Saber si las bolsas en general o un determinado índice o valor va a subir o bajar en un futuro cercano parece ser el objetivo final de la mayoría de los análisis que leemos sobre bolsa. Descubrir el indicador o mezcla de ellos que nos dé una certeza poderosa sobre el devenir, es el fruto de infinitos análisis sobre bolsa. Cada día vemos algún gráfico que relaciona la situación actual de un parámetro con alguna situación del pasado, y de ahí determinamos lo que puede ocurrir ahora, además de destacar la opinión de “prestigiosos analistas" que predicen tal o cual cosa, en especial el derrumbe inminente de los diversos activos. Francamente, este no era ni de lejos el ambiente que se respiraba, ni en 1999 ni en 2007, de hecho hasta 2007 la obsesión, seguía siendo el control de la inflación, algo atenuada ya por lo que ocurría en Japón.
Teniendo en cuenta que la bolsa sólo puede hacer 3 cosas, subir, bajar, o estar en lateral, el porcentaje de aciertos de todos estos gurús y aficionados es menor que el que nos daría tirar una moneda al aire. Siempre me he preguntado por qué un profesional competente pagado por una empresa privada iba a dedicar su tiempo y conocimientos a orientar gratis a los novatos sobre cómo tienen que actuar en sus inversiones; algo así como si en una partida de póker el tahúr le dijera al novato cómo apostar, más si tenemos en cuenta que la bolsa en el corto plazo, es un juego de suma cero y las casas para las que trabajan, participan en el juego. Las respuestas que encuentro no me gustan nada pero sus consejos son seguidos como oráculos en algunos casos.
Saber qué va a hacer la bolsa en los próximos meses y años, ¿es importante? Depende del horizonte de inversión, para alguien que actúa intradía o en el muy corto plazo, la verdad es que es indiferente, para alguien que invierte en el medio o largo plazo sí es importante claro. Evidentemente, si tuviera al 100% seguro que el ibex va a subir un 10% en 2018, entraría con todo apalancado al máximo, pero nunca voy a tener el 100% de seguridad, ni siquiera un 90%, siempre vamos a tener las dudas suficientes como para desconfiar. Por eso no vamos a tope y esperamos que se confirme la predicción, a medida que se confirma nos vemos más seguros pero hemos perdido parte de la subida, en ocasiones toda o casi toda la subida.
En un artículo reciente, Ángel Martín Oro describía como los partícipes del fondo más rentable de los 80s no consiguieron batir al S&P 500, y hay muchas estadísticas que confirman la dificultad del pequeño inversor no sólo para batir al índice de referencia sino también a la inflación. Incluso lo difícil que le resulta ganar dinero en plazos de bolsa alcista.
De hecho, sabemos por los datos del pasado que los índices bursátiles tienen todos una pendiente hacia arriba, en ocasiones esta pendiente tarda muchos años en volver a mirar hacia arriba, si se tiene en cuenta el total retorno deflactado, que es lo realmente importante. La recuperación de la pendiente tarda mucho menos en llegar, en el temible crash de 1929, prácticamente 8 años después estábamos en el entorno de máximos, por lo tanto el famoso buy and hold, garantiza un retorno positivo nada desdeñable, entre un 5-6% anual de retorno total corregido por inflación. Esta es una magnífica rentabilidad, a la que no llegan ni de lejos la inmensa mayoría de inversores de medio largo plazo.
¿Por qué sucede esto? En mi opinión porque dado que la bolsa se mueve en dientes de sierra, pensamos ser capaces de pillar las subidas y evitar las bajadas. Esto es claramente posible en teoría, hay muchos sistemas con los cuales hubiéramos sido capaces de salirnos a tiempo en las grandes bajadas, e incorporarnos pronto a las subidas, y nos demuestran gráficamente como hubieran acertado en el pasado. Pero muchos de esos sistemas en las ocasiones pasadas dieron una señal buena y varias malas, ahora es muy fácil saber cuál deberíamos haber seguido, pero en su momento ya la cosa cambia, hacer timing y tener éxito es de las cosas más difíciles en bolsa, sobre todo en el futuro, con el pasado es realmente más fácil, claro hacer toreo de salón siempre fue más sencillo que en la plaza, por eso muchos grandes gurús piensan que es más factible hacerse rico escribiendo libros o asesorando, que invirtiendo, o haciendo profecías sobre estallidos de burbujas. Si al final acierta una, puede convertirse en el próximo Roubini, no importa cuántas predicciones haya fallado, mas que dar en el blanco, lo que intentan es disparar al aire constantemente esperando que algún objeto volador se cruce en la trayectoria de la bala.
La realidad nos dice que muy muy pocos inversores vendieron cantidades significativas de su cartera, cuando se iniciaban las caídas de 2000 o 2007, muchos se adelantaron y los otros al final volvieron a comprar más caro de lo que vendieron, y no sólo inversores particulares, a la mayoría de profesionales les pasó lo mismo. Casi todos tenían sistemas o indicadores infalibles que les decían cuándo y cómo actuar, pero algo falló... claro, siempre falla algo, menos la próxima vez. Así pues nos pasamos la vida intentando adivinar el futuro y cuando lo conocemos no sabemos qué hacer, entre los inversores intradia es muy normal iniciarse con cuentas demo hasta conocer bien la operativa. Todos descubren después, cuando comienzan a apostar con dinero real, otro factor con el que muchos no habían contado: las emociones, lo que en la cuenta demo funcionaba de maravilla ahora se atasca.
