Probablemente haya leído muchos artículos y comentarios en referencia al debate sobre la gestión pasiva o activa. Los defensores de una y otra debaten como sí solo hubiese dos alternativas para el inversor particular. Puede comprar fondos de inversión activos de buenos gestores que logran una rentabilidad por encima del mercado y justifican sus comisiones (así lo plantean los defensores de la inversión activa), o puedes comprar fondos índices o ETFs que replican el comportamiento los principales índices bursátiles donde la comisión es menor y se recoge la rentabilidad del mercado a largo plazo. Ambos sectores ensalzan las ventajas de su opción y destacan las desventajas de la opción contraria.
Hay algo común a estas dos formas de ver el problema y es que ambas pasan por alto quizás lo más importante: el aprendizaje. Los defensores de los fondos de gestión activa dicen que el inversor no tiene tiempo de investigar compañías o inversiones y que eso hay que dejárselo a un profesional. Compre fondos y olvídese. Los defensores de los fondos de gestión pasiva defienden en muchas ocasiones que es imposible batir al mercado y que para eso es mejor salir a empatar comprando un fondo índice, que replica su comportamiento de cerca. En este caso también debe olvidarse de pensar, estas cosas no son para usted. En realidad, ambos enfoques son erróneos. El principal motivo es que decantarse por una de las dos opciones exige una decisión razonada y partir de una serie de supuestos, por lo que el inversor particular se encuentra de nuevo ante el dilema: ¿qué debo hacer? Debe pensar una vez más sobre sus posibles alternativas. Su acierto o error dependerá de su mayor o menor habilidad en la toma de decisiones. Si escoge fondos de gestión activa, debe seleccionar los mejores fondos, tarea nada fácil. Si se decanta por la inversión pasiva, debe escoger qué índices replicar, llevar a cabo una dura disciplina y seguir una serie de reglas. Esto último no venía en el paquete de “siéntese y olvídese”. No hay escapatoria, debe tomar decisiones y es responsable de los resultados.
La verdad es que merece la pena perder pequeñas cantidades de dinero al principio a cambio de aprender las lecciones más importantes del mundo bursátil. Las inversiones más rentables no son las financieras, sino aquel tiempo y recursos que se dedican a transformar la mente del inversor y desarrollar lo mejor posible sus capacidades. Existen limitaciones obviamente, pero también un gran abanico de posibilidades para enriquecer nuestra cultura financiera sin necesidad de ir a la universidad o cursar un máster. Por muy difícil que sea para el inversor dedicar un tiempo considerable a reflexionar sobre estos temas, no hay escapatoria. En la vida real el problema no es en qué fondos invertir, sino que las alternativas y posibilidades son mucho más amplias. ¿Debo montar mi negocio? ¿Una hipoteca es la mejor decisión de inversión? ¿Vendo una serie de terrenos y compro acciones? Todas y cada una de estas decisiones parten de la misma problemática que cuando se analizan los mercados. Al igual que se decide invertir en un ETF frente a un fondo de gestión activa, también se elige si los ahorros deben emplearse en comprar activos financieros o ahorrar para desarrollar tu propio negocio. Comparar unas opciones u otras requiere dominar unos criterios mínimos si se desea evitar grandes errores.
Al igual que en muchas otras disciplinas, el aprendizaje no depende exclusivamente de realizar un curso o de pagar una matrícula para un máster en finanzas. Estos pueden ayudar, pero no los consideraría requisitos imprescindibles. Al fin y al cabo, la mayoría de los contenidos que se imparten son accesibles a través de internet. Lo que sí que es un requisito indispensable es estar expuesto al mercado, llevar un mínimo control de nuestros resultados e ir refinando nuestra filosofía de inversión con el paso del tiempo. Lo primero que necesita el inversor es enfrentarse a dilemas reales, con limitaciones de todo tipo y situaciones siempre novedosas. Esto no es condición suficiente, pero sí necesaria. Sin enfrentarse a los dilemas que plantean los mercados financieros, no es posible progresar. Pero hacerlo tampoco es garantía de éxito.
Por este motivo, un primer paso es tomar decisiones de inversión activas, siempre con riesgos razonables y dejando la puerta abierta a una segunda o tercera oportunidad. En este sentido, es más rentable para el inversor seleccionar un par de valores del mercado aunque acabe perdiendo dinero, que olvidarse por completo del asunto y seguir los consejos sencillos de los defensores de la inversión pasiva o activa. Lo es porque cuando se enfrente a las pérdidas y a la nueva información que va llegando del mercado, comenzará a plantearse cuestiones que aparecen cuando se compra un piso o contrata un depósito en el banco. Las mismas cuestiones que también son necesarias para decidirse por un ETF o por un fondo de gestión activa.
