Este fin de semana hemos vivido un nuevo episodio de “no
entiendo nada”. Esta obra de teatro que parece estar escribiendo los Estados, Bancos
Centrales y FMI.
En la carrera nos enseñaron el funcionamiento y las reglas
de juego en el mercado de capitales y nos introdujeron el concepto de
prelación. Por si se me había olvidado, he ido a la RAE para saber su
definición y ahí he visto que la define como “antelación o preferencia con que
algo debe ser atendido respecto de otra osa con la cual se compara”. Palabra
que proviene de Praelatio y que significa prioridad.
Por tanto, el grado de prelación o prioridad de los activos de
una entidad financiera sigue el siguiente orden:
- Cuentas corrientes y depósitos bancarios.
- Cédulas hipotecarias
- Pagarés y bonos senior
- Low tier II (LT I) (deuda
subordinada con vencimiento y
opción call)
- Upper tier II (UT II)
(deuda subordinada perpetua)
- Tier I (participaciones
preferentes)
- Cuotas participativas y acciones
De tal modo que los que primero cobran en caso de quiebra
son los dueños de las cuentas corrientes y depósitos y los últimos los
accionistas.
En base a esta premisa, los inversores calculan el binomio
rentabilidad – riesgo. De tal forma que a mayor riesgo mayor exigencia de
rentabilidad y viceversa. Por tanto, la rentabilidad exigida a un bono senior,
será inferior a la de un LT II, que a su vez será inferior a la del UT II, y
así hasta llegar a los accionistas. El motivo no es otro que bajos el supuesto
de quiebra de la entidad, quienes primero cobran son los que están delante de
todo en la prelación (cuentas corrientes y depósitos).
Pues bien, venimos observando que a las autoridades
financieras, Estados y Banco Centrales, no les queda muy claro el grado de
prelación y deciden con una cierta aleatoriedad quien asume pérdidas en cada
rescate.
Esta aleatoriedad hace que una de las frases utilizadas en
los mercados sea “no entiendo nada”, título a esta ficticia obra de teatro.
Todo empezó el 22 de febrero de 2008 con la nacionalización de
Northern Rock, en la que los accionistas y los dueños de Tier I
(participaciones preferentes) fueron los que pagaron los platos rotos y
asumieron pérdidas. Título de la obra: “Hasta aquí, todo claro“.
Pero luego vino Dinamarca, que puso en el punto de mira a
los Tier II y les hizo asumir pérdidas. En teoría, todos los de detrás (Tier I
y accionistas) el valor debería ser cero y en cambio no lo fue. Título de la obra: “uf, que extraño”.
8 de Febrero de 2013, los bonistas subordinados de SNS
Bank (tier II) son recomprados a cero. Los accionistas igual, pero
serán compensados por el gobierno con un nuevo activo. Según dicen, para poder
continuar con el funcionamiento de éste. Por tanto, los dueños de Tier II y
accionistas lo pierden todo, a la espera de recibir alguna cosa a cambio. ¿ y
los tier I?
17 de Marzo de 2013, Chipre. Los depositantes en bancos chipriotas,
son asignados un impuesto del 6,75% / 9,90% sin antes asignar ningún tipo de
“hair cut” a tier II, Tier I o accionistas.
En otras palabras, los depositantes soportan una pérdida.
Seguro que este último episodio no será el fin de todo, pero
sólo esperamos que mantengan las reglas del juego o como mínimo estén claras.
De no hacerlo, como hoy día está pasando, podemos continuar encontrando
situaciones como: que se paga más por los depósitos que por la deuda tier II,
que las acciones suban mientras se presentan planes de reestructuración con
quita incluida a los poseedores de deuda.
Como diría Einstein: todo es relativo, y en cuestión de prelación también. Sólo has
de saber desde el punto de vista que se mira.
Sólo espero que la “quita” aplicada a los depositarios sea
un movimiento de pócker de la Comisión Europea para que los países den un paso
al frente y se ponga fecha al fondo de garantía de depósitos europeo.
Por cierto, esperemos que los bancos españoles no sea un
caso como los anteriores. Ya que si ha habido un rescate es porque el banco
está en quiebra. Si está en quiebra significa que los fondos propios son
negativos. Si son negativos, significa que las acciones valen 0 y que alguien
ha de asumir pérdidas. Vemos que los propietarios de participaciones
preferentes tienen una quita. Hasta aquí todo correcto. Entonces: ¿cómo es que
cotizan las acciones por encima de 0?