Mientras Grecia está dominando la etapa final de la deuda, la tragedia real está mucho más cerca de nuestra casa, con la espiral descendente de Puerto Rico. Al igual que en Grecia, la economía de Puerto Rico ha sido destruida por su participación en un sistema monetario irreal, fuera de control, y por el fracaso de sus políticas para confrontar su propia insolvencia.
De hecho, la lección que deberíamos aprender en Puerto Rico, de manera más notable, es cómo las políticas socialistas laborales y de impuestos pueden devastar una economía. Esto debería servir como un llamado para despertar a aquellos que abogan y prescriben lo mismo para el continente.
Estados Unidos ha bombardeado el territorio de Puerto Rico con cinco políticas, supuestamente bienintencionadas, pero que han resultado devastadoras:
- 1. Ha eximido a la isla de deuda pública, de todos los impuestos estadounidenses con la Ley Jones-Shaforth.
- 2. Eliminó extensiones de impuestos para la inversión del sector privado, con la expiración de la sección 936 del Código de Rentas Internas de Estados Unidos.
- 3. Ha requerido a la nación que resista, por un acuerdo restrictivo de comercio.
- 4. Implementó en la isla el salario mínimo estadounidense.
- 5. Capacitó a Puerto Rico para ofrecer generosas prestaciones sociales en relación con los ingresos.
Mientras que la aprobación de dichas leyes populares parece benigna en la superficie (y ha permitido a los políticos proclamar que sus esfuerzos han ayudado a los puertorriqueños más pobres), en realidad, ha profundizado la pobreza de la misma gente que supuestamente se vería beneficiada.
Deuda libre de impuestos
Esta dinámica es casi idéntica a lo que sucedió en Grecia, donde los bajos costos de los préstamos, que fueron posibles por la fortaleza del Euro como divisa, el tope implícito del Banco Central Europeo y las naciones más solventes del norte de Europa, permitieron al Gobierno griego endeudarse a tasas mucho más bajas de lo que sus precarias finanzas les habrían permitido en otro momento.
Gravámenes a la inversión privada
Contra toda lógica, mientras el Gobierno estadounidense facilitó al Gobierno de Puerto Rico que pidiera más préstamos, se lo puso más difícil al sector privado. El resultado fue una erosión de la base impositiva local de la isla; mientras se daban más préstamos (posibilitados por una deuda pública tres veces libre de impuestos), obligaron a los contribuyentes puertorriqueños restantes a tener mayores responsabilidades futuras.
La Ley de Jones
La ley de Jones había tenido un efecto devastador en Puerto Rico, pues fue creada en 1920 para proteger a la marina mercante de Estados Unidos de la competencia extranjera. Bajo los términos de esta horrible ley, a los barcos con banderas extranjeras se les impide transportar carga entre dos puertos estadounidenses. De acuerdo con la ley, Puerto Rico cuenta como un puerto estadounidense, por lo que a un barco de contenedores que trae productos desde China a territorio estadounidense, en el camino, se le prohíbe detenerse en Puerto Rico.
En lugar de eso, la carga debe ser dejada en un puerto de tierra firme, después volver a ser cargada en un barco caro con bandera estadounidense y, por último, transportada de vuelta a Puerto Rico. Como resultado, los costos de envío, desde y hacia Puerto Rico, son los más caros en el Caribe. Esto reduce el comercio entre Puerto Rico y el resto del mundo.
A pesar de que los ingresos medios en Puerto Rico están apenas por arriba de la mitad de los estados más pobres de Estados Unidos, gracias a la ley de Jones, el costo de la vida es de hecho más alto que el promedio estatal.
El salario mínimo federal
La imposición de un insoportablemente alto salario mínimo ha significado que los empleos de nivel de entrada, simplemente no existan en Puerto Rico. El desempleo está sobre 12%, y la tasa de participación de la fuerza laboral es de aproximadamente 43% (en comparación con el 63% del continente, según el Banco Mundial). Un “éxito” de la administración de Obama al aumentar el mínimo Federal a $10 dólares por hora, significaría que el salario mínimo en Puerto Rico sería más alto que el salario medio actual.
Tal medida resultaría en despidos en la isla y un paso más abajo en el hoyo económico.
Bienestar
En 2013 el ingreso medio en Puerto Rico estaba apenas por encima de la mitad que del ingreso en Mississippi, que es el estado más pobre en la unión, pero las prestaciones sociales son muy similares. Esto significa que el incentivo para renunciar a la asistencia pública en favor de un empleo se reduce grandemente en Puerto Rico, ya que un mayor porcentaje de los que están en asistencia pública estarían mejor financieramente al rechazar un trabajo mal pagado. Debido a que estos perversos incentivos no trabajan, menos de la mitad de los hombres en edad laboral están empleados y 45% de la población de la isla vivió debajo de la línea federal de pobreza (U.S. Census Bureau, American Community Survey Briefs publicado en Sep. 2014). En otras palabras, los problemas de Puerto Rico son sorprendentemente similares a los de Grecia. Su Gobierno gasta crónicamente más de lo que aumenta en impuestos, su economía está atrapada en un caos regulatorio, y el destino de su economía está en gran parte en manos de otros.
Las soluciones al problema de Puerto Rico son simples, pero políticamente tóxicas para que los políticos del territorio continental las acepten. A Puerto Rico se le debe permitir declararse en bancarrota. El incentivo Federal para que el Gobierno puertorriqueño pida dinero prestado debe ser eliminado, Puerto Rico debe ser eximido tanto de la Ley Jones, como del salario mínimo Federal, y los requisitos Federales de asistencia social deben ser reducidos. Así, implementando políticas más favorables del libre mercado, Puerto Rico se puede salvar.
Peter Schiff es el director ejecutivo y principal estratega global de Euro Pacific Capital, y preside Schiff Oro. Se especializa en acciones, monedas y metales preciosos desde una perspectiva internacional. Síguelo en Twitter: @SchiffOro.