También es necesario leer libros, artículos e informarse de los acontecimientos más relevantes. En función de la nueva información que nos va llegando, ya sean noticias o nuevas ideas, iremos actualizando nuestra visión sobre nuestras posiciones. Sin nuevas ideas frescas o diferentes enfoques, no habrá progreso en la capacidad de análisis. Al principio el pequeño inversor adopta un esquema muy sencillo basado en una serie de reglas, pero con el tiempo ve que esta forma de ver las cosas no da más de sí. Todo el mundo ve lo que él comprende, por lo que no hay mucho potencial en sus inversiones. En ese momento, el inversor debe darle una vuelta de tuerca más a su análisis para obtener ventaja frente al resto. La lectura de libros sobre grandes inversores y otros relacionados con los mercados y la sociedad le permitirán incorporar nuevas ideas y descartar teorías erróneas, todo ello para ir puliendo su filosofía de inversión hasta ser capaz de tener unos criterios propios para seleccionar inversiones.
El aprendizaje se caracteriza por la serendipia. Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. Leyendo e investigando sobre compañías y mercados descubrirá muchas cosas y herramientas hasta entonces desconocidas, las cuales le pueden echar una mano en otros aspectos fuera de la bolsa. Un ejemplo puede ser entender las reglas básicas de la contabilidad, lo que le puede ayudar en su negocio personal. No menos importante es el progreso en el aprendizaje del inglés, ya que la mayoría de la información financiera e internacional exige ser capaz de leer en inglés. Aprender inglés no solo es útil para los mercados, sino obviamente para muchas otras tareas de la vida cotidiana o nuestro trabajo. Analizando compañías quizás comience a entender mejor la dinámica de la competencia, comprendiendo mejor su situación laboral o empresarial y por qué los sueldos de un sector cada vez son más bajos. Descubriendo los peligros del apalancamiento financiero es posible que sea más consciente de los riesgos de pedir un préstamo hipotecario. Son muchos los ejemplos y posibilidades.
Pero la mayor serendipia de todas es descubrir que algo que ya sabía antes de aproximarse a los mercados es extremadamente útil para sacar ventaja en bolsa. Un buen ejemplo puede ser un médico que conoce bien una serie de medicamentos y tratamientos y se da cuenta de que la mayor parte de empresas farmaceúticas cotizan en bolsa. Al contrario que la mayoría de inversores, él conoce bien las características y cualidades de algunos fármacos, así como el funcionamiento del proceso de aprobación por parte de las autoridades. Los mercados le permitirán exprimir al máximo estos conocimientos.
En definitiva, lo verdaderamente importante no es qué opción elige el inversor particular, sino ir mejorando cada vez más los criterios de selección. No es recomendable sentarse en el sofá y ver los contenidos que le ponen delante las cadenas de televisión, decida usted qué desea ver de forma activa. Una mente activa es claramente superior a una mente pasiva. Sufra sus propios errores, no los de los demás.
Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías y artículos de este tipo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value.
Muy buen resumen, le felicito
Muy de acuerdo en lo de aprender continuamente, pero sale más barato aprender de los errores de los demás en lugar de tratar de cometerlos todos uno mismo.
Aprender qué es lo que no debemos hacer viendo los errores ajenos es a lo que Munger se refería cuando hablaba de aprender vicariamente. Tal vez yo no tenga el insight de un médico en las farmas, pero seguro tengo el insight necesario para no haber invertido en VRX y eso lo aprendí sin perder un centavo. Lo aprendí leyendo libros y casos y sin experimentar un dilema real.
Por otro lado no es que la indexación diga que es imposible batir al mercado porque hay muchos que lo hacen. El problema es que no sabes quién entre todos los gestores lo va a hacer en los siguientes 5 años o 10 o 15. El indice al menos te dará el promedio.
Vuelvo a hacer la pregunta que le hice a un gestor de R4. Si es tan fácil escoger los fondos que batirán a su indice entonces por favor dígame cuáles serán esos fondos para los siguientes 10, 15 y 20 años por regiones y países.
