Alemania se impone una vez más en las negociaciones europeas y consigue que la Comisión Europea pierda capacidades para controlar a la banca en detrimento de los Estados. La CE decidirá la quiebra a propuesta de un consejo formado por los países, y el fondo de rescate común no estará operativo con plena independencia hasta 2026. Fuente: Voxpupuli.
En un anterior articulo hablábamos de la propuesta del BCE de que fuera este organismo y no los Estados quien tuviera la última (y única) palabra sobre qué decisión tomar una vez revisada la banca y sobre todo, qué hacer con los que no pasasen la "revisión"
Lo más importante es que la comunicación del BCE confirma que este será un proceso muy diferente de las pruebas de resistencia 2010 y 2011, y, potencialmente, uno mucho más creíble. La Autoridad Bancaria Europea (EBA), que dirigió la ronda de 2011, hizo todo lo posible para asegurar una evaluación rigurosa y coherente, pero no tenía ningún mandato para imponer sus exigencias a las autoridades nacionales reticentes. Por el contrario, la revisión del próximo año se llevará a cabo por el propio BCE, por supuesto con la ayuda de los supervisores nacionales, pero con su propio personal de supervisión, acceso directo a la información de los bancos, y la ayuda adicional de consultores del sector privado, algunos de los cuales (como Oliver Wyman) reportará directamente a Frankfurt y no a las capitales nacionales. Las autoridades nacionales no tendrán ninguna posibilidad de vetar la consideración de algunos temas, en contraste con el ejercicio de 2011, cuando podrían elevar las llamadas "banderas rojas". De la reciente comunicación por parte de funcionarios del Eurosistema, se desprende que las recomendaciones finales se realizarán únicamente por el personal del BCE, si las autoridades nacionales no están de acuerdo, su posición se informará al Consejo de Supervisión, pero sólo como una opinión disidente.
Según hemos conocido hoy, Alemania ha impuesto su criterio:
El texto refleja claramente las exigencias de Alemania, en el sentido de que da un mayor peso a los países miembros, limita a los bancos sistémicos la decisión de resolución a nivel europeo y dificulta el acceso al fondo común.
Una vez más parece que se ha perdido la oportunidad de despejar las dudas respecto al sistema financiero europeo, de hacer creíble esto de la "unión bancaria" y han quedado al descubierto las "miserias" de cada uno, parece que a los alemanes no les hacía ninguna gracia que fuera el BCE quien husmease en sus bancos y decidiera al respecto, por supuesto, otros países, cinco, incluida España, han estado de acuerdo.
Pero, como nada es gratis:
Alemania quería limitar el ámbito de aplicación del MUR a las 130 mayores entidades de la zona euro –aquellas transfronterizas que tienen riesgos para todo el sistema– con el objetivo de dejar fuera a sus cajas de ahorro. Sin embargo, ahora parece aceptar que aunque en un primer momento el sistema europeo se haga cargo de esas grandes entidades, al final de un periodo determinado todos los 6.000 bancos de la zona euro caerán bajo el paraguas del Mecanismo europeo. Fuente: La Razón.
Los cambios introducidos también retrasarán el pleno funcionamiento del fondo de rescate común a 2026 (en 2016 empezará a dotarse el fondo con un 10% de 55.000 millones cada año)
... ya veremos en qué queda finalmente todo esto.
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