Hubo un tiempo en España, antes de que Carmena y Colau fuesen alcaldesas, en el que los los bancos rescatados desahuciaban por millares, los sintecho infestaban las urbes y millones de niños malvivían desnutridos.
Gobernaba la paupérrima España, con una ideología que era algo así como ’unos hilillos de plastilina’, el facha sectario M. Rajoy, abreviatura ‘sobre’venida a la sazón.
Había pactado con ZP la reforma del articulo 135 de la Constitución: osaron comprometerse a devolver las deudas. Y se jodió hasta el Perú. Le dieron la puntilla al deleznable consenso franquista del 78, al ‘capitalismo de amiguetes' y a las ‘élites madrileñas’; que, de existir tal y como las definen algunos ‘intelectuales’, contarían entre sus filas con numerosos e influyentes euskaldunes y catalanes; todos varones, y eso sí, con el ADN fascista español. Valga la redundancia.
La opresión era tan insoportable que los adalides de la democracia decidieron que los consensos y la convivencia no iban con ellos. Unilateralmente hicieron y declararon lo que les dio la gana. Algo prosaico, sin arrogancia ni adanismo: un nou país.
Por el flanco izquierdo pretendieron ‘asaltar los cielos’. Todo estaba putrefacto, hediondo: las instituciones monárquicas se ventilaban abriendo las puertas giratorias. El pestilente régimen nacido de la transición era el corsé ‘atado y bien atado’ que impedía el progreso y bienestar del pueblo. La astuta izquierda abertzale lo había visto antes que nadie.
A l’époque, los gobiernos del bipartidismo consentían con mezquino regodeo un fraude fiscal que el podemismo estimaba en torno a los 90 millardos, y que bien podrían sufragar una renta universal que por fin nos haría verdaderamente libres: el hombre nuevo.
Sea como fuere, hoy, por acción o por omisión, los unos y los otros nos gobiernan además de protegernos contra el fascismo.
Pero la mala suerte hizo coincidir la acción redentora del gobierno con una pandemia mundial.
Y resultó que no estábamos preparados como sí lo estaban en Grecia o Portugal. El expresidente Rajoy, un anarcocapitalista feroz, como el lobo, había desmantelado pieza por pieza la mejor sanidad pública, gratuita, universal… heredada de la dictadura y de los ominosos gobiernos del bipartidismo extractivo.
Los clasistas desalmados no dejaron ni las raspas: https://datosmacro.expansion.com/estado/gasto/salud/espana.
Y empezó una colectivización tan tan progresista que hasta repartieron y delegaron la responsabilidad.
Los resultados sanitarios, económicos y sociales son catastróficos. Hasta ahora la latitud nos había traído fortuna: buen clima y millones de turistas. Pero esta vez nos ha sido inmisericorde: miles de muertos, millones de parados…
Sorprendentemente, el hecho de que VOX, la ultra ultraderecha, hubiera obtenido cincuenta y dos escaños con poco más que varios eslóganes trasnochados y la fútil idea de defender la unidad de la nación, como en cualquier país del mundo, pilló por sorpresa a todos intelectuales, politólogos y tertulianos 'antifascistas'. No se podía saber.
Pero no todo van a ser malas noticias. Afortunadamente el gobierno tiene un plan. Un plan fiscal que pagaran los diecisiete millones de ricos que tienen un coche diesel y todos los que consumen envases de plástico (¡El planeta no puede esperar más!). Y lo más enternecedor es la creación un impuesto pigouviano para proteger a los más débiles del consumo de insalubres bebidas azucaradas. Pobriños los pobres. Si es que tienes que quererlos.
Seamos sensatos. La emergencia nacional exige este esfuerzo por parte de la ciudadanía: les pedimos a 'los más ricos’ entre seis y siete mil millones (cifra que no se cree nadie) de ingreso adicional para cubrir un agujero de noventa mil millones (cifra que tampoco se cree nadie) causados por esta maldita pandemia. Los tan cacareados noventa millardos de fraude fiscal que contaron con la aquiescencia de los abyectos gobiernos de socialistas y populares, ni estaban ni se les espera.
Muy distinto sería si, por intereses ocultos y espurios que no acierto a ver, el gobierno decidiera subir el salario o pensión un 0.9% a diez millones de pensionistas, tres millones de funcionarios y a ellos mismos. Pero no es el caso.
¡No veis que recaudamos 7 puntos porcentuales de PIB menos que la media de la eurozona teniendo tan sólo 15 puntos menos de renta! ¿Qué Estado del bienestar queremos? ¿Los servicios públicos de Suecia pagando los impuestos de Portugal?
No os dais cuenta de que de un salario mediano de veintidós mil euros al año, dependiendo de la cesta de consumo, podríais llegar a disfrutar de una renta disponible de diez mil euros al año. ¿No queréis sanidad gratuita? Von nichts kommt nichts.
