finalmente Italia decida convertir su deuda en liras italianas u en otra moneda análoga. Realmente es esto lo que pueden empezar a temer los inversores.
Así las cosas, el euro está siendo uno de los principales perjudicados estos días. En sólo tres sesiones ha pasado de cotizar de 1,18 a 1,15 dólares por cada euro. También destaca el fuerte castigo a la banca europea, que es la principal acreedora del Tesoro italiano. En el siguiente gráfico del sectorial bancario del Eurostoxx podemos ver claramente lo que hemos comentado en la primera frase de estas claves. El sectorial ha vuelto a caer a la zona de mínimos de agosto y septiembre, justo antes de la promesa de Italia de cumplir con Bruselas.
En el MIB 30 italiano ocurre exactamente lo mismo. Los mínimos de hoy coinciden con los mínimos de agosto y septiembre.
Todo apunta a que estos índices podrían cerrar hoy lejos de los mínimos de la sesión, lo que es buena noticia desde el punto de vista técnico, por lo que las señales vuelven a no ser tan negativas como nos traslada la visión de las noticias. La pregunta es si tanto la Unión Europea como el gobierno italiano pueden llegar a algún acuerdo que evite que los bonos italianos continúen desplomándose y, con ellos, arrastren al resto de activos europeos.
El lado positivo de todo esto nos tememos que es que los líderes europeos serán los que actúen antes de que los italianos decidan promulgar un "Italexit". Entre líneas, esto es lo que deducimos de las palabras de ayer de Pierre Moscovici, quien pidió a los ministros del euro dar luz verde a un presupuesto para la Eurozona como medida para «luchar contra las desigualdades, de las que se nutren los populistas». Y es que el verdadero riesgo político actual en el mundo, no sólo en Europa, es el crecimiento del populismo. Quizás este repunte actual de la prima de riesgo italiana sirva para acometer reformas estructurales que eviten que el populismo siga creciendo.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
(http://blog.unicorppatrimonio....)