Bitcoin es un un objeto especulativo que ha alcanzado los 10.000 $ por cada uno. Si ud hubiera comprado bitcoines cuando era aproximadamente igual a un $, ahora los podría vender por el precio mencionado. Es decir, por 100 bitcoines, tendría ahora 1.000.000 de dólares.
Supongo que esto hace comprender que Bitcoin no es dinero, si nos atenemos a las características usuales del dinero. Dinero es un medio de cambio aceptado en general, por la inmensa mayoría. No puedes ir al mercado a comprar verduras, o un coche, con bitcoines. Además, harías mal, pues al día siguiente podría haberse revalorizado, otra vez, respecto al coche. O desvalorizado.
No es dinero, además, porque su valor tiene mucha volatilidad, es decir que puede subir y bajar intensamente en un corto espacio de tiempo.
La escuela liberal, que no tiene ni pajolera idea de economía monetaria, está muy a favor de Bitcoin, en el que ven un sucesor del oro. Son grandes nostálgicos del periodo en que hubo patrón oro como base de la liquidez. Esperan que en un tiempo no lejano haya un patrón Bitcoin.
Tanto en el patrón oro, como en la actual moneda fiduciaria (no respaldada más que por la promesa del Gobierno y gestionada por Banco Central), es el gobierno el que decide cuál es el patrón monetario. No hay escapatoria. Cuando el gobierna define la moneda o monedas en las que se puede liberar las deudas fiscales, es difícil cambiar esa decisión - a menos que incumpla su promesa de mantener el valor de la unidad monetaria en relación a los bienes del mercado. Aún así, es difícil escapar a la decisión oficial, y la gente sólo puede aspirar a protegerse de la devaluación del dinero (inflación) guardándolo el menor tiempo posible adquiriendo otros bienes más estables que tendrá que vender a la hora de saldar sus deudas, o firmando contratos protegidos contra la inflación.
En EEUU hay, desde 1993, emisiones de deuda pública protegida contra la inflación, mediante la devolución al vencimiento del capital deflactado por el IPC del periodo. Lo que le hace rendir un tipo de interés diferente al de la deuda normal, como puede verse en el gráfico:
La diferencia entre uno y otro rendimiento es la expectativa de inflación que esperan los inversores en ambos instrumentos. Hay momentos en que la diferencia es negativa, lo que implica se espera una inflación negativa (ejemplo, 2013 y 2016). ¿Por que no hay en España un bono así?
La demanda de liquidez, es decir, los saldos de riqueza que la gente guarda en dinero líquido, no ofrecen rendimiento, y sin embargo siempre hay una mayor o menor cantidad de saldos guardados en dinero. En realidad tiene una rentabilidad implícita que es la conveniencia de tener siempre disponible esa liquidez, para los gastos corrientes, por razones de prudencia, o, como decía Keynes, por motivos especulativos. Estos últimos se definen como la demanda de liquidez por temor al riesgo de una caída de los precios de los demás activos, y y es muy variable respecto a este temor. Cuando la confianza es ilimitada, la demanda de liquidez es muy pequeña, pero cuando aumenta la desconfianza, puede hacerse ilimitada, o “infinita a cualquier tipo de interés”. En esos casos, debe haber un prestamista de última instancia, como decía Bagehot, que supliera esa demanda y evirtara el colapso de la economía deflacionaria por desaparición del dinero de la circulación.
¿Satisface Bitcoin estos aspectos del dinero fiduciario? No se sabe cómo sería institucionalizado, pero si lo fuera como el patrón oro, desde luego que no. Es más, Bitcoin ha sido creado para que su oferta responda a un algoritmo invariable, por lo que en casos de demanda ilimitada de liquidez, su oferta sería fija, y el tipo de interés subiría por las nubes. Eso le hace sospechoso de tener los mismos límites que el patrón oro, época en la que hubo muchos periodos de deflación y contracciones brutales. Véase, por ejemplo, la Gran Depresión del 29, con caídas de los precios y de la producción del 30%. Dado la delectación con la que hablan los austriacos/liberales del Bitcoin, es de sospechar que sería así.
Como dice Cullen Roche, el bitcoin es altamente especulativo, lo cual no está prohibido ni desaconsejado, pero ha de saberse a las claras que se está especulando, no “invirtiendo”. Comprar/vender bitcoines es una trasferencia entre dólares y bitcoines, sin que haya un aumento del ahorro, solo una transferencia de recursos de una persona a otra. (En realidad comprar una acción en bolsa, en el mercado secundario, es lo mismo, ya que esa acción no ha sido emitida en ese momento.)
Entiendo que si el precio del Bitcoin no se hubiera puesto por las nubes este asunto haría tiempo que habría acabado remansado en la mesa de observación de la industria extractiva (aunque técnicamente; o mejor: en puro cálculo teórico, tiene aún un elevado recorrido al laza. Insisto: en puro cálculo teórico.). Sin embargo, las palabras/expresiones talismán: dinero y repositorio de valor ejercen una influencia tan fascinadora que genera una larguísima cola que nos hace olvidar la razón última de qué es el dinero y qué es el bitcoin.
