Hace unos días, mi siempre admirado José Luis Cárpatos contaba en uno de sus artículos el número de valores del Dow Jones que han acompañado al índice a la zona de máximos y alertaba de que "no parecen demasiados". La idea que subyace en el análisis que exponía es que en un mercado fuerte, un máximo del índice debe ser respaldado por máximos de buena parte de los valores que lo componen.
Desde luego, como filosofía es impecable y dado que somos especialistas en contar valores que cumplen cualquier condición que se nos ocurra, me puse manos a la obra a tratar de corroborar lo que a primera impresión es inapelable. Creé un indicador que me busca en el índice de que se trate cuántos valores se encuentran a menos de un 5% de máximos, cuántos están a menos de un 3% y cuantos están a menos del 1%. Ni qué decir tiene que los valores en máximos estarán en todas las clasificaciones y que la del 5% incluye a las demás y así sucesivamente.
¿Qué encontramos?
Pues, efectivamente, apenas un 10% de los valores del Dow están en máximos o a menos de un 1% de ellos, lo que parece realmente muy poco. Un 30% están en máximos o a menos de un 3% de ellos y casi un 50% están en máximos o a menos de un 5% de los mismos. Tampoco parecen unos números demasiado importantes para el hito de lograr un nuevo máximo histórico...
Tras ver el gráfico tuve la sensación de que los números absolutos no son tan importantes como la secuencia que nos ofrecen y la secuencia es claramente a la baja. En cada nuevo máximo del mercado, los valores que acompañan al índice parecen cada vez menos, con la particularidad de que en el último máximo el gráfico parece haber roto al alza con respecto a lo que venía haciendo. Se necesitará confirmación para poder apreciarlo.
Pero me asaltaba la duda. Lo que en realidad refleja el gráfico es un Dow Jones inamovible. El cálculo está hecho calculando lo que hacían en cada momento los valores que a día de hoy componen el más famoso índice bursátil del mundo. Por tanto, incluye a Apple, que sólo hace unos pocos días que está en el Dow y no tiene en cuenta a AT&T, que se ha pasado años.
Por tanto, cuando más atrás vayamos con el indicador, menos validez tendrán sus resultados, lo que imposibilita lo que realmente yo quería hacer, que no era otra cosa que ver qué pautas de comportamiento tuvieron estas magnitudes que buscamos en los anteriores techos de mercado. No quedaba más remedio que abandonar los índices y tomar los mercados completos, así que me puse manos a la obra:
Estos son los resultados para el Nyse, más o menos en consonancia con lo que refleja el índice Dow Jones y también con una tendencia a que cada vez los máximos sean menos respaldados por los valores, en este caso los de todo el mercado. No obstante, se observa cómo entre mediados de 2013 y mediados de 2014 se vivió un bache en el que los valores cerca de máximos alcanzaron cotas muy inferiores a las actuales y no por ello el mercado dejó de subir. Incluso, cabe decir que el "fondo de mercado" parece haber cogido fuerza con los rebotes que ha vivido en el último año en la resistencia que acaba de romperse.
Y este es el mismo gráfico calculado para el techo de mercado de 2008. Los valores no fueron capaces de seguir al índice ni de lejos en la última subida que precedió al desastre de Lehman Brothers y la caída posterior de todo el mercado. La llamada de atención fue muy evidente. ¿Ocurriría lo mismo en 2000?
Este gráfico es tan antiguo que mi proveedor de datos solo me ofrece los precios de cierre, así que he tenido que poner el índice en modo línea. Aún así, se aprecia claramente cómo el mercado avisó con cierta contundencia y desde la caída de 1998 los valores cerca de máximos no fueron capaces de recuperar el pulso. Todo un aviso, sí señor, pero demasiado prolongado en el tiempo.
Me queda la incógnita del Nasdaq, en el que la mortalidad de empresas es muy superior y para el que de antemano descarto resultados homogéneos para el estallido de la burbuja tecnológica por la simple razón de que entonces cotizaban más de 6.000 valores en el Nasdaq, de los que repetían cambio más de 1.000 a diario (es decir, se negociaban solo ocasionalmente), en tanto que ahora cotizan a diario algo menos de 3.000. Siempre las comparaciones son odiosas, pero en este caso serían insensatas si lo que buscamos son conclusiones válidas. En cambio, sí he tratado de ir hacia 2008, cuando cotizaban más o menos el mismo número de valores que ahora.
En la parte superior se puede apreciar el gráfico actual del Nasdaq Composite y su relación con los valores cerca de máximos. Tras una tendencia a la baja en los valores máximos del indicador muy considerable, ahora mismo parece querer remontar, hecho que curiosamente se intentó en 2007, aunque con una secuencia temporal mucho más reducida, y terminó en fracaso.
Sin duda es un factor que debe servirnos de alerta. No es posible tomarlo como un indicador 'operativo' pero sí es claro que nos avisará de cuándo las circunstancias del mercado se ponen realmente complicadas. De hecho, parece que está avisando... Y si tengo que preferir, desde luego el de los mercados completos. En los próximos días trasladaré el análisis a los mercados europeos por si se pudieran extraer las mismas conclusiones.que hacemos.