Carta al Señor Montoro donde le explico la función social del especulador

22 de julio, 2012 0
Gestor cuentas gestionadas en GPM Sociedad de Valores. Profesor del Experto de Bolsa de la Universidad de Alicante Autor libro "El Inversor... [+ info]
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El gobierno de la nación, en un caso más que confirma el fraude democrático en el que se encuentra al no aplicar su programa electoral (de forma sistemática), ha decidido subir los impuestos a las rentas del capital de corto plazo. O lo que es casi lo mismo, ha decidido meter la mano en el bolsillo de los especuladores. El gobierno no debe conocer la ley de las consecuencias imprevistas y no debe saber que, acabando con los especuladores, en realidad está alterando toda la economía y las consecuencias solo pueden ser fatales. Este es sin duda es uno de los movimientos más siniestros de este gobierno que empieza a parecerse más al kirchnerismo que a otra cosa.

Para hacer entrar en razón al señor Montoro, le explico a continuación la importante función social del especulador y porqué el problema de España no es el capitalismo, sino el brutal corporativismo que nos ha llevado a la ruina:

Señor Montoro,

Es imposible que la eliminación de los derivados hagan disminuir la volatilidad, cuando el objetivo primero de los derivados es, precisamente, disminuir la volatilidad.

La volatilidad es la variabilidad de los precios. En un mercado ilíquido la volatilidad es por necesidad más fuerte que en un mercado líquido. ¿Por qué? Porque no es lo mismo tener un bid a 100 y un offer a 110 que un bid a 100 y un offer a 100,5. Por eso los algoritmos de alta frecuencia son tan buenos para el mercado. Se define liquidez como la capacidad para comprar o vender lo más cerca posible del último precio negociado. 

A mayor liquidez más eficiente es un mercado. Ahora bien ¿Quién aporta liquidez? Los especuladores.  
               
                                                                                                                                           
¿Qué es un especulador? En un sentido amplio es cualquiera que no transmite, evita o distribuye el riesgo en el cambio de precios y por contra lo asume. Es decir, un agricultor es un especulador, porque especula que los precios el día de la venta de su mercancía serán ventajosos para él . En  sentido estricto, especulador es aquél agente de mercado que da contrapartida a los productores que quieren cubrirse del riesgo de variación en los precios. 

Por ejemplo. Un agricultor de trigo espera cosechar 100 toneladas y ha asegurado su cosecha contra imprevistos que la arruinen (seguro corriente). En este estadio, el agricultor es un especulador, ya que está asumiendo el riesgo del cambio de precios. Si de repente las cosecha es excelente para todo el mundo, el precio de hundirá. Si hay mal tiempo en otra parte del país, el precio de su trigo no dañado subirá como la espuma.

La realidad es que el agricultor típico prefiere más certezas que incertidumbres. Prefiere saber cuanto va a cobrar y que si las cosas salen mal pueda seguir vendiendo su trigo. Entonces ¿qué hace?

Se va al mercado de futuros (derivado) y vende X contratos de trigo del mes que le venga bien. En este instante tiene dos posiciones de igual tamaño (una física y otra en derivados) pero de riesgos opuestos que hacen que su riesgo global sea cercano a 0 (no es exactamente cero porque puede haber un cambio en la base -seguro, transporte, intereses, almacenamiento-).

En ese momento el agricultor respira tranquilo porque tiene su cosecha asegurada. Si un huracán la revienta, cobra del seguro, si cae el precio del trigo, su posición es casi neutra y no perderá. Por tanto, tiene la certeza de lo que va a cobrar y puede planificar su negocio con mayor facilidad y tranquilidad porque conoce sus flujos de caja. Es decir, puede dedicarse al core business que es plantar y cosechar. 

Ahora bien, como es lógico, el agricultor ha vendido a alguien ¿a quién? al especulador por supuesto.

Si un especulador el agricultor no puede cubrirse. Si no existe un especulador que le de contrapartida, correrá forzosamente con el riesgo de cambio de precios. Si corre el riesgo de cambio de precios y el margen se vuelve negativo, un año malo puede forzarle a abandonar sus tierras llevando a la quiebra su negocio. Desde luego un derivado no es la panacea para evitar las quiebras, pero hace que las oscilaciones propias de una actividad se suavicen y puedan ser planificadas de otra manera. Estabilidad y seguridad son dos bienes irrenunciables para toda sociedad, elementos que precisamente favorecen los especuladores.

