Refiero en el título al título de artículo publicado ayer en libertaddigital.com por Luis Herrero. Corto y pego, para no liarme, los comentarios que escribí a botepronto en la citada web.
[A buenas horas se cae del guindo el Sr. Herrero. Vamos a dejarlo en una mezcla de ingenuidad y falta de fuste que ríase Vd. de las de Bambi.
Y el Sr. Losantos, iden de iden. Comentar, escribir, marear palabras, y bla, bla, bla, sí, pero aceptar que llevan metiendo la pata hasta el zancarrón desde hace años, incapaces como Zp o Artur Mas de salir de su pequeño micromundo, de eso nada. De fangos y mierda, sí, pero prohibido espabilar.
"...que Rajoy nos roba, la culpa es de Rajoy" lloran Federico y Luisico, junto a Pedrojota, Ferreras, Chistorra, Gabilondo, Rubalcaba, Sánchez, Zapatero-Iglesias-Monedero, Estefanía, Ignacio Escolar, Elisa Beni, José Carlos Díez, el pequeño Évole, Piqueras, Juan Luis Cebriàn, Pepa Bueno... Toda esta cuadrilla, y que me perdonen los no citados, más los miles de empleados bajo su bota -- una mezcla de veterana ignorancia, soberbia infantil y sectarismo del bolsillo --, acojonados todos según sus propias palabras por el miedo a perder el empleo, lleva creando toda la opinión publicada a su imagen y semejanza en España desde hace décadas. Y me da a mí la impresión de que da la casualidad que a todos ellos les lleva exactamente a la misma conclusión que a catalanes separatistas y no separatistas, a lloronas irrecuperables y a chupapollas de nacimiento: "Rajoy nos roba, la culpa es de Rajoy".]
RAJOY NOS ROBA, LA CULPA ES DE RAJOY.
Es España un país con miles de años de existencia. Una existencia, por otra parte, sin otra cosa que ruinas, bancarrotas, pérdidas de imperios, Cubas y Filipinas, guerras civiles y crímenes de Puerto Urraco. Esa voz de todos los españoles vivos y muertos es la que habla y a la vez a la que se dirige desde hace años la devenida en secta periodística española, una vez la profesión se hizo hace ya unos cuantos años algo más compleja. Porque tras lo hecho por Adolfo Suárez el relato era muy sencillo: había buenos y había malos; había rojos y había azules; había demócratas y había dictadores; había ricos y había pobres; había progresistas y había conservadores. Pero a poco que llegaron al poder los suyos, los de todos, la cosa comenzó a complicarse. Tanto como que pasado lo que hemos pasado y vivido lo que hemos vivido, resulta que ahora en conservadores, luego acojonados, nos hemos convertido todos. Excepto Rajoy.
Los del pp quieren conservar el poder; los de Podemos, el gratis total y el MundoBambi en el que llevan viviendo desde que nacieron; los de Ciudadanos la posición ganada ante la corrupción de los dirigentes y partidos catalanes de toda calaña y condición desde la misma noche en que murió Franco; y los del Psoe..., que van de nuevos ricos desde la derrota ante Aznar de Felipe González, los del Psoe quieren la pasta, la posición, los privilegios y la vida de jeque árabe que se fueron autootorgando a sí mismos lo largo de nuestra adolescencia democrática. Es como si creyeran, los pobres, que en su adolescencia pagada nos hemos quedado todos los demás.
Ese conservar lo que tenemos, o lo que es lo mismo, ese "virgencita, virgencita, que me quede como estoy" ante una situación económica como la sufrida años atrás es lo que conecta de manera mortal desde hace ya años a los propietarios de la opinión publicada y a sus plumillas acojonados con el grueso de la sociedad española. No por falta de motivos, sin duda, en este último caso.
El asunto es que toda la opinión publicada en España desde hace décadas nace infectada de raíz, se dirige hacia abajo a través de los cada día más largos y poderosos brazos de las nuevas tecnologías, y alcanza prácticamente a todos y cada uno de los españoles. Pero lo que me interesa destacar de esta nueva situación es que todo este proceso de propagación de discursos de tarados sociales, miedos impostados e hijoputismo integral a costa de España se produce desde una sola y única clave de bóveda: la lucha de los dos grandes grupos televisivos, Mediaset y A3Media, por conservar cada uno su casi cincuenta por ciento del pastel publicitario español que lograron para sí tras la quiebra y posterior amaño-rescate de La Sexta y Cuatro. (Por ejemplo: si tú eres Miguel Ríos -por citar a alguien que no provoque de entrada animadversiones cainitas-, publicas tu autobiografía y quieres que se entere alguien, no te quedan más cojones que ir al programa de Mª Teresa Campos. Lo que no deja de ser acojonante: cincuenta años de carrera por la dignidad para terminar un domingo por la tarde sentado en una mesa camilla con Teresa Campos. Lo dicho, acojonante. Por cierto, Bigote Arrocet no solo ha captado al vuelo la naturaleza del sistema, sino que lo ha hecho mucho más rápido que aquel de la UGT, Juan Lanzas, la del sistema de los ERES de la Hunta de Andalucía. Y además, con mucha más gracia. La gente es que tiene mucho arte. )
Termino, que me lío y empiezo a acordarme de la madre de la gente. Que extrañamos a Rajoy porque es el único español que está haciendo lo contrario de lo que hemos hecho los españoles desde que España es España, y desde que los españoles vivos tenemos uso de razón. No hay español vivo que haya visto en su vida nada siquiera parecido a lo qe está haciendo Mariano Rajoy desde que es Presidente. Y con los de la zona de Andalucía y Cataluña, mejor no me entretengo hoy.
Decía Einstein que "locura es hacer lo mismo de siempre y esperar resultados diferentes". "Rajoy nos roba. La culpa es de Rajoy". Va a ser eso.