Matthew C Klein, en FT Alphaville, tiene un completisimo artículo que explica el fracaso del euro sobre lo que se esperaba de él económicamente.
Del euro se esperaba que acelerara la homogeneidad económica de los países miembros, es decir, que adelantara la llamada Convergencia económica. Sin embargo, hay ejemplos dentro y fuera del euro que muestran indiscutiblemente que hay más convergencia entre países sin unión monetaria que con ella.
Australia y Nueva Zelanda, por otra parte EEUU y Canadá, por ejemplo, son países con una gran convergencia y que sin embargo mantienen una divisa distinta que además fluctúa libremente, sin que por ello se vean afectadas las transacciones comerciales y movimientos de capital.
Otro caso relevante es Noruega y Suecia, países que nacieron unidos, se separaron, y siguen progresando cada uno por su lado pero con estrechos lazos comerciales, de inversión directa y financieros.
Los paises europeos que más han convergido hacia Alemania son los del Este y Centro de Europa que se han quedado fuera del euro. En cambio, los paises del euro "descolgados" (llámense PIGS) han tenido que ser rescatados, aunque con su propio dinero, por la negativa de Alemania a que el euro fuera una Unión monetaria completa.
No importa. Los ejemplos de países vecinos con más motivos que Europa para formar una unión monetaria, pero que se desenvuelven bien sin ella, son la refutación de que sólo la unión monetaria consigue la convergencia máxima.
Ni el euro ha sido condición necesaria ni suficiente para esa convergencia, al revés, ha sido un impedimento.
Dicho de otra manera más teórica, los paises que cumplen con las condiciones de Área Monetaria Óptima que estableció Mundell en 1959 no se han unido monetariamente, les va bien; en cambio, los paises que no cumplían esas condiciones, como son los del euro, sí se han unido, y les ha ido muy mal.
Por lo tanto, se ha demostrado que el Euro no es un una Área Monetaria Óptima. Pero también se ha demostrado que sí lo fuera sería redundante. Y más redundante cuanto más países incluya, como es lógico. Porque si no, lo idóneo hubiera sido volver al Patrón Oro (como desafía Klein), al menos para los paises más importantes. Pero cuantos más países, más obstáculos surgirían: más costes de ajuste a diferencias de ciclos cuantos más países... si es que se admite que la política monetaria individual es necesaria para aliviar las cargas que una crisis implica.
El problema de la teoría es que ha dejado de lado los movimientos de capital, que se espera sean más eficientes tras la Unión de dos o más monedas. En el euro ha sido todo lo contrario: el euro contribuyó a la burbuja inmobiliaria de España, y luego a la huida precipitada de capitales.
¿Como sucedió? Primero, la introducción del euro bajó los tipos de interés en beneficio de Alemania, que estaba en recesión severa por la reunificación con Alemania del Este. Después, cuando estalló la burbuja, y se vieron las deudas de los paises PIGS, España entre ellos, se dudó que sin un banco central pudieran emitir la deuda suficiente para socorrer las instituciones financieras dañadas y mantener al mismo tiempo el gasto aumentado de subsidios de paro y otros. Eso aumentó las primas de riesgo de impago, que además el BCE gobernado por Trichet se encargó de disparar subiendo dos veces los ripos de interés en 2011. Por eso dice Klein que Draghi salvó al euro en 2012, pero antes casi lo mata Trichet.
Si los problemas de una UM fueran sólo comerciales... pero los importantes son los monetarios y financieros. Es decir, los problemas que necesitan un banco central nacional para apoyar la política fiscal de salvamento de la banca dañada y mantener durante el tiempo suficiente los gastos corrientes extras debidos a la crisis.
En suma, el euro ha debilitado la potencia de la política anticíclica al separar la monetaria de la fiscal, sin haberlas unido por arriba en una Unión Eficaz. Una política monetaria-fiscal única sería enormemente potente, pero eso obligaría a Alemania a comprometerse fiscalmente con países de los que nunca se fiará.
De ahí algunos concluyen que si hubiera habido una unión fiscal, bien coordinada con el BCE, el euro podría haber funcionado. Pero es difícil imaginar una unión fiscal sin una unión política, que Alemania nunca admitirá.
En todo caso, estos mismos observadores dicen que es la única solución, porque no es posible volver para atrás. En el euro está cifrada toda la contabilidad, los activos y pasivos, y esa es su fuerza y su debilidad. Fuerza porque no va a ser reversible en tiempos de normalidad; debilidad porque en tiempos de dificultad volverá a surgir la sospecha sobre determinadas deudas nacionales. Así que lo único que se debe hacer es acelerar el camino hacia la Unión Total. Mientras no se llegue a ella, riesgos recurrentes de crisis al borde de la ruptura del euro y la UE.
Y aquí me paro de momento.