Para todas las filosofas y estrategias es necesaria la Disciplina y aplicar herramientas básicas respectivas. La cuestión es que los errores casi siempre salen más caros en algunas estrategias que en otras. Y en algunas la curva de aprendizaje lleva más tiempo, tiempo valioso y necesario para aprovechar el interés compuesto. Además de que unas filosofías son más propensas a caer en un mayor numero de sesgos cognitivos y por lo tanto será más difícil ver nuestros errores y rectificar.
Creo que tal vez también deberíamos diversificar por estrategias.
Saludos y un abrazo!!!
En respuesta a Gaspar JGF
Sobre el tema del insight de VRX. Yo soy de los que defiende que para invertir en una compañía no es necesario ser experto en el sector, simplemente realizar la investigación correspondiente si es que es posible. Solo digo que la selección de valores es una buena forma de sacarle partido a cosas que ya sabemos de antemano.
Sobre el tema de elegir fondos de gestión activa, no defiendo esa filosofía. Por lo tanto, no puedo contestar a esa pregunta.
El único punto de mi artículo es que no se puede escapar de la toma de decisiones. Es imposible no tomar riesgos en tu vida personal, sobre todo en las inversiones. Muchas personas tienen que decidir si hipotecarse o no, y yo creo sinceramente que el haber intentado escoger valores en bolsa ayuda a entender qué significa realmente el apalancamiento financiero.
Dices que es posible aprender esas cosas sin tomar riesgos, en mi opinión complicado. Uno no aplica el mismo empeño y rigor cuando invierte dinero real que cuando no lo invierte, lo que nos atañe directamente despierta más atención. Al igual que no es lo mismo elaborar una idea de inversión en privado que exponerla en público en un artículo. Te prometo que comencé a contrastar y comprobar muchos más datos cuando empecé con el blog. Invertir dinero propio y realizar recomendaciones en público son un compromiso mucho mayor que el aprendizaje desinteresado.
Esto incluye la inversión pasiva, también forma parte del aprendizaje, desde luego. Si alguien me dice: "Enrique, voy a empezar invirtiendo en fondos índice para iniciar mi aprendizaje". Mi respuesta sería: "adelante". Probablemente, tras ese primer paso comience a investigar más sobre los mercados, y cuando se vea en la tentación de abandonar la estrategia inicial por impaciente, comenzará a enfrentarse a los dilemas que se encuentra todo inversor. Superarlos solo es posible a través de la experiencia personal.
PD: Yo también invierto una pequeña parte en índices. Cuando quiero realizar aportaciones y no sé que comprar, tiro de ese comodín. Si encuentro compañías interesantes pues obviamente prefiero realizar apuestas más específicas.
Un saludo.
Desde luego la parte de la industria que se dedica a la gestión pasiva se jacta de lo de ser perezoso.
En respuesta a Hugo Ferrer
Esos tíos lo que no tienen es vergüenza. Les están haciendo creer que este rollo de la indexación está chupado. Es fácil de entender y relativamente sencillo de comenzar, pero no es fácil mantenerse impávido y disciplinado.
Olvidan mencionar que hacer aportaciones y rebalancear en momentos de miedo y pánico no es coser y cantar.
Hay que tenerlos bien puestos cuando uno de tus activos ha caído 20% o más y tienes que vender el activo que ha subido para comprar mas del que ha caído o aportar más al que ha caído.
Esta fue mi respuesta a ese tweet que Solrac me envió:
https://twitter.com/IronMG/status/732016545983909888
Saludos y un abrazo!!!
Gran artículo! Cosas así es la que debería leer la gente con tal de fomentar el desarrollo de sus conocimientos/capacidades, en mi opinión la nueva sociedad de la tecnología es borrega y despreocupada, en la que prima el déficit de atención, está demostrado que cada vez más gente se queda simplemente con el titular de una noticia, no va más allá. Se ha generado un estilo de vida en el que la sobrecarga de información ha vuelto perezosa a la gente, me he matriculado en la universidad a fin de poder desarrollarme y hasta en dicho ámbito es difícil encontrar gente que se sienta motivada o le pique la curiosidad por todo esto que se nombra en el artículo.
Saludos, un placer leerte.
En respuesta a Marcos Calvente
Gracias por tu comentario. No creo que sea un fenómeno actual. Ha sido así toda la vida, ahora simplemente hay más posibilidades y menos excusas. En este blog encontrarás eso que buscas.
Un saludo.