¿Cuánto durarán las alzas del mercado alcista que comenzó en marzo de 2020? Muchos de los analistas que cubre Fisher Investments España vaticinan que le queda camino por recorrer. Su lógica es la siguiente: los mercados alcistas —períodos prolongados marcados por la revalorización general de las cotizaciones— han tenido una duración media de casi seis años desde 1925, año desde el que existen datos históricos fiables. Ese patrón histórico sería el principal factor que augura un desarrollo del actual mercado alcista durante más tiempo. Sin embargo, en nuestra opinión, las medidas ocultan la gran variabilidad que pueden tener los diferentes mercados alcistas. Creemos que si se espera que las subidas sigan algún tipo de trayectoria preestablecida, se puede correr el riesgo de tomar decisiones en cartera que no funcionen como se pretendía en un principio.
Si bien los últimos 11 mercados alcistas mundiales tuvieron una duración media de 70 meses, los ejemplos individuales son muy distintos. Por ejemplo, 3 duraron al menos 114 meses (lo equivalente a 9,5 años). Entre ellos figura el mercado alcista de 2009 a 2020 que, si bien se prolongó durante casi 11 años, muchos de los analistas que cubrimos ya cuestionaban si no era demasiado largo en 2012. Y vimos cómo este tipo de cuestionamientos aumentaban a medida que la duración del mercado alcista se acercaba a las medias históricas. Muchos afirmaban que la subida de la renta variable tenía que terminar pronto, no por razones fundamentales, sino simplemente por su duración. Los inversores que vendieron acciones siguiendo esa forma de interpretar la realidad se perdieron varios años de ganancias a medida que el mercado alcista continuaba su rumbo al alza.
Por el contrario, 6 de los 11 mercados alcistas ocurridos desde 1925 no alcanzaron la marca de los 70 meses y 2 de ellos ni siquiera duraron 3 años. El más corto, que comenzó en octubre de 1987, duró 26 meses. Antes de ese mercado alcista nacido en 1987, los mercados alcistas hasta esa fecha habían tenido una duración media de 71 meses. Los inversores que en aquel entonces pensaron que habrían muchos más años de ganancias en adelante solo por el hecho de que los mercados alcistas tienden a prolongarse durante más tiempo de media se llevaron una desagradable sorpresa. En nuestra opinión, estos ejemplos demuestran que basar cualquier decisión de inversión únicamente en la antigüedad de un mercado alcista puede llevar a tomar decisiones equivocadas para su cartera de inversión.
Si la duración no determina el final de un mercado alcista, ¿qué lo hace? Fisher Investments España cree que hay dos razones principales: las sorpresas y la euforia. Las sorpresas económicas, en nuestra opinión, son eventos económicos, en su mayoría no percibidos por la mayoría en un principio, que borran de un plumazo varios billones del producto interior bruto mundial —(PIB) un indicador de la producción económica calculado por las administraciones públicas—. Creemos que el mercado alcista que concluyó en 2020 ofreció un ejemplo de este tipo de sorpresas. A medida que se impusieron restricciones y confinamientos para contener el avance de la covid-19, se redujo rápidamente la actividad económica, con el PIB mundial cayendo de 72 billones de euros en 2019 a 69,6 billones de euros en 2020. En medio de estas turbulencias económicas, el mercado alcista llegó a su fin y los mercados de valores se desplomaron.
Y la euforia, a nuestro juicio, se produce cuando el sentimiento hacia la renta variable y la economía se vuelve, por lo general, excesivamente positivo. Durante la euforia, creemos que los inversores demasiado optimistas pueden hacer caso omiso del deterioro de los fundamentales económicos. Esto crea un entorno en el que las esperanzas de los inversores superan ampliamente la realidad subyacente, lo que provoca una gran decepción cuando esta no cumple las expectativas. A pesar de esta observación, nuestros análisis sugieren que la renta variable puede prolongar sus ascensos en medio de un sentimiento de euforia durante un tiempo antes de que se sufra el ajuste de cuentas.
Un ejemplo clásico de un mercado alcista que termina en medio de la euforia ocurrió en el año 2000, cuando el entusiasmo en torno a las puntocoms y las tecnológicas sembró el entusiasmo entre los inversores, quienes empezaron a invertir en empresas con escasos o nulos beneficios (o ventas). Tras meses de continuas ganancias en el mercado de valores en medio de un sentimiento eufórico, la realidad económica acabó por decepcionarles. Esto fue el catalizador que, en nuestra opinión, hizo que la renta variable se desplomara en todo el mundo.
Aunque puede parecer intuitivo que las sorpresas económicas pueden darse en cualquier momento a lo largo de un mercado alcista, Fisher Investments España cree que es necesario que los inversores sean conscientes de que la llegada de la euforia tampoco sigue un calendario establecido. En nuestra opinión, el mercado alcista de 1970 a 1973, que solo duró 32 meses, terminó con un repunte de la euforia, especialmente en torno a las grandes y conocidas acciones estadounidenses. Según nuestros análisis históricos, creemos que el sentimiento se volvió eufórico durante el mercado alcista de 1987 a 1990, que fue aún más corto, y el fervor mundial por la renta variable japonesa fue una parte importante de esa fase de mercado. Y, sin embargo, aunque el mercado alcista de 2009 a 2020 duró casi 11 años, nunca vimos signos de euforia generalizada. Por consiguiente, no creemos que la euforia llegue simplemente porque un mercado alcista haya durado un determinado número de meses o años.
En la actualidad, Fisher Investments España considera que el mercado alcista que comenzó en marzo de 2020 se encuentra en su fase final a pesar de su aparente juventud. En nuestra opinión, el sentimiento ha evolucionado muy rápidamente del el pesimismo observado en los mínimos del mercado al optimismo generalizado de hoy en día. Los analistas que cubrimos se han vuelto colectivamente muy optimistas sobre las perspectivas económicas y sobre el mercado de valores. Muchos inversores están entusiasmados con lo que no parece ser más que meras modas de inversión, es decir, sectores del mercado muy especulativos que suscitan un gran interés por el aparente potencial que ofrecen de generar grandes rendimientos.
Sin embargo, no creemos que la existencia de algunos focos de euforia signifique que los inversores deban abandonar automáticamente los mercados de renta variable. En nuestra opinión, gran parte del optimismo actual está justificado por las mejoras económicas que se están produciendo a medida que avanza la reapertura de la economía. Pero igualmente creemos que los inversores deberían analizar con lupa el sentimiento inversor para ver si esa euforia se generaliza en algún momento y nubla el juicio de los inversores ante los signos de debilidad económica que podrían producirse más adelante.
Aunque puede ser tentador basar las expectativas del actual mercado alcista en la evolución de los mercados alcistas en el pasado, Fisher Investments España cree que esto puede llevar a decisiones de inversión equivocadas. Creemos que cada mercado alcista tiene sus propios catalizadores económicos, políticos y de sentimiento inversor que se desarrollan con sus propios calendarios. A nuestro juicio, prestar atención a estos factores y no a una media histórica determinada es la mejor forma de invertir.
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