En 2014 empecé a elaborar tres carteras basadas en los consejos de los analistas según las recomendaciones de compra y venta recogidas por Thomson-Reuters respecto a los valores del IBEX-35.
La primera de ellas está formada por los diez valores con mayor diferencia entre las recomendaciones de compra y las de venta (en caso de que haya un empate a partir del décimo valor, tomo también los siguientes). Es la que en mi blog denomino “Analistas Optimistas“.
La segunda está formada por los diez (o alrededor de diez) valores del IBEX-35 con mayor número de recomendaciones de venta en relación a las de venta (cartera “Analistas Pesimistas“). Finalmente, la tercera cartera está compuesta por los valores que no están en ninguna de las dos anteriores.
Los resultados se muestran en el cuadro siguiente. Tener una cartera compuesta por los valores preferidos por los expertos y actualizarla una vez al trimestre habría dado una rentabilidad acumulada del 1,78% (dividendos brutos incluidos) mientras que el IBEX-35 con dividendos perdió un 8%. Sin embargo, la referencia principal es la rentabilidad media de los valores del IBEX-35 ya que en las carteras todos los valores ponderan lo mismo. Dicha referencia perdió un 4,46% con dividendos incluidos.
En cambio, llevar sistemáticamente la contraria a los analistas habría producido una abultada pérdida del 28,64%. Esto no significa que todos los valores que están en la cartera “Analistas Pesimistas“ den mal resultado sino que la media de dichos valores lo hace mucho peor que el mercado, al menos así ha sido en el período considerado.
La cartera compuesta por los valores que quedan en la franja intermedia (que denomino “Analistas Indiferentes“) ha sido la más rentable, aunque por poca diferencia respecto a la “Analistas Optimistas“.
Por otro lado, se observa que la cartera compuesta por los valores más recomendados es la que ha tenido menor volatilidad, de modo que es la que presenta una mejor relación rentabilidad-riesgo.