En fin, esta vez sí, y no como se ha hecho en todas las ocasiones anteriores: la inevitable crisis no la pagarán los de siempre. ¡El gobierno más progresista de la historia universal!
La verdadera izquierda llegó al poder para transformar la sociedad y dejar un mundo mejor para nuestros hijos. Épica y glamour. ¡Sí se puede! Gestionar la incidencia del virus con eficacia para salvar vidas y empleos es cosa de asiáticos o alemanes.
La fragmentación, el desgobierno, el sindiós, el sectarismo y los proyectos políticos donde no cabe la mitad del país no son nuevos en la historia de España.
Para disgusto de Federico y acólitos, el PP ha cambiando su estrategia respecto a VOX. La realidad en forma de miseria será inexorable. Probablemente el desencanto y abstención del electorado izquierdas, como ya le ocurrió a Zapatero, pondrá en bandeja la victoria electoral del PP. El voto útil será despiadado con VOX. Los nacionalistas afirmarán jamás haber apoyado a ningún partido político del ad eternun franquista Estado español. ¡Y vuelta la burra al trigo!
Como dijo el primer Presidente republicano, Estalisnao Figueres, después de cuatro meses en el cargo y antes de pirarse 'a la francesa': “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”.
Tu discurso parece el de un auténtico podemita
y, por supuesto, lleno de generalidades, las mismas que criticas
Disculpe José Ángel, no he transmitido bien la idea. Hay mucha ironía, parrafada y contradicción. Pero en mi opinión, con quien es más duro es precisamente con izquierda de Podemos. Intentaré formularlo mejor para próximos artículos. Un abrazo.
En respuesta a Sergio Vázquez Feijóo
Sergio mejor continua con la ironía.
Las sociedades prósperas tiene cuatro elementos.
1. Conocimientos científicos / tecnológicos
2. Evolución de la sociedad
3. Emprendimiento innovador
4. Servicios financieros que permitan los cambios anteriores.
Los políticos continúan in the box y buscan el voto fácil. Si no evolucionamos como sociedad no tendremos riqueza y tampoco se podrán financiar nuevos emprendimientos.
Recomendaría la siguiente lectura para unas teorías económicas qué analiza la historia hasta el presente.
https://www.amazon.com/Humanitys-Lucky-Clover-Vadim-Makhov-ebook/dp/B07NJ23J6W/ref=sr_1_1?dchild=1&keywords=Lucky+clover+vadim&qid=1604223339&s=books&sr=1-1
El treból de la suerte de la humanidad
En respuesta a Enrique Vert
Muy amable Enric.
Me descargo el libro.
Buen domingo.
Creia que estaba en un blog de Bolsa y leo la parrafada del troll podemita, no se pueden decir mas tonterias en menos espacio.
En respuesta a Jose Ramon Gimenez
Hay que entenderlo como una ironía en su totalidad. Y si acaso como un análisis macro que afeecta a nuestras econimías.
Gracias y disculpe.
Más que irónico, diría que ácido. Y divertido.
Sin duda, la ideología de izquierdas, el progresismo y modernismo, son un virus mucho más peligroso a largo plazo. Pero, aunque estoy de acuerdo con el enfoque planteado, creo que en realidad no ayuda a solucionar el problema, ni a convencer a ningún podemita o creyente de izquierdas de que su visión es un error desde los cimientos. Hay mucho de filosofía en todo ello...
No sé cómo acabará esto. Todo es posible, tanto en una dirección como en otra. No tengo nada claro que vox se vaya a hundir ni que gane el pp. No descarto nada, incluida una victoria de esta izquierda actual (que para mí sería un auténtico drama), porque para mí todas estas cosas están muy influenciadas por circunstancias. No olvidemos que el auge de nacionalismos y populistas es el resultado de la crisis económica, que vino después del mayor período de crecimiento económico en muchas décadas en España. Todo esto es el resultado de la burbuja inmobiliaria, período en el que los nacionalistas catalanes y podemos no contaban para nada, porque la sociedad estaba de subidón. Ahora está de bajón, y hay que buscar culpables.
En última instancia, la política es el reflejo de las personas, de la sociedad. Y eso no se puede cambiar de la noche a la mañana...
Desgraciadamente, los que más sufrirán en el futuro son globalmente los que votaron a favor de la "revolución". Pero nadie asumirá nunca consecuencias, porque siempre será la culpa de los demás, de los malos. Así es el ser humano. Lo único que me da mucha rabiai es cuando pagan justos por pecadores, y eso también es habitual en la sociedad humana. Ocurre constantemente... y para mí es lo único por lo que merece la pena "luchar". Defender a los que verdaderamente son víctimas y oprimidos, y que globalmente no coinciden para nada con los que tienen más capacidad de protesta y "rebelión". Así de injusta es la vida. En nuestras manos individuales está trabajar día a día para la justicia, ayudando a la gente de bien que es víctima de la barbarie humana, que avanza y retrocede cíclicamente en la historia de la humanidad. Ahora nos toca fase de avance... Veremos hasta dónde y cómo la podemos controlar.
Pero bueno, no os preocupéis. Para 2100 se prevé que la población española habrá perdido un 50% de habitantes, pasando de 46 a 23 millones (salvo olas de inmigración). Europa hace tiempo que camina hacia el abismo, consecuencia de su ego y orgullo, que provocó dos guerras mundiales sin precedentes, con más de 100 millones de muertos. Eso sí es una pandemia con todas las letras... ¿Crisis de valores? Puede ser. Esto es la vida, avanzamos y retrocedemos, como humanidad y como personas. El problema es más complejo de lo que parece, porque si no ya estaría solucionado. Centrémonos en lo que podemos controlar: nuestra vida y nuestro entorno cercano. Ahí es donde podemos poner, cada uno, nuestro granito de arena para que el mundo mejore. Ninguno de nosotros tiene la receta ni la solución para que todo cambie radicalemente y rápidamente. Así que, ¿para qué preocuparnos de un futuro totalmente incierto y que además no podemos controlar? Como dijo no recuerdo qué filósofo: "cultivemos nuestro jardín"...
Saludos !
Muy interesantes reflexiones Niko. Gracias por compartir.
La idea fuerza que pretendía transmitir es la frivolidad con la que se han vilipendiado los consensos y la estabilidad.
El nacionalismo sectario y la extrema izquierda olieron debilidad. VOX ha sido la reacción.
¿Cuál es coste en términos de bienestar para los ciudadanos de la polarización?
Por ejemplo, ¿cómo se puede afrontar con garantías la ineludible reforma de las pensiones con el despelote político actual? Y aquí ya estamos hablando de las cosas de comer.
Tengo la impresión de que las sociedades posmodernas también necesitamos mitos (Greta Thunberg...), autocomplacencia e infantilización.
¡Cuánto circo, palabrería, hipérbole y oximoron!
El artículo fue en definitiva un desahogo.
Gracias y un abrazo
En respuesta a Sergio Vázquez Feijóo
La polarización es lo que nos está matando. Pero a nivel mundial. Lo politicamente correcto ahora establecido por la izquierda calla al resto. La prensa y la sociedad ha sido conquistada. Quien discrepa es eliminado socialmente.
En respuesta a Julio M Pérez
Gracias por el comentario Julio. Tengo la impresión de que cada vez hay más hartazgo y contestación hacia lo políticamente correcto. El problema en mi opinión es que este hecho todavía nos polariza más. Una espiral complicada de quebrar. Un abrazo.
En respuesta a Sergio Vázquez Feijóo
Puede que haya hartazgo en contestar a la hipocresía de lo políticamente correcto, y puede que solo el que responda los haga desde el extremismo lo cual es peor creo. Por eso creo que faltan líderes de opinión que argumenten tranquilamente a las tonterías supinas que muchas veces se plantean como progreso. Porque cuando se les trata con datos y argumentos que realmente les dejan en evidencia, notan el golpe y si se insiste al final, espero, gana la cordura y el sentido común.
Pues para mi tu lenguaje ácido e irónico está perfectamente transmitido. El que no lo quiera leer, que no te siga. Además muestras una gran deportividad con los comentarios negativos, lo cual te honra más. Aunque no esté de acuerdo con toda tu forma de presentar los hechos, me parece en general muy acertada. Te animo a seguir publicando. Te sigo.
En respuesta a Manuel Fernández
Muy amable Manuel. Con la que está cayendo me apetecía ser provocador. Hay algunos mantras que molestan: si todo lo que no sea Puigdemont o Podemos es franquismo estamos apañados.
Un fuerte abrazo.
La minoría silenciosa se está convirtiendo en muda. Por miedo a no ser políticamente correcto. Pero eso es culpa nuestra, por acomplejados o por renunciar al debate político como si nosotros fuésemos los herederos del anterior régimen y no tuviésemos derecho a opinar. Hay que quitarse el complejo de encima y decir las cosas como son. Y si ahora la sociedad española y mundial está llena de Rojos pues habrá que llamarlos así. Son Rojos, comunistas, antidemocratas, etc. Y ni todas las repúblicas son buenas ni todas las monarquías malas.
El ejemplo mejor de la minoria (o mayoría) silenciosa está en EEUU. Todos los medios dan ganador a Biden, todas las encuestas, a la gente cuando le preguntan dice que votará a Biden y sin embargo en mi opinión Trump ganará holgadamente.
Pocas cosas tienen peor prensa que el capitalismo y es de lejos el mejor sistema que ha conocido la humanidad para crear riqueza y bienestar.
Vienen tiempos duros. Veremos donde acabamos.
Un fuerte abrazo.