En 2020, la Unión Europea (UE) informó de que su superávit comercial (el saldo de las exportaciones menos las importaciones) pasó de 191 500 MEUR en 2019 a 217 500 MEUR, lo que supone un aumento del 13,6 %. Con respecto a 2018, el superávit del año pasado aumentó un 23,0 %. Según muchos comentaristas financieros que cubrimos, el crecimiento del superávit comercial indica una mejora de la economía mundial. Pero, como probablemente sepa, eso está lejos de ser cierto en este caso particular. En 2018 y 2019, el producto interior bruto (PIB, una medida de la actividad económica calculado por las administraciones públicas) de la UE creció un 2,1 % y un 1,6 %, respectivamente. Esas tasas no son espectaculares, pero son mucho mejores que la contracción del 6,2 % provocada por las restricciones impuestas en 2020. En opinión de Fisher Investments España, esto pone de relieve una consideración importante a la hora de evaluar la evolución del comercio: la balanza comercial, ya sea un superávit o un déficit, no es una estadística económica que pueda revelar mucho sobre la evolución de la economía.
Muchos comentaristas financieros y políticos que seguimos probablemente no estarían de acuerdo; suelen afirmar que un superávit es un factor económico positivo, ya que significa que un país o una región económica vende más en el extranjero de lo que compra. Asimismo, creen que un déficit comercial (cuando las importaciones superan a las exportaciones) transfiere dinero a otra parte del mundo y, por lo tanto, lastra la economía, ya que incentiva el empleo en los países exportadores. Según Fisher Investments España, este razonamiento es incorrecto, dado que se basa en el mercantilismo, una visión económica que hace hincapié en maximizar las exportaciones y minimizar las importaciones.
En nuestra opinión, los datos estadounidenses muestran claramente que esta lógica no es concluyente. Estados Unidos no ha tenido ningún año completo de superávit comercial desde 1975. En los 45 años transcurridos, su PIB anual ha crecido a pasos agigantados, concretamente un 226 %. Y, por si fuera poco, el último año de superávit comercial se produjo en medio de un período funesto para la economía mundial, ya que el embargo petrolero árabe de mediados de los años 70 y otros factores económicos negativos provocaron una profunda recesión (un período prolongado caracterizado por el descenso generalizado de la actividad económica).
En nuestra opinión, la experiencia de 1975 pone de relieve dos lecciones adicionales. En primer lugar, que el embargo (las naciones de Oriente Medio cortando las exportaciones de petróleo a EE. UU.) fue, fundamentalmente, un factor sustancialmente negativo para EE. UU. En opinión de Fisher Investments España, esto demuestra el error de la lógica mercantilista sobre la economía.
En segundo lugar, nuestros análisis muestran que, a lo largo de la historia económica, los déficits comerciales tienden a reducirse cuando la economía no pasa por sus días de gloria. Esto ha sido el caso en cuatro de las cinco recesiones de EE. UU. desde 1976. Esto no nos sorprende: la lógica sostiene que la demanda suele caer en las recesiones, lo que reduce las importaciones y el déficit comercial. La única vez desde 1975 que el déficit comercial se amplió mientras gran parte de la economía se contraía fue el año pasado debido a los confinamientos y otras restricciones. Fisher Investments España cree que esto podría estar relacionado con la singularidad de esa recesión, que afectó mucho más a las industrias de servicios (las cuales constituyen la mayor parte de las importaciones de EE. UU) que a las de bienes. Además, Estados Unidos importó una gran cantidad de equipos de protección personal debido a la pandemia. En otras palabras, la recesión de 2020 parece que fue, sobre todo, una recesión muy excepcional.
Sin embargo, y en contraste al caso estadounidense, Alemania ha experimentando un superávit comercial todos los años desde 1951. A veces, la disminución del tamaño de ese superávit ha coincidido con un debilitamiento de la economía mundial, como en 1975, 1990-1991, 2008-2009 y 2020. Otras veces, como en 1983, 2003, y 2017-2019, esos descensos del superávit comercial se produjeron en medio de un amplio crecimiento económico. Pero desde una perspectiva general, tanto Alemania como Estados Unidos son economías fuertes, muy competitivas y donde reina el libre mercado. Si estas dos naciones cuentan con balanzas comerciales tan diferentes a largo plazo, ¿qué podemos deducir de la estadística?
Según Fisher Investments España, la respuesta es absolutamente nada. Es evidente que deben evaluarse y sopesarse los datos comerciales, pero creemos que hay que centrarse en los componentes individuales (exportaciones e importaciones) y no en la diferencia entre ellas. Ninguna de ellas es intrínsecamente buena o mala para la economía.
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