Tamaño Empresarial: Asignatura Pendiente de la Economía Española

18 de febrero, 2017 1
Inversor particular. Autor del libro: "El Camino hacia el Sol: Economía, Energía, Medio Ambiente y Sociedad"
Inversor particular. Autor del libro: "El Camino hacia... [+ info]

La productividad es un factor esencial de la competitividad, influyendo esta sobre el crecimiento económico y el PIB per capita. Sin embargo, España adolece de innumerables condicionantes políticos, sociales y económicos cuya transformación podría incrementar la productividad significativamente, entre ellos, los indicados en el Global Competitiveness Report 2016-2017 , o los ya comentados sobre el coste laboral y el volumen y eficiencia de la inversión en I+D.

Pero además de estos factores realmente importantes, existe otro también fundamental, condicionado por el entorno político, que es el tamaño empresarial, que influye en la productividad por hora trabajada o por trabajador , y que condicionan la competitividad, dando lugar a que las empresas grandes sean más productivas, por lo general, que las pequeñas.

Los datos avalan esta afirmación, ya que el valor añadido (VA) aportado por las empresas grandes supone, en función de los países, entre el 48,89% (Rumanía) y el 22,47% (Malta) del VA total (figura siguiente) , cuando solo suponen el 0,19% del tejido empresarial de la UE-28 . Aportando en España este tipo de empresas el 38,26% del VA total, un porcentaje ligeramente inferior al de la media de los países estudiados de la UE-28 (38,73%).

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Figura.- Porcentaje del valor añadido aportado por las empresas grandes (>250 trabajadores) con respecto al total de valor añadido empresarial por países. Datos EUROSTAT . Se excluyen las empresas financieras. Datos de 22 países de la UE28, excluyéndose Croacia, Italia, Portugal, Chipre, Grecia e Irlanda por carencia de datos.

Por el contrario, las pequeñas empresas (<10 trabajadores), que constituyen la mayoría del tejido empresarial (93% del total de empresas), contribuyen, de media, al 21% del VA total. Lo que da lugar a que el VA aportado por cada gran empresa sea muy superior al de las pequeñas, del orden de 900 veces más, y casi diez veces más que aquellas que presentan entre 50 y 249 empleados, aunque esta diferencia también varía de forma significativa entre los distintos países de la UE-28.

Indudablemente se puede argumentar que las grandes empresas tienen más empleados y la productividad por empleado puede ser igual. Para resolver esta incógnita, a partir de los datos de la OECD (Entrepreneurships at a Glance 2015 ) correspondientes al valor añadido y el número de empleados de cada tipo de empresa en función de su tamaño, se puede calcular el valor añadido por empleado y el ratio que relaciona la productividad de un empleado de una empresa de más de 250 empleados con el de una empresa de entre 1 y 9 empleados (figura siguiente).

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Figura.- Ratio de valor añadido por trabajador entre empresas de más de 250 trabajadores y las que presentan entre 1 y 9 trabajadores. Elaboración propia a partir de datos de datos de la OCDE: Entrepreneurships at a Glance 2015, datos correspondientes al año 2012.

Los datos muestran claramente como el valor añadido generado por los trabajadores de las empresas grandes es en la mayoría de casos, salvo Reino Unido y Luxemburgo, mayor que en las pequeñas, siendo la media de los países analizados por la OCDE de 2,29 veces mayor, presentándose en España un ratio de 2,21, es decir, el valor añadido aportado por trabajador es más del doble en las empresas grandes que en las pequeñas.

Las razones por las que las empresas grandes son más productivas pueden ser múltiples y variadas, entre ellas, que generan mayores economías de escala, invierten más en capital y en I+D+i, tienen un mayor acceso a mercados internacionales, presentan mayor facilidad de acceso a financiación, imagen de marca, posición dominante en el mercado, etc …

Por tanto, que el tejido empresarial este compuesto principalmente por pequeñas empresas reduce la productividad y competitividad. Y en este sentido, España se caracteriza por el elevado porcentaje de empresas pequeñas que constituyen el tejido empresarial, suponiendo las empresas poseen nueve o menos trabajadores el 94,8% del tejido empresarial (figura siguiente).

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Figura,- Proporción de pequeñas empresas por país. Elaboración propia a partir de datos de EUROSTATcorrespondientes al año 2014.


En España, las empresas que presentan entre 1 y 9 trabajadores aportan el 25,2% del VA total, mientras que las grandes empresas aportan el 38,26%, suponiendo estas últimas únicamente el 0,12% del total de empresas, dando lugar a que, de media, las grandes empresas aporten un VA 1240 veces superior al de una empresa pequeña, un 35% más que la media de los países estudiados de la UE-28.

En resumen, podríamos decir que España, debido a la composición de su tejido empresarial, adolece de un problema de tamaño empresarial, siendo importante facilitar el crecimiento empresarial, ya que al ser las empresas grandes más productivas que las pequeñas, daría lugar a un incremento de la productividad total, y esto está directamente relacionado con el PIB per capita y la calidad de vida. Pero conocido esto, lo importante es preguntarse los motivos por lo que esto sucede y buscar soluciones.

Entre los problemas que son origen de la elevada proporción de empresas pequeñas se encuentran las trabas impuestas a su crecimiento, destacando la regulación, tal como indica Samuel Bentolillanos enfrentamos con distintos problemas, entre ellos la “maldición del empleado 50”, ya que al superar el empleado 50, la empresa incrementa su carga administrativa, necesita un comité de empresa, desembolsar el IVA con una frecuencia mensual, mayores importes de los pagos fraccionarios del impuesto de sociedades y no poder hacer cuentas abreviadas o tener que emplear a un auditor de cuentas, lo que se refleja en una tendencia a no pasar dicho umbral, tal como se muestra en la gráfica siguiente para el sector manufacturero francés, con problemática semejante.

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Figura.- Las pymes pequeñas versus medianas. por Samuel Bentolila.


Algo similar podemos apreciar si analizamos el número de empresas en función del número de empleados en España (figura siguiente), observando un salto en la reducción del número de empresas cuando pasan de 50 trabajadores.

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Figura.- Reducción porcentual del número de empresas en función del tamaño (número de empleados sobre tramo anterior) en el año 2016. Datos INE-DIRCE.


RESUMEN Y CONCLUSIONES


La productividad es un factor esencial de la competitividad empresarial, y los datos muestran como la productividad laboral es significativamente mayor en las empresas grandes que las pequeñas por multiples motivos.

Entre dichos motivos, existen algunos característicos del propio tamaño de las empresas, pero existe otro esencial que se escapa del ámbito estrictamente económico abarcando el ámbito político, que es la regulación y fiscalidad empresarial.

Existe numerosa normativa que, sin impedir el crecimiento empresarial, lo dificulta, como por ejemplo los requermientos administrativos o exigencias fiscales. Por lo que debido a la mayor productividad de las empresas grandes, nos deberíamos plantear si lo que beneficia económicmente en mayor medida la economía de un país son las presumibles ventajas de la recaudación impositiva y regulaciones laborales, o los beneficios derivados de poseer una estructura empresarial de mayor tamaño que redunde en mayor productividad y competitividad, ya que esto se vería acompañado de mayores salarios y mayor recaudación fiscal.




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