La última comparecencia del presidente del BCE, Mario Draghi, ha sorprendido a los inversores con el anuncio de tres nuevas medidas en la política monetaria de la eurozona. Empezando por una reducción del tipo de interés oficial y del tipo de depósito y, la menos esperada, la compra de activos privados a los bancos por parte del BCE. Éstas medidas son importantes para la economía europea y pueden ayudar a recoger unos datos más positivos en el medio plazo.
Estas nuevas medidas están teniendo una repercusión a nivel mundial como estamos viendo estos días, y a la vez puede agravar la guerra de divisas. Los últimos datos publicados por el BCE de los principales cruces con el euro son:
1,2911 Dólares USA. 138,48 Yenes Japoneses. 0,79495 Libras Esterlinas.
El euro se encuentra en una situación histórica, en los últimos meses ha batido records de mínimos situándose por debajo del 1,30 frente al dólar. El motivo de esta depreciación del euro frente al dólar se encuentra en la divergencia entre las autoridades monetarias de la Fed y el BCE. Mientras en Estados Unidos ya se ven claros signos de crecimiento y la Reserva Federal espera subir tipos y anunciar estímulos monetarios, en Europa el Banco Central Europeo sigue publicando nuevas medidas ante los malos datos económicos de la Eurozona. Con estas nuevas medidas anunciadas, Mario Draghi intenta debilitar el euro con el fin de luchar contra el riesgo de deflación e impulsar el crecimiento en los países de la Eurozona. El Banco Central Europeo ha permanecido mucho tiempo sin entrar en la guerra de divisas. Pero han tomado partido con decisión al anunciar que amplía su balance en un billón de euros mediante nuevos préstamos y compras de valores. Lo hace en un momento que puede ser beneficioso para Europa, ya que Estados Unidos está reduciendo sus propias compras de bonos y prepara una posible subida de tipos en 2015.
La depreciación de la moneda puede ser una salida para alcanzar la recuperación de Europa y así priorizar en el crecimiento y la creación de empleo. El euro ha supuesto un obstáculo para las exportaciones en la eurozona, ya que la fortaleza de esta divisa ha complicado los esfuerzos fiscales de las naciones afectadas por la crisis para reequilibrar sus economías. Por la herencia austeridad germana en el pasado, las autoridades seguían sosteniendo que tener una divisa fuerte era positivo y reflejaba la fortaleza de un país. En la actualidad los Estados, en general, prefieren tener una divisa débil y así poder aumentar sus exportaciones y activar crecimiento, aunque ello tiene una consecuencia negativa y es que provoca una política de empobrecimiento hacia los países vecinos.
El euro empieza a devaluarse y ha llegado a más de un 10% frente al dólar desde mayo, ahora queda ver si países como Francia o Italia llevan a cabo las reformas estructurales necesarias, ya que no solo son importantes las medidas que se anuncian desde el BCE para el crecimiento económico de la euro-zona. Como declaró Mario Draghi, la política monetaria no bastará por sí sola para reactivar el crecimiento en Europa.
Como se observa en el gráfico, el Euro está en su mínimo en lo que va de año y acercándose al mínimo de 2012 entorno al 1,20.
Por otro lado, la libra esterlina se encuentra en un momento inestable a la espera del dato de la independencia de Escocia del Reino Unido. La libra se está devaluando ante el temor de que los escoceses se separen. Además, por primera vez, se conoce un sondeo que da como ganador al “no” a la Unión Británica. Aún así, a largo plazo se espera una mejora que hagan subir los tipos de interés, con lo que la libra se situaría por encima del euro. Es probable que los inversores opten por esta divisa frente a un euro débil.
En el gráfico, se observa las ligeras subidas de la libra frente al euro, a pesar de la incertidumbre e inestabilidad a la espera del dato de Escocia.
En Japón la situación es algo mejor que en Europa, aunque los últimos datos macroeconómicos están por debajo de lo esperado. En cuanto a su divisa, el Yen se está debilitando al igual que el Euro. En este caso, las dos economías se encuentran en momentos de inestabilidad y reciben datos inferiores a los esperados, lo que puede afectar a las expectativas de crecimiento, mientras que en Estados Unidos los datos son cada vez mejores y su moneda cada vez más fuerte. En el gráfico, observamos la cotización del JPY/EUR y vemos como el Yen cae ligeramente frente al Euro en los últimos días.
En esta “guerra de divisas” el dólar se está apreciando frente al Euro llegando incluso a máximos de los últimos años y frente al Yen, el cual ha caído a un mínimo de los últimos seis años frente al dólar.
En los próximos meses se espera un Euro y Yen debilitado y un Dólar cada vez más fuerte, siempre y cuando los datos macroeconómicos de estas potencias sigan en la misma línea. Aún así, después del nuevo paquete de medidas tomadas del BCE se esperan mejoras en las economías de la Eurozona vía exportaciones y sobre todo salir de la zona de peligro de deflación, volviendo de nuevo a niveles de inflación próximos al objetivo del 2%.
Hemos conocido otras guerras de divisas en el pasado, desde el sistema monetario internacional, basado en el patrón oro de finales del siglo XIX hasta 1914; donde quiebra completamente con la llegada de la Guerra Mundial y se da la inmediata suspensión de la convertibilidad de las principales monedas en oro. Los bancos centrales empiezan a fabricar moneda para poder financiar las guerras. En esta ocasión no nos encontramos ante una guerra real como las de entonces, pero si podemos llamar “Guerra de Divisas” a las políticas monetarias que están llevando a cabo los principales bancos centrales con el fin de salir de la mala situación económica en la que aún nos encontramos, tomando unas medidas que llevan a la devaluación de sus monedas, donde mientras unos países se benefician, otros se empobrecen o se ven perjudicados por los países vecinos.
Como dijo hace un tiempo, Clive Dennis, responsable de divisas de una conocida gestora: “Los políticos se están poniendo nerviosos por su supervivencia. Las opciones fiscales y monetarias se han ido explotando y la táctica de empobrecer al vecino se muestra como la única opción disponible. Esto está provocando guerras comerciales, proteccionismo y la devaluación de las divisas, aunque a nadie le gustan estos términos. Por ello las llamamos guerras de divisas”.