Sin especuladores, generalmente la materias primas cotizarían a precios desorbitados. Y la volatilidad sería desproporcionada. La muestra es que hay mercados de commodities que no tienen mercados de futuros y ¿cuál es la realidad? que la volatilidad y la inestabilidad es mayor en todos esos mercados. Esto es empírico. 

Ahora bien. ¿Qué gana el especulador? En primer lugar. hay que diferenciar al especulador del jugador. El especulador es un experto en su campo y atiende a los factores y a las condiciones subyacentes de un mercado. Actúa en base a hechos. El jugador simplemente apuesta y, por definición, pierde.

Ahora supongamos que el agricultor vende un futuro a 110 cuando el precio al contado era 100. Si el especulador compra a 110 pueden ocurrir dos cosas. Que el precio del futuro suba o baje. 

Si baja, el especulador obtiene una pérdida y el agricultor no pierde porque está cubierto. En esta situación el agricultor se da un golpe en el pecho y el especulador se entristece.

Si sube el futuro, el especulador obtiene una ganancia y el agricultor no pierde porque está cubierto (el agricultor no pierde ni subiendo ni bajando). Por tanto, los dos han salido ganando. Pero es por estas situaciones en las que los especuladores ganan, que estos son criticados ferozmente, sin hablarse de las veces que pierden. Todo este conjunto de hechos es lo que no se dice cuando se habla de los especuladores.

Los especuladores cumplen una importantísima función social:

Aseguran precios, aportan liquidez, hacen los mercados más eficientes. Dan contrapartida cuando nadie quiere. Asumen riesgos que nadie desea. 

Todo lo demás es demagogia.

Dicho esto, por supuesto que hay situaciones de mercado a denunciar. Por ejemplo. No es lo mismo especular en commodities en mercados de derivados mediante productos que tienen fecha de extinción que "invertir" en commodities a largo plazo. Son dos cosas muy distinta y eso es lo que hacen los fondos de inversión. Ellos dicen, "las materias primas son otro tipo de activo y tenemos que diversificar nuestra cartera global"; e invierten a largo plazo, muy largo plazo. De tal manera que, en realidad, no aportan liquidez como hacen los especuladores, sino que la drenan. Solo juegan a un lado: el alcista. Un especulador, por definición, va a los dos lados ya que es tan reactivo al lado largo como al “corto” si las condiciones subyacentes de ese mercado lo exigen. Pero un fondo de inversión en materias primas, solo está posicionado al lado alcista y únicamente "mete" presión al lado alcista. Dicho esto, esos fondos son los que te dan en el banco cuando te preguntas aquéllo de: "¿dónde puedo meter mi dinero?".

Y ¿quienes invierten en esos fondos?: pues todos los ciudadanos que insultan a los especuladores días tras día.

De tal manera, como suele ser regla general en el universo en que  vivimos, se cumple de nuevo la regla de la paradoja: la subida de las materias primas en parte es culpa de los ciudadanos bienpensantes que a todas horas critican a los especuladores. 

Esos ciudadanos son jugadores, porque invierten sin conocimiento de causa.

Otro elemento a destacar. Los mercados OTC (over the counter). Desde luego hay algunos productos cuanto menos curiosos y, como toda actividad humana, pueden desviarse de su cometido esencial. Por ello, lo mejor es que los mercados que tienen un gran impacto en la vida de las personas sean centralizados y todo quede registrado con luces y taquígrafos. Esto no es un ataque a la libertad de mercado, es un ejercicio de transparencia. 

La crisis de hoy en día solo tiene un culpable. Se llama la intervención de los Estados / instituciones varias.

A diferencia de lo que han dicho por ahí, el capitalismo nunca fue fundado, no es un pensamiento económico de los últimos doscientos años. El capitalismo, el mercado y el mecanismo de precios, existen desde que existe el hombre. Es un elemento natural o como diría un jurista en su campo "iusnatural". Es parte de la esencia humana. Es natural, eficaz y lógico. Nadie creó el capitalismo a diferencia de todos esos experimentos de ingeniería social que han acabado matando a millones de personas mediante la guerra y el hambre.

El iusnaturalismo o Derecho natural es una teoría ética y un enfoque filosófico del derecho que postula la existencia de derechos del hombre fundados en la naturaleza humana, universales, anteriores y superiores (o independientes) al ordenamiento jurídico positivo y al derecho fundado en la costumbre o derecho consuetudinario.

El capitalismo es sinónimo de eficiencia. Seres libres eligiendo libremente. No es perfecto, no es ideal,pero es lo más cercano a lo ideal que puede haber.

