He sido, y supongo que sigo siéndolo, Unamunista. Haberlo leído desde los 18 años, sin orden ni concierto, hasta que la edad me convenció de poner un poco de orden, me ha hecho rabiosa, radicalmente unamuniano. Es decir, más con el corazón que con la razón, aunque cuando quise ordenar mis ideas me fui dando cuenta que de manera desrazonada no era mal camino para penetrar en lo más íntimo de él.Hoy, gracias a unos artículos de El País, emerge uno de los episodios más oscuros de su vida, que fue su famosa intervención en un acto de la universidad de Salamanca, de la que era rector, y en la que no sé por qué triste decisión se invitó a la Falange y a Millán Astray. Supongo que el acto estaba dirigido por ellos, que para eso ocupaban la ciudad durante la guerra.
En un momento del acto, al nefasto Millán Astray se le ocurre gritar, “(Viva la muerte) muera la inteligencia”. Unamuno, que llevaba un tiempo tomando notas en una cuartilla, nervioso y agitado, se levantó indignado y dijo...
y aquí viene el problema. Nadie sabe exactamente lo que dijo Unamuno, porque sus palabras no fueron registradas en la algarabía que se montó entre “vivas” y “mueras”, y todas las versiones que salieron después a la luz no son demostrables. Unos parecen querer supervalorar a Unamuno, y otros infravalorarlo. En los artículos señalados de El País pueden seguir la polémica, que está entre el rigor histórico y la leyenda.
Como decían en esa sin par película “El hombre que mató a Liberty Valance” - tan unamuniana, por otra parte - cuando la leyenda supera la realidad, se publica la leyenda. Muchas veces he recordado esta sentencia, y en el caso que nos ocupa yo soy partidario de creer que Unamuno dijo las brillantes palabras que le endosaron sus más fervientes seguidores.
Es aceptado con más o menos generalidad que dijo,
“Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaríais algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.
La primera frase de este párrafo me llega a mi corazón unamuniano, y me sobran razones para pensar que si no la dijo, la pensó. Vencer no es convencer; si algo es puramente de Unamuno es estas cuatro palabras. ¿Que no hay registro que lo demuestre? Tampoco lo hay que refute que lo dijo. Que ahora un tal Sebastián Delgado pretenda desmontarlas y buscar otro cauce para reconstruir el evento, me da igual. No es que le niegue el derecho a su espíritu investigador, pero como aquel periodista de la película citada, me quedo con la leyenda, que algo de verdad contiene.
Otra cosa: nadie se esperaba de Unamuno una salida de ese tono, pues cuando estalló la guerra, el defendió el levantamiento militar, como único camino rectificador del gran desvarío de la República, que él mismo había contribuido a traer, siendo diputado de las Cortes Constituyentes, después de su enfrentamiento y exilio de siete años con el dictador Primo de Rivera. Incluso sirvió sin querer a la propaganda franquista, cuando Franco le robó la idea que la guerra era una cuestión entre la defensa de Occidente y el Comunismo que venía de Rusia. Si hay un hombre paradójico es Unamuno, que se enfrenta con unos (dictador Primo de Rivera, pero antes con el régimen de la Restauración), (con la República, que había contribuido a nacer), (y con el franquismo que comenzó por aprobar). Entre esa turbamulta de paradojas, hay un hombre que siempre fue fiel a sí mismo, y por eso esos choques constantes cuando hablaba de política. En realidad sólo tuvo un tema que le royó él alma durante su vida entera, que era la pérdida de la fe religiosa y su constante agonía (lucha) por recobrarla. De ese fondo surgen maravillosos textos que me traen recuerdos imperecederos que renovaré constantemente.
Lo único que digo es que la frase que se supone leyenda encaja perfectamente en esa agonía de Unamuno, en esa forma de ser, y en esa fidelidad a sí mismo.
No sé si añadir: sirva esto de reflexión sobre la ultra simplificación que vivimos ahora con el gobierno empeñado a jugar a las tabas con los huesos del general Franco. Hubo un momento de confusión y dolor en que realmente no había buenos y malos, sino mejores y peores. Como dijo Julián Marías cuando acabó la guerra (como republicano), “qué bien que hayan perdido estos. Qué pena que hallan ganado aquellos”.
Pues tuvieron muchas razones para levantarse en armas contra la anarquía desatada por los que siempre la rompen.
Claro! Si en este país históricamente la armonía era una mierda... Solo la mierda de la fuerza es lo que prevalece, por el horizonte se divisa una fuerza con mucha testatorona con dos cojones para poner orden y armonía pero el olor no desaparecerá ni con naftalina,jajaja
En respuesta a Pepe Mary el Chucho de Colastani
Lo que se ve en el horizonte son los novios de la muerte...jajaja
El mal olor del diálogo y el entendimiento del nuevo Chamberlain Sánchez. El que nos trae el mal olor del deshonor de la guerra socialista del diálogo y el entendimiento para la destrucción de la igualdad de todos la españoles, perrito faldero de la izquierda.
Unamuno, de Bilbao. Con dos cojones. -))
Que hacía un bruto como Millán en la universidad?
Y atendido por Unamuno...
