Sucede con cierta frecuencia que damos por sentado acontecimientos ya sea por vagancia, simplicidad o comodidad. En la mayor parte de las ocasiones el averiguar el porqué de las cosas se reduce a descubrir curiosidades. A Telefónica o Santander se las denomina blue chips y si bien se sobreentiende que con ello se pretende catalogarlas como valores líquidos o grandes, la raíz del significado proviene de las fichas del póker con mayor valor. Este es claro ejemplo de curiosidad que no lleva a ningún lado más que a dártelas de repelente en una reunión o escribiendo un blog. No obstante, las curiosidades se pueden convertir en información relevante para tomar una decisión a la hora de invertir nuestros ahorros.
Preguntarnos del porqué una empresa quiere cotizar en bolsa es un buen comienzo para estudiarla, de la misma forma que comprender las motivaciones de una ampliación de capital –como en el caso del Grupo Banco Popular Pastor-. El acento normalmente se pone sobre los datos objetivos –número de acciones, precio de salida, liberada, prima de emisión…- dejando a un lado qué es aquello que incita a la empresa a tomar la decisión. Se da por sentado entonces que la ampliación es por la necesidad de captación de capital para cumplir las exigencias de la UE –siguiendo con el ejemplo del Grupo Banco Popular Pastor- y el análisis a partir de aquí es totalmente objetivo centrándose en arbitrar el precio de la acción nueva –post-ampliación- con la antigua –pre-ampliación. Sin restarle importancia a esta función me gustaría subrayar las razones que subyacen para que una compañía salga al parqué o estando ya cotizando en él amplíe su capital.
La búsqueda de financiación es el alfa y el omega de cualquier personalidad jurídica y física, es clave para la prosperidad de un país, lo que en lenguaje político se expresa “que el crédito fluya a las empresas”. Igualmente cuando una empresa quiere cotizar en bolsa de una forma u otra está demandando financiación aunque también existen otras fuentes para acceder a un préstamo. El más común es el mercado crediticio conformado por los bancos, cajas de ahorro –por el momento- y también entidades de crédito públicas como el ICO. La subvención pública entendida como el préstamo a fondo perdido no entraría en esta categoría. Otra opción es la alianza con socios externos o join ventures que tienen un marcado interés estratégico –geográfico, sinergias en el tipo de negocio- y también la financiación privada –viveros de empresas, crowdfunding-.
En los mercados de valores ya sean primarios –emisión- o secundarios –negociación- no solo ofrecen financiación sino que también:
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