Profundizando en la mente del inversor para explotar su inteligencia
Algunas de las cuestiