Leo en El País que el gobernador del Banco de España ha dicho que la economía se enfrenta a una “perturbación sin precedentes”. Cito del periódico citado:
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha publicado este viernes un inusual comunicado para advertir de los muy serios efectos para la economía de la crisis del coronavirus. "Nos enfrentamos a una perturbación sin precedentes, de una intensidad incierta, aunque en todo caso muy notable. Las necesarias medidas de contención en España y en otros muchos países europeos han llevado a una disrupción muy severa de la actividad económica”, asegura.
Lamentablemente, no encuentro el texto oficial, pero creo que otra parte central del comunicado es pedir una mayor (o al menos una, porque hasta ahora, cero) coordinación fiscal entre los países del áreas de la UE, con lo que coincido.
De todas formas, basta hacer hincapié en las palabras “perturbaciones sin precedentes”, para reflexionar con un poco más de prudencia en los mercados.
Ayer leí aquí un artículo muy optimista, de Hugo Ferrer, que le aplaudo, pero no comparto totalmente.
Me recuerda a los que dicen que en España nunca pasa nada”, o los que preguntan, “¿acaso no hemos superado dos guerras mundiales?”
Y yo pregunto: ¿a qué coste incalculable, cuántas generaciones se han quedado en el camino? No son sólo millones de muertos, de torturados, exterminados, sino de incalculables pérdidas que cuestan un tiempo largo reponer y volver a poner en marcha. En la postguerra mundial, Europa no se hubiera levantado de la ruina si no es por el Plan Marshall, pese al cual hasta 15 años se después de la guerra no empezó a mostrar sus frutos. En el camino se quedaron los muertos y los vivos que no llegaron a beneficiarse. Los países comunistas no quisieron participar. ¿No les recuerda esto algo relacionado con las donaciones de Amancio Ortega?
Un plan fiscal coordinado de lo siguiente países UE, o al menos del área euro - que disponen de un poderoso BCE, con grandes recursos monetarios, recientemente ampliados en 750 mil millones - infundiría para empezar un chute de confianza en la gente más afectada económicamente. Ya he comentado aquí el plan presentado por el gobierno, que es presentable pero tiene agujeros. Esos agujeros se podrían haber tapado con una presentación coordinada con los demás más países miembros, pero Europa es así, es lo que hay.
Hay cosas imprescindibles para la situaciones actual, que son liquidez, crédito, y prolongación de créditos en vigor. Pese a que se cumpla esto, en el mejor de los casos una “perturbación sin precedentes” - y yo coincido - deteriorará bastante el tejido industrial, las relaciones de la cadena proveedor-cliente, que no se repondrán rápidamente tras acabar con la pandemia.
Así que a largo plazo podemos ser optimistas, y cuanto más alargues el plazo, más optimismo. Pero hay innumerable gente que se quedará por el camino.
Y todo esto con un gobierno que da muestras que una parte de él está por la ruptura del estado, por tirar el tablero y las fichas al aire y que han visto en la pandemia una trampolín para ello. Unas directrices claras de gobernanza desde la UE también hubiera servido para desviar estas tentaciones. Es preocupante la mentalidad mostrada por algunos de sus miembros, que me lleva a pensar que la deuda pública subirá un buen trecho, sin resultados positivos para la economía privada.