A principios de año, las perspectivas económicas de México eran excelentes, tal y como yo mismo escribía entonces: "México 2013: grandes perspectivas". En el mes de enero, la bolsa mexicana alcanzaba máximos históricos reflejando esas perspectivas, que estimaban que el crecimiento mexicano para el 2013 iba a ser de un 3,5%. Pero en los últimos meses, tanto entidades privadas como Banamex, Bancomer y otras financieras como desde entes públicos como Hacienda han ido recortando sus previsiones de crecimiento hasta llegar a estimaciones entre el 1,2% y el 1,8%. Esta semana, el Banco Nacional Mexicano (Banamex pertenece a Citigroup) publicó su nueva estimación de crecimiento para el año en curso, "Banamex baja su previsión para México", en un débil 1,2%, dado que la demanda tanto interna como externa se han comportado muy por debajo de las expectativas que se suponían a principios de año. El 20 de agosto, la Hacienda mexicana también bajó su perspectiva de crecimiento al 1,8%, "Hacienda baja previsión de crecimiento".
Las portadas de los diarios empiezan ya a reflejar las dificultades que enfrenta la economía mexicana. La portada de La Jornada de ayer, sábado 31 de agosto era la siguiente:
Para los cuatro últimos meses del año, la recuperación de la economía mexicana debería venir de un mejor desempeño en las exportaciones a Estados Unidos, con la esperada recuperación de su economía que apoye al sector petrolífero mexicano y haga salir de la recesión en la manufacturera mexicana. Las remesas también deberían crecer si la construcción en Estados Unidos se recupera. Y también que el Gobierno mexicano cumpla con su presupuesto para este año y empiece a gastar.
Todas estas circunstancias se están reflejando en la bolsa mexicana, que vuelve a presentar debilidad, tal y como puede verse en el siguiente gráfico:
De momento, no parece que el IPC mexicano recoja las esperanzas de una recuperación de la economía mexicana en los próximos meses. Tengo la sensación que la recuperación de la economía estadounidense de la que tanto se habla no se producirá, en base a los datos que se reflejan ahora mismo en la economía mexicana, tan ligada como está a Estados Unidos.
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