La subida del petróleo reciente (bien sea por Siria o por la cancelación unilateral del acuerdo de desarme nuclear de Irán por parte de Estados Unidos) está generando de nuevo incertidumbre en el mercado. Evidentemente tiene implicaciones directas sobre las expectativas de inflación y esto ha provocado de nuevo que repunten las rentabilidades de los bonos de gobierno. El que más están siguiendo los inversores en las últimas semanas es el bono a 10 años y su comportamiento ante la barrera psicológica y técnica del 3%.
En el siguiente gráfico podemos ver que, efectivamente, el nivel psicológico del 3% también es una resistencia técnica, ya que claramente ahí se produjo el último techo entre 2013 y 2014.
Lo llamativo del gráfico anterior no es la resistencia del 3%, sino la línea que une los máximos del año 2000 y del año 2007. Esta línea pasa por la zona del 3,40% - 3,50% actualmente. Pero lo más relevante es que los dos anteriores máximos de largo plazo se produjeron en el año 2000 y en el año 2007. Justo los dos techos de los mercados de renta variable de las últimas décadas. Y es que siempre ha existido una clarísima relación entre el comportamiento de la renta fija y el de la renta variable. Siempre, cuando la rentabilidad de la renta fija sube, también sube la renta variable. Sobre todo esta relación se produce en la rentabilidad de los bonos de más largo plazo. Por un lado, porque a mayor expectativa de crecimiento, más rentabilidad se le exige a un bono y más altos son los tipos de interés.
Por otro lado, es el traspaso de fondos entre renta fija y renta variable lo que explica gran parte del movimiento. Si la TIR sube es que el precio baja, es decir, se venden bonos y este efectivo de las ventas, o parte de este, se destina a la inversión en renta variable. Sin embargo, esta relación, que ha sido constante y así se ha estudiado en los libros de economía, no se ha cumplido en los últimos años. El motivo es sin duda la intervención de la Reserva Federal desde el estallido de la crisis. No han sido los inversores, sino el Banco Central, el principal comprador de bonos. En el siguiente gráfico se aprecia claramente la estrecha relación entre la TIR del bono a 10 años y el S&P500 cuando el balance de la FED (en azul) era muy estable. Sin embargo, esta relación desapareció justo cuando la FED comenzó a ampliar su balance.
Ahora que la FED está empezando a reducir su balance, podemos decir que vuelven a ser los inversores los que deciden si invertir en renta fija o renta variable. Por tanto, mientras se mantenga la subida de la rentabilidad de los bonos quiere decir que los inversores están saliendo de la renta fija y esto, en teoría, beneficia a la renta variable. Es cuando la TIR entre en tendencia bajista (los inversores compren deuda pública) cuando habrá que preocuparse por la tendencia alcista de los mercados de renta variable. En el primer gráfico veíamos que los dos tramos de bajada de la TIR del bono a 10 años se produjeron en el periodo 2000-2003 y 2007-final del 2008, justo los dos periodos de fuerte corrección del S&P500.
Lo mismo ocurre con la rentabilidad de los bonos a 30 años. Aquí el objetivo de rentabilidad de los mismos también se situaría en torno al 3,5%.
A menos plazo, la línea que une máximos en los bonos a 5 años, pasa por el 3.30%.
Por tanto, ahora que la FED no es el comprador de los bonos de gobierno, por lo que tenemos que estar preocupados es por que vuelvan de nuevo las compras de bonos por parte de los inversores y la TIR entre en una tendencia bajista. Ahí sí que los bonos se comportarían como activo refugio y el dinero saldría de la renta variable. Desde el punto de vista técnico, quizás el nivel en el que se produzca esta rotación (Risk Off) sea la zona del 3,5% para los bonos a más largo plazo.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
(http://blog.unicorppatrimonio....)