El control de las emociones es en mi opinión lo más importante para el inversor bursátil, lo más. Más que adivinar el futuro, el inversor intradia, puede adquirir mucha experiencia en poco tiempo y descubrir nichos con los que se sienta confiado, la mayoría no lo consiguen pero algunos si, los que sobreviven. Pero el inversor de largo plazo no tiene margen para coger experiencia, subidas de un 300-500% en pocos años o caídas superiores a un 30-40% se las va a encontrar una sola vez o a lo sumo 2, en su vida inversora, y cuando llegan estas situaciones la codicia y el miedo se adueñan de la situación: el inversor es un mar de dudas, los indicadores infalibles dan señales contradictorias, y termina buscando la opinión de los demás, y en la mayoría de los casos se deja llevar y en general la mayoría y sobre todo la opinión de los que ofrecen más certezas, suelen dar malos resultados. Terminará vendiendo tarde y volviendo a comprar también tarde, no lo digo yo, lo dicen las estadísticas, en ocasiones los sistemas que seguían no eran malos del todo pero las dudas hacen dudar hasta del propio sistema.
Todo aquel que haya vivido los últimos años de los 90s o las caídas de 2002 o 2008, puede recordar que en el ambiente que se vivía, a principio del año 2000, nadie hablaba de vender, luego muchos dijeron que habían dicho repetidas veces lo que iba a pasar pero lo debieron decir en la intimidad porque nadie les oyó. Como mucho, decían que podía haber una pequeña corrección para seguir subiendo, en las bajadas al principio todo el mundo ve suelos firmes para las caídas cada semana, con lo cual si vendes te perderás el rebote, cuando todos coinciden en que la bolsa se va a cero, justo es el momento en que empieza la recuperación. Es dificilísimo manejarse en esas situaciones, las emociones juegan en tu contra y tiran por tierra todo el trabajo que tengas preparado
La codicia y el miedo son realmente aliados necesarios del inversor, nos impiden vender demasiado pronto cuando estamos ganando, y nos evitan tomar decisiones demasiado arriesgadas en otras, pero si no se controlan pueden tomar el control de la situación en los momentos más difíciles y llevarnos a tomar las peores decisiones. Controlar estas emociones en los momentos claves es algo muy complicado, y conviene tenerlo en cuenta por si nos vemos en ellas.
Yo conozco el futuro de los índices bursátiles: es hacia arriba y probablemente con una pendiente similar a la del pasado, el camino no es lineal, pero si el plazo es largo, unos 10 años, puedo aspirar a recoger esta rentabilidad. Si soy capaz de evitar los errores a los que me conducirán las emociones, y esto se puede evitar, con método y disciplina, en USA ya hace muchos años se expuso un sistema bastante bueno para conseguirlo, el “Dollar Cost Averaging". En definitiva se trata de invertir de forma periódica, en fechas predeterminadas, la misma cantidad y en productos muy similares, de tal forma que evitas comprar demasiado caro. Así terminas comprando al promedio del periodo, si en cualquiera de los periodos anteriores a los grandes crash, se hubiera empezado a comprar sólo 3 años antes del comienzo de la caída, en todos los casos contando dividendos, en un máximo de 2 años hubiera recuperado su inversión, en la mayoría en menos de 1 año. Este sistema sencillo, bate la rentabilidad del 95% de los inversores de largo plazo.
Pero este sistema se puede intentar mejorar de forma individual, por supuesto. Aunque supone más riesgo y posibilidades de estropearlo todo. Yo por ejemplo el único indicador que realmente me interesa son los resultados empresariales: cuánto ganan las empresas que forman el índice. Debajo vemos un gráfico del comportamiento del S&P y del Eurostoxx en los últimos 20 años:
Vemos que con pequeños desacoples, llevan una trayectoria similar hasta 2010, cuando la crisis de la deuda se cebó en Europa y malbarató los beneficios del Eurostoxx. Una vez pasada la crisis europea es previsible que el gap se vaya cerrando. En el caso del Ibex ya ha sucedido otras veces en casos similares
Actualmente el Eurostoxx 50 cotiza a un múltiplo sobre beneficios de poco más del 60% del múltiplo al que lo hace el S&P, esto me parece una oportunidad, fundamentalmente porque la caida o no aumento del beneficio en Europa, ha sido debido en gran parte a costes extraordinarios, y por eso desde hace 3 años he sobre ponderado la cartera con la compra del ETF Eurostoxx 50 doble apalancado. Si al final tengo razón y Europa se comporta mejor los próximos años, aumentará algo la rentabilidad esperada, en ese momento habrá algún sector o índice que se encuentre infravalorado por beneficios y expectativas y lo sobre ponderaría, el objetivo es aumentar rentabilidad hasta un 1% adicional, siempre hay aportaciones que pueden mejorar el sistema pero con mucho cuidado y en la duda mejor dejarlo como está.
Desde luego estos sistemas no te hacen millonario sobre todo si se invierte pequeñas cantidades, pero funcionan. Hay otras con las que se puede encontrar un pelotazo, las Loterías por ejemplo, o el bitcoin. Al final como decía Peter Lynch, se puede elegir entre hacerse rico lentamente o arruinarte rápidamente, la mayoría eligen la segunda opción.