Cada vez que el Estado interviene para romper este equilibrio, la economía empeora. ¿Crisis inmobiliaria? La crisis inmobiliaria en España tiene tres causas. La primera fueron los artificiales tipos de interés determinados por el BCE para que Alemania saliera de un crecimiento lento. Por tanto, fue una intervención de una institución. 

La segunda causa es la regulación de la tierra. Que el Estado/Ayuntamiento pueda decidir que tierra es urbana, urbanizable o rural es una vergüenza y el origen de todos los males: corrupción, burbujas, vicio, etc. Desde luego no se debería construir en cualquier sitio. Pero la ley debería ser sencilla y decir : “aquí no se puede construir porque es un parque natural, pero en los demás lugares, no habrá ley o gobierno que te diga donde construir”. ¿Qué lo haces a 10 kilómetros del pueblo? Pues ya se encargará el interesado de lo de la luz y el agua, allá cada cual. La tercera causa es la ignorancia del público. Al hipotecarse uno obtiene un apalancamiento similar al que se obtiene en Forex. Es decir, te dejan 200,000 euros cuando solo tienes 20000. ¿Qué es eso? Apalancamiento de 10:1 De esta manera, las amas de casa y todos los ciudadanos bienpensante se apalancan como jugadores de casino para comprar cuatro paredes de papel en una chabola vertical para vivir como moscas.

Las intervenciones de las instituciones influyen definitivamente en un mercado. A veces para bien, a veces para mal, pero la mayoría de las veces para muy mal. La causa es que una institución no es tan eficiente como un mercado compuesto de miles y miles de cabezas pensantes que se adaptan a las realidad a una velocidad de vértigo. Las burocracias son lentas, costosas e ineficientes.

Por último, hay que aclarar que hoy en día no vivimos en regimen capitalista, sino “corporativista”. El capitalismo es lo que necesita este país, lo necesitan los pobres, los pequeños. Pero como siempre se cumple la ley de la paradoja y el analfabetismo funcional roza niveles estratosféricos, resulta que las clases medias (20,000 euros-60,000 euros), las clases bajas (<20,000) y hasta las clases medias altas (60,000-200,000) se tiran piedras sobre su mismo tejado exigiendo más intervención. Mientras esto ocurre, la clase dirigente o élite, aplaude con las orejas porque a mayor intervención mayor control social y económico (más fuerte el corporativismo).

“El corporativismo en su forma contemporánea se caracteriza por la rígida intervención del Estado conformado por los representantes de los gremios en las relaciones productivas. Los representantes de los gremios, son quienes asumen la actividad política en la sociedad y dictan las leyes específicas que atañen a cada sector. Además su aplicación suponía un gran desembolso de dinero por parte de un Estado represivo y obsceno. Para la participación a todos los niveles económicos, se plantea la creación de sindicatos verticales que permitan el control.”

Se define corporativismo (de manera muy abreviada) como el control de los medios de producción sin ser los titulares de los mismos. Dicho de otra manera: las clases medias poseen la titularidad (acciones de telefónica), pero es la élite quien ejerce el control (puestos directivos nombrados a dedo por otros miembros de la élite). Si la cosa va bien, ganan los propietarios (la masa) y los directores ganan requetemuchísimo sin haber asumido riesgos de ningún tipo. Si la cosa va mal, los propietarios son estafados no solo con la pérdida de la propiedad sino mediante el aumento de los impuestos por parte de la clase dirigente. Y esta clase dirigente, cuando las cosas van mal, no pierde ¡porque no tenía propiedad! y sin embargo siguen cobrando bonus y otros privilegios.

De tal manera que el capitalismo, donde los directores respondían ante los propietarios ha sido sustituido por el corporativismo, donde los directores no responden ante nadie y los propietarios como una manada de ovejas balan, balan y balan una y otra vez mientras los directores, los dirigentes o llámalos élite, aplauden con las orejas de ver lo idiotas que son las clases no dirigentes. 

Como se ve, todo siempre es contrario a la percepción "normal". Para comprender la realidad no hay nada mejor que atender a la Ley de la Paradoja. Es como mirar a través de un espejo inverso y donde la causa ha sido confundida con la consecuencia. Pero una vez uno aplica esta ley, el mundo se vuelve claro y es más difícil de que nos cuelen mentiras.

Señor Montoro, usted está atacando a los especuladores los cuales cumplen una importante función social. Usted está dando un golpe de mano más a favor de la clase dirigente y exprimiendo aún más a su pueblo con mano de hierro el cual tendrá que pagar más caro los productos agrícolas o asumirá más pérdidas financieras por su decisión.

Señor Montoro, de marcha atrás en sus planes o dimita porque usted se encuentra en situación de fraude democrático.

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