Hola a todos. Como saben, me gustar escribir sobre la naturaleza del mercado, y luego que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Pero es tal el encoñamiento que me produce la actual situación del mercado español que no he podido más que dejar el tendido y bajarme a escribir a la arena.
La genialidad de Mario Draghi, la perseverancia de Merkel, y la firmeza de ambos han recibido un regalo no menor con la visita de una invitada, que por el descaro con el que llegado tiene toda la pinta de haber venido para una larga temporada: la bajada de los precios del petróleo. Tal es así que tras estos meses de voy, vengo, y por el camino me entretengo, el mercado me ha brindado estos días una nueva experiencia, como la que es par mí ver en verde los ocho valores que mantengo después del trasteo de estos días. Así que me encuentro con la misma satisfacción casi que ese joven torero que acaba de abrochar por primera vez, delante de un toro bravo y sobre el albero de la plaza, esa primera tanda completa de capotazos con firma propia que tantas y tantas veces había soñado en su imaginación.
Va por mí, por tanto. Y por Vds.