Hace poco más de un año saltaba la noticia de que la deuda americana a corto plazo rendía más que el S&P 500 (algo que era solo parcialmente cierto). Hoy la noticia es otra.
Para algunos el descenso de los tipos de interés de los bonos está yendo demasiado lejos. Hasta el punto de que la rentabilidad del bono del Tesoro de vencimiento 30 años ha bajado del nivel de la rentabilidad que el S&P 500 ofrece por los dividendos.
Pero por si fuera poco, el dividend yield o rentabilidad por dividendos es solo una de las dos formas de remuneración a los accionistas de las empresas. Es decir, no tiene en cuenta el total de remuneración, excluyendo las recompras de acciones, cuya importancia ha crecido en las últimas décadas. De hecho, como se observa en el gráfico histórico que solo llega a 2014, en ese año el buyback yield era mayor que el dividend yield.
Fuente: Ben Carlson, a partir del estudio “The Long-Run Drivers of Stock Returns: Total Payouts and the Real Economy”.
Y así lo ha seguido siendo. La rentabilidad total (dividendos + buybacks) actual está según Yardeni en el 5,4% (3,5% buybacks + 1,9% dividendos) frente al 1,95% del bono estadounidense a 30 años.
Fuente: Yardeni.com
Desde luego, quien compre ahora bonos de largo plazo (frente al S&P 500) o está forzado a hacerlo por alguna razón (fondos de pensiones con mandatos restrictivos, por ejemplo), o tiene una perspectiva muy negra de la economía...