No es culpa de Trump lo que pasa en Turquía y, por contagio en el IBEX. Sí, Trump ha amenazado con subir otra vez las tarifas a Turquía, pero el problema de este país viene de más lejos. No podemos conformarnos con echar la culpa a Trump, que desde luego no es una joya, pero quien ha desencadenado los desequilibrios graves en Turquía es Endorgan, sobre todo desde que ganó las elecciones y se ha puesto a gobernar por decreto ley y, como dice Daniel Dombey, desde una especie de real corte cada vez más monolítica:
La dura presidencia de Erdogan es de hecho un foco de preocupación. Después del intento de golpe, gobernó cada vez más por decreto. El año pasado, ganó un referéndum que amplió en gran medida los poderes de la presidencia, poderes que entraron en vigor después de que ganó un nuevo mandato como jefe de estado en junio de este año.
Muchos gobiernos están alarmados por lo que ven como un gobierno cada vez más arbitrario del presidente y la atmósfera cada vez más parecida a una corte...
La Lira turca no lleva unos días cayendo hasta el mínimo histórico anual. Como se puede ver en el gráfico, lleva cinco años de caída continua, habiendo perdido desde 2 liras/$ a 6,5 liras/$. Un 69%.
Al mismo tiempo, el tipo de interés de su deuda sube a niveles de crisis. Como dice Ambrose Evans-Pritchard,
La caída de la lira se ha combinado con una incipiente crisis de deuda. Los rendimientos de la deuda soberana a cinco años subieron 47 puntos básicos el jueves a un máximo de la crisis, de 21.2 por ciento. "Erdogan se ha quedado sin suerte: es un cóctel perfecto. Cuando los rendimientos se disparan así, las finanzas públicas se vuelven insostenibles muy rápidamente ", dijo Lars Christensen, un experto en mercados emergentes de Markets and Money Advisory.
¿Cómo no va a afectar esto al IBEX y otros mercados financieros que están muy metidos en Turquía? Sólo el BBVA posee casi la mitad del principal banco turco, como nos dice El Dato. Una barbaridad que uno no entiende como se puede cometer con los signos que se cernían sobre el pais.
La caída de la Lira turca es, pues, esperable, y también lo es que arrastre a la baja no sólo a la banca española y al IBEX, sino a divisas de otros países Emergentes (EMs) en los que, casualmente, empresas españolas también tienen intereses.
Así que no sé dónde El Pavito ve “que el IBEX estará mañana mejor de lo que parece”, pero a mí me extrañaría mucho. No descarto, obviamente, que un parón en la caída de la Lira deje respirar a la banca y al Ibex, pero será transitorio. El problema turco no es de un día. El contagio a ptros mercados tampoco. Ambrose Evans-Pritchard:
Argentina y Turquía vivían más allá de sus posibilidades con fondos extranjeros, y eran los más expuestos. La pregunta es si Indonesia, Sudáfrica, Líbano, Colombia y Hungría, entre otros, corren el mismo riesgo de que el costo global de los préstamos siguen implacablemente al alza.
Además, yo veo el IBEX lastrado por cómo va la economía española, no tan brillante como dicen los sucesivos gobiernos. Juan Carlos Barba nos llama la atención sobre una obviedad: España no ha recuperado, pese a haber crecido tanto en tres años, sus niveles de pre crisis. No solo las tasas son importantes, los niveles de renta y producción también lo son. Como vemos en estos gráficos del autor citado, ni en empleo, ni producción industrial, ni ventas de grandes empresas, estamos cerca del nivel de 2007:
Este gráfico, como apunta con toda la razón Barba,
... es muy interesante, pues recoge cómo ha afectado la crisis y la recuperación a las grandes empresas. Como se ve, su situación se ha suavizado debido a que están mucho más internacionalizadas que las empresas pequeñas, y la crisis, como sabemos, fue mucho más suave en el exterior. Aun así, como gran parte de sus ventas se realizan en España, no han recuperado ni remotamente el nivel de actividad previo a la crisis, excepto en lo que atañe a exportaciones. Como se ve, la crisis también ha sido un fuerte incentivo para la internacionalización.
Las ventas totales de estas grandes empresas se hundieron un 31,4%, y aún están un 14,5% por debajo de las de 2007. Es decir, que la crisis les afectó tanto como a las pequeñas empresas, pero su recuperación ha sido mejor. ¿Esto ha sido porque han acaparado más del mercado interior o porque exportan más? Es muy fácil verlo si atendemos a las ventas interiores, que llegaron a bajar un 38,7% y actualmente están un 26% más bajas que en 2007. Es decir, que la caída de la demanda interna les afectó más que a las pequeñas empresas y la recuperación del mercado interno ha sido más débil. Lo que quiere decir que sus relativamente mejores cifras se pueden achacar íntegramente a la búsqueda de negocio en el extranjero.
Las grandes empresas se han buscado la vida fuera (línea amarilla) pero las ventas internas y las totales están un 26% más bajas que en 2007. La brecha entre importaciones (línea verde) y exportaciones se cierra, por lo que hay que felicitar a estas empresas por el esfuerzo, aunque la contracción de la demanda interna juega un indudable papel en la contención de importaciones.
Pero lo que tenemos delante es un frente de turbulencias financieras, que nunca se sabe por qué empiezan y cuando acaban. Es claro que Trump (que ha doblado las tarifas a Turquía ante la caída libre de la lira) va a ahondar el problema.
A esto se ha de añadir las malas perspectivas de la deuda, si Sánchez saca adelante sus funestos proyectos de elevar el techo de gasto y el déficit - en consecuencia también la deuda -, en un panorama de subida de tipos de interés, y no sólo de los bancos centrales. En todo caso, el BCE ya no comprará deudas nacionales en el 2019, y el aumento de las necesidades financieras habrá que pagarlas en el mercado, que ya veremos de qué humor se encuentra después de las pérdidas en Turquía & co.