En los anteriores posts me cuestione los que probablemente nos refieren como “principios imprescindibles” en la inversión:
En este post voy a continuar por caminos aún más espinosos: el de las emociones.
A este punto normalmente llegamos tras los inevitables errores en los dos anteriores. ¿Si tan “claros” son, cómo es que nos equivocamos?
Por supuesto nuestros “sabios consejeros” siempre tendrán una respuesta (¡Que sería de un “sabio consejero” que no la tuviera! )
El problema por supuesto no son los principios: ¡Los principios nunca se equivocan! ¬_¬. El problema eres tú. Tus emociones. Sientes miedo o ambición cuando no “deberías”
Y te recuerdan las palabras de “el más famoso inversor” al que todo el mundo admira: “Debes ser temeroso cuando todos son ambiciosos y ambicioso cuando todos son temerosos”.Siento la herejía osadía que supone voy a debatir a Buffett; pero no, la capacidad de controlar (tomar decisiones correctas) tu dinero (tus inversiones) no depende (directamente) de la capacidad de controlar tus emociones.
No son las emociones el origen de estos errores de decisión sino los sesgos cognitivos . Y son sistemáticos: inherentes al ser humano y en primera instancia son inconscientes. Las emociones influyen en los procesos que nos llevan al error. Pero no son el proceso, ni mucho menos “el error”.
El proceso que nos lleva al error depende de dos factores:
La forma en que se nos presente la información.
Conceptos como:
Y otros de los que Cialdini puede ilustrarnos en sus libros ( Influence, The small Big, Pre-suasion)
La forma en que procesamos la información.
Principalmente creando una “historia causal” a partir de la información que tenemos disponible (sin comprobar si es incompleta, inconsistente,...) y de nuestra intuición, prejuicios, ideas, estereotipos y demás conexiones mentales. El resultado “debe” ser percibido como “cierto”, aunque para ello tengamos que recurrir a la simplificación (errónea) o incluso sustitución del verdadero problema.Daniel Kahneman es nuestro hombre y su imprescindible libroPensar Rápido, Pensar Despacio (entrada en Wikipedia)
La forma en que procesamos la información está alejada tanto de la realidad estadística (Bayesiana) como de la realidad del escenario (su complejidad e incertidumbre) en el que es encuadra.
No podemos evitar esta forma de procesar. No tiene sentido tratar de cambiar ese proceso, ni las emociones que son inherentes al mismo. Es el proceso el que se apoya en nuestras emociones, no son nuestras emociones las que generan el proceso que nos lleva a error.
Creer que “controlando” estas emociones evitaremos el proceso que nos lleva al error es una falacia. Lo siento Don Buffett.
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