En mi opinión, todos los argumentos que ofrece Miguel Navascués en contra del bitcoin se pueden replicar del dinero fiat. Lo que comenta sobre los bonos que se cubren de la inflación para conservar la liquidez a-valor-constante, se puede replicar en algunos otros activos que han demostrado similar función a través del tiempo. Y, en lo único en lo que el bitcoin pudiera asimilarse a l amejor cualidad del dinero que ofreciera la calidad suficiente del bono cuberto sobre la fluctuación de la (cualquier) divisa fiat, es el númerus clausus de unidades virtualmente existetes, afloradas o no.
Aparte de ésto, tan inútil es, por fugaz el dinero fiat, como el bitcoin que ahora sufrimos; y, además, el bitcoin no es dinero, sino un intento de sustitución del dinero fiat (= por estatal) convencional, por otro dinero fiat (= no estatal).
El mercado de bitcoin (u otro similar) está limitado a las personas que disponen de bitcoins, o aspitan a tenerlos, y -además- deseen utilizarlos para medir sus transacciones. De igual forma que el mercado del dolar, o del euro, o del rublo, está limitado a aquellas personas que tienen o disponen de tal divisa y desean utilizarla, o no les queda más remedio que desearlo, para medir sus transacciones. Igual diría de quienes quisieran utilizar anillas de latas de cerveza, o huesos de aceituna para aquello que quisieran que les midiera sus transacciones.
Por lo demás, las pretensioes de utilizar el bitcoin como sustituto del patrón-oro s´ólo se basan y constriñen a la utilidad de poder mantener una oferta monetaria estable y por lo tanto, con la confianza que ofrece el que siendo estable la oferta monetaria, una evolución. Mayor eficiencia en procesos y eficacia en transacciones, generará un mayor poder adquisitivo y, por lo tanto, una mejora en el nivel de vida de la sociedad sin depender de las manipulaciones d ela moneda. NAda más, pero nada menos.
El bitcoin sólo es útil en la medida en que la oferta monetaria a largo plazo será estable. Diferente es que el precio del mercado secundario del bitcoin, aparentemente de forma paradíjica, se eleva a medida que afloran más bitcoins. Lo cual es de risa, de no ser por que no se entienda qué está pasando realmente con ese, digámoslo así, prioducto virtual. Daría para otro comentario, más adelante.
D. Miguel, tiene todo el derecho del mundo a expresrse de forma ligera acerca de las ‘escuelas liberales’, sinmatizar, pero se está quedando en un análisis de hace como diez años, para cuando sobre le bitcoin se escribían ocurrencias, como la de llamarle dinero o repositorio de valor. Todo eso formaba parte de las campañas de imagen del block-chain para hacerse entender entre ignaros y captar la atención. La mayor parte de los medios y periodistas apenas saben de qué va el bitcoin y los no liberales ven fantasmas en todas partes y disparan en todas direcciones, a ver si dan a algo.
Y el problema subsiste incómule: por qué los keynesianos se empeñan en desear que la gente se sienta antes pobre con un billete de diez libras en la mano, que rica con un billete de cinco libras. Todo lo demás, es tontería
Puede que haberse habituado el cuerpo a la inflación se considere un estado normal; claramente, una inflacción salvaje es dañina; seguramente una deflacción salvaje también. En mabos casos porque las desviaciones bruscas nunca llevan nada bueno, pero parece más evidente aún que el camino de una suave inflación permanente no mejora la vida de la sociedad, com el camino de una suave deflación constante. Que es el camino por el que se orienta toda sociedad en que progresan sus ciudadanos.
Por lo demás, sírvase recibir mi saludo y permítame pedirle que se abstega de leer a los liberales que opinaban en la primera hornada del bitcoin, o a los liberales que conservan discursos tan de primera impresión y para salir del paso.
Antes he cometido un error (aparte de algunos fallos de tecleado que espero se sepan disculpar). El erro consiste en haber dicho: “El bitcoin sólo es útil en la medida en que la oferta monetaria a largo plazo será estable. ”, cuando debería de leerse: “El bitcoin sólo es útil en la medida en que sirve para explicar la bondad de una oferta monetaria a largo plazo estable”. Frente a una oferta inestable como la actual, manipulada por los bancos centrales. Añado ahora que, claramente, a largo plazo significa eso. El bitcoin no cumple actualente este escenario (que podría semejarse al oro en la medida en la que no todo el existente está aflorado), pero es que, como he indicado, es chocante que aflorar más bitcoins signifique que la masa de bitcoins, por llamarla de alguna manera, incremente el precio, en vez de reducirse (como ocurría cada vez que se informaban de nuevos yacimientos). Aunque ésto último tiene una explicación que si acaso comentaré más adelante.
Buenas noches.