¿A las puertas de una mega-revolución tecnológica?

Aunque empieza regular (porque por ejemplo no comparto su idea sobre la volatilidad), desde la página 2 hasta la 6 hace unas reflexiones muy interesantes para los que nos gusta combinar la ciencia y la filosofía. Estoy hablando de la carta anual de Metagestión, que podéis leer aquí. Es curioso porque critica a los que hacen predicciones.. pero es justo lo que hace cuando trata de invertir en las empresas tecnológicas que se verán beneficiadas por esa "disrupción" del futuro. Enfin, es un poco contradictorio, pero lo puedo entender ;)

Contradicción a parte, lo cierto es que la carta es muy interensate. Contiene dos ideas clave de las que he hablado muchas veces (y seguiré hablando). Creo que merece también la pena que las desarrollemos un poco.

1- La LCC (Ley de Capitalización Compuesta), o en sentido más amplio, la Ley Exponencial, aplicada al desarrollo tecnológico.

"No partimos nunca de cero", sería la frase resumen. Y en la medida en que cada salto representa un porcentaje del punto al que llegamos anteriormente, estamos ante el famosoo "efecto bola de nieve". De la LCC hablo largo y tendido en mi curso de Análisis Técnico porque es la clave del mundo de la inversión. Se aplica a nuestros rendimientos como inversores, y se aplica también al propio negocio de las empresas, que con un crecimiento y/o una rentabilidad del 5% (por ejemplo), terminan generando a largo plazo mucho más valor del que descuenta el mercado hoy día.

Esta ley exponencial es el gran secreto del universo. Es la forma que tiene la humanidad de crecer, así como cualquier otra especie.

Ya lo dijo Einstein:

El interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo

Resulta por tanto que infravaloramos el poder de la LCC (o interés compuesto) como inversores, intentando ser ricos rápidamente a corto plazo obteniendo grandes rentabilidades, en vez de centrarnos en obtener rentabilidades menores pero sostenibles a largo plazo. También infravaloramos el poder de creación de valor a largo plazo en las empresas que son capaces de crecer y generar rentabilidad año tras año. Y ahora resulta que también infravaloramos la velocidad del desarrollo tecnológico, cuya exponencialidad significa que a partir de cierto punto, el desarrollo explota literalmente. ("Ley de los rendimientos acelerados" de Kurzweil).

Ya hemos visto que el ritmo de desarrollo en el s.XX ha sido brutal, extraordinario, nunca visto en la historia de la humanidad. ¿Por qué no pensar que en el s.XXI el ritmo será aún mayor? Porque eso significa "ley exponencial": cada vez la velocidad es mayor, y esto es así porque "no partimos de cero", es decir, capitalizamos todo el conocimiento y aprendizaje anterior. Según el propio Kurzweil, el desarrollo tecnológico que viviremos en el s.XXI será MIL VECES superior al vivido en el s.XX. ¿Lo veis posible? Yo creo que ningún ser humano debería verlo posible, de la misma manera que era inimaginable en el s.XIX todo lo que iba a llegar en el s.XX. Nuestra mente humana es lineal, y ni siquiera somos capaces de imaginar lo que significa la palabra "exponencial".

Fíjense en que este optimismo va en contra del escepticismo post-crisis 2008 que aún perdura. Sin duda volveremos a tener crisis económicas, pero eso es inherente al sistema y a la propia vida. Lo importante es poner los medios para que esas crisis no nos "maten", y salgamos fortalecidos de ellas. No pretendo ser un optimista ingenuo. Solo digo que los datos y la observación histórica apuntan en esta dirección. Así que, con toda la cautela del mundo, y monitorizando mes a mes la evolución, es evidente que a largo plazo tenemos que ponernos del lado de los optimistas si queremos ser inversores ganadores.

Al margen de que elijamos empresas (stock picking) buscando empresas infravaloradas, o que invirtiamos en el mercado usando índices, lo cierto es que las bolsas tienen toda la pinta de seguir siendo el activo más rentable... y también el más seguro (ver post que publiqué en agosto de 2016 con ese mismo título), siempre que tengamos un horizonte de inversión de al menos 15 años por delante. Eso ya lo teníamos claro (o deberíamos), pero con esta reflexión sobre la velocidad del desarrollo tecnológico lo deberíamos tener aún más claro.

2- Desmaterialización del mundo, y ramificaciones.

Es un tema CLAVE y MARAVILLOSO. Me gusta porque refleja una vez más lo paradójica que es la vida. Hace mucho tiempo "acuñé" mi propia expresión: "los extremos se tocan", con una lista de numerosos ejemplos que nunca he tomado tiempo de realizar, así que siempre me limito a unos pocos ejemplos para ilustrar el concepto, pero os aseguro que si le dedicáramos tiempo nos saldrían varias decenas de items en la lista. Los ejemplos más claros: el amor extremo que acaba en odio (y al revés, "los que se pelean se desean" que dicen los niños...); el frío extremo provoca quemaduras; y usando algo de plena actualidad, los extremos políticos cada vez coinciden más, es decir, los partidos populistas de extrema derecha y extrema izquierda acaban diciendo casi lo mismo...

Pues bien, hace ya menos tiempo, quizá un par de años, fuí un paso más allá: me dí cuenta de que "los extremos se generan", es decir, un extremo es el que genera el otro extremo. Esto es quizá la parte más maravillosa del universo. Tanto en un plano material como figurado. Sólo así se explica que se pueda salir de círculos viciosos de autodestrucción masiva como el nazimo y la segunda guerra mundial, es decir, que el mal extremo se pueda detener y dar paso a una era de paz y solidaridad sin precedentes.

El mundo es dual, porque todo lo que existe, lo hace en la medida en que podemos identificar un contrario. Por ejemplo, el día y la noche, frío y calor, grande y pequeño, etc, cualquier "realidad" de la que podamos ser conscientes como seres humanos, existe en la medida en que existe su contrario. Quizá por eso la política es tan dual, donde además la mayoría encuentra su razón de ser "por oposición a un enemigo", sin el cual se desvanecería nuestra propia existencia, nuestro propia identidad.

Dicho esto, que en realidad es un paréntesis, quiero centrarme de nuevo en el punto 2: la tendencia del mundo hacia "lo virtual", que en realidad es la tendencia del ser humano desde los confines de la historia, porque la espiritualidad (que es una constante en la historia de la humanidad) es en realidad una "desmaterialización" de la existencia, es decir, una intuición o sensación de que la vida va mucho más allá de lo material que podemos ver o tocar.

Pues bien, resulta que el mundo de internet es una "virtualización" del mundo. Y aquí voy a dar un pequeño "salto" conceptual que me perdonarán si les parece poco riguroso.

2.1 El capitalismo que genera su contrario.

El capitalismo, por oposición al comunismo, defiende la propiedad privada. No sólo la del capital, sino en general la propiedad de todos los bienes que se producen. Y eso está fundado en una observación simple y veraz del ser humano: solo nos responsabilizadmos de lo que es nuestro. Por eso la única forma de que como colectivo consigamos optimizar los procesos de fabricación y consumo, es que cada cual se responsabilice de lo suyo. La colectivización difumina responsabilidades, tanto para bien como para mal, y desincentiva el esfuerzo, los retos, el crecimiento, etc.

Pues bien, no sé si habrán observado hacia dónde tiende el mundo moderno: ya no compramos CDs de música, ni DVDs de películas. Nos suscribimos a Spotify para escuchar la música que consumimos, y si no la consumimos, pues no pagamos (nos damos de baja). Nos suscribimos a Netflix para ver las películas. Y para mí es algo fantástico: ¿qué sentido tiene acumular montañas de CDs y DVDs que en un 99% sólo vas a ver una vez y no vas a volver a tocar en 20 años? Lo mismo ocurre con los libros. Los lees una vez...y lo más probable es que no los vuelvas a tocar. O al menos esto le ocurre a la grandísima mayoría de personas.

En otro orden de cosas, ya no compras un paquete de Microsoft Office que en unos años quedará obsoleto, sino que te suscribes a la última versión, por la que pagas una tarifa con la que tienes otros servicios. Y ya no te compras enormes discos duros para almacenar la información de tu empresa, sino que los pones en la nube, y pagas un aquiler por ello.

En definitiva, estamos basculando de una cultura de la propiedad hacia una cultura del alquiler en todos los sentidos, que parece tener mucho más sentido: sólo pagas por lo que consumes. A mí me parece fantástico: ¿para qué acumular bienes y bienes que ocupan espacio y casi no utilizas?

En la carta anual de Metagestión se mencionan otros dos ejemplos llamativos y muy simbólicos: la compañía de taxis más grande del mundo no tiene taxis propios (Uber) y las empresas más grandes de alojamiento tampoco tienen hoteles propios (Priceline, dueña de Booking, y AirBnb). Y al hablar en detalle de Google (Alphabet) también menciona que posiblemente en el futuro, cuando los coches autónomos sean una realidad, "el modelo de propiedad dará lugar a un modelo de vehículo compartido, al menos dentro de las ciudades". De nuevo, dejamos atrás el capitalismo de propiedad para adentrarnos...en un nuevo mundo imprevisible.

Por lo demás, hay algunas paranoias, y muchas incertidumbres, porque el desarrollo es así: caótico. Desde luego coincido en la predominancia de Google, algo que ya destacó contundentemente Enrique García en su informe sobre la empresa para la Cartera Value de inBestia. Al margen de consideraciones éticas (Google va comprando a golpe de talonario todas las empresas que empiezan a despuntar... ya sea para integrarlas o para llevarlas a vía muerta si no son capaces de provocar una revolución...), lo cierto es que Google es la compañía más disruptiva del mundo. Nosotros en JDS Capital también la tenemos en cartera ;)

Al final de la carta anual, habla de los peligros de intentar comprender y anticipar esta disrupción. No emplean el término "cisne negro", que en realidad es el que mejor se aplica, porque de emplearlo tendría que asumir que está intentando anticipar lo impredecible. Desde un punto de vista intelectual me parece apasionante, pero desde un punto de vista inversor, me parece peligroso y aventurado. Pero no creo que eso empañe en absoluto el interés de esa carta.

Como dijo Juan Ignacio Crespo en una entrevista, "hay un montón de innovaciones tecnológicas que están esperando para ser implementadas, y eso llegará probablemente después de la próxima recesión". Una cosa es una crisis en la economía y en las bolsas, y otra cosa es la dirección de fondo que llevamos, que por definición es alcista. Es algo que conviene no olvidar, sobre todo en los peores momentos de crisis.