Yo creo que Unamuno si no se supo lo que dijo y conservó los cojones...jajaja
Claro ! Un bruto en la universidad entre tanto maricon... es demostrar que lo que vale son unos supercojones español y muy español.jajajaja
Haya comentarios que de verdad me repugnan. No creo que haya que hablar de cojones y mierda, maricón, etc, no porque yo no sea mal hablado cuando viene a cuento. En fin, sólo faltan unas moscas volando sobre estas palabras.
En respuesta a Miguel Navascues
Tiene razón a veces me paso
Es que también me pongo en la piel de Millán me sale la hombría... A Lorca lo ejecutaron por poco hombre...
Y también cuando la armonía no funciona ...por culpa de otros y luego se impone otra armonía y también fracasa y luego otra y fracasa...
Pero siempre estarán los novios de la muerte...en fin es un círculo vicioso , aquí estamos,a pesar de todo y de todos,jajaja
En respuesta a Pepe Mary el Chucho de Colastani
No sabemos lo que dijo Unamuno pero si sabemos lo que dijo Millán del Bosch,
Y fue un acto de hombría en un club de afeminaos...entiendo yo
Es posible que yo sea muy pornográfico pero que se puede esperar de Millán...
En respuesta a Miguel Navascues
un troll es un troll pero claro si se trata de brutos nunca hubo tantos como hoy en día en las universidades de madrid, bcn, vascongadas etc..todos ellos grandes demócratas seguidores del che, marx, lenin, castro, maduro etc. Estos brutos son los que amenazan y coartan las libertades de los demás estudiantes amén de apoyar a etarras, rebeldes y delincuentes de todo pelaje, hablando de brutos...
En respuesta a alonso tordesillas
A la izquierda siempre se le va la olla.
Más en el tema de la guerra socialista.
Y la escena de Millán Astray la supieron distorsionar a la perfección como siempre saben hacer en su agitprop.
Cuando Astray dijo aquello de muera la inteligencia, se refirió a que con inteligencia nos trajeron los intelectuales la República que nada más proclamarse, pues no fue elegida por votación mayoritaria. Comenzaron a quemar libros con mucha inteligencia como lo hicieron los nazis años después.eso sí, disimuladamente. Sin grandes pilas cargadas de libros inteligentes. Sino dentro de nutridas bibliotecas muy inteligentes.
Y los que trajeron la inteligencia republicana, no fueron otros que los más inteligentes. Los llamados padres de la República de la chamusquina inteligente, Ayala, Ortega y Marañón. Los que siendo inteligentes no sopesaron el inminente peligro de contagio inteligente de la Revolución criminal y asesina continuación de la jacobina por la chusma inteligente de la bolchevique rusa.
Por lo tanto las palabras de Millán Astray hay qué ponerlas en contexto para conocer la hermenéutica de la respuesta de Unamuno.
En respuesta a Angel Oteros González
La República fue una decepción para sus parteros intelectuales, eso no hay duda. Algunos estuvieron a punto de ser pasados por las armas, como Ortega.
Quería pedir excusas por un error de mi texto, y es que Millán Astray no dijo “viva la muerte” sino “muera la inteligencia”, como algunos comentaristas han señalado.
En respuesta a Miguel Navascues
Muera la inteligencia de aquellos inteligentes qué trajeron la República inteligente.
Sin saber o no querer sabiendo que la enfermedad del golpismo revolucionario bolchevique les alcanzaría nunca de forma muy inteligente.
Perdón, es un subidón producido por las plusvalías y me desato, jajaja
Pido perdón si he herido alguna sensibilidad, en serio...
Yá lo sé no tengo credibilidad
La inteligencia trajo la republica ... lo que no sabían los inteligentes es que el chocolate no es para los burros,jajajs
Mi opinión es que la intelectualidad también puede equivocarse, pero debería haber rectificado condenando la República por haber derivado en revolución comunista y sin embargo no lo hizo... Quizá porque para enmendar aquella barbarie hizo falta la fuerza bruta en cantidades industriales y estaban bajo shock...
En respuesta a Rafael Manzano
Que los intelectuales más brillantes ayudarán a traer la República se debe, creo, a la extrema degeneración del régimen monarquico. Nadie supo cómo defenderlo, y se fue triste e ignominiosamente. La República trajo demasiadas esperanzas de las que se quisieron apoderar las izquierdas más extremas. Hasta el anarquismo no le hizo ascos, ¡y hubo ministros anarquistas!
Todo lo de hoy me da miedo cuando miro a esa época. Nada es imposible, y cuando se abre una puerta, ya no se puede cerrar.
Lo que subyacia a era una desigualdad intelectual , al igual que solo había ricos y pobres también había intelectuales y analfabetos,
La republica hecha por intelectuales para analfabetos,
Que llegue un militar armado hasta los dientes y proclame delante de Unamuno muera la inteligencia que sería como decir mueran los intelectuales,
En España se moría por ser analfabeto se iba a África a morir por ser analfabeto ,
Y la izquierda eran dirigentes intelectuales y el subyacente analfabetos e ignorantes,
Mujeres votando , divorcios,
La iglesia en su sitio, etc
Solo faltaba mujeres fumando,
La inteligencia no murió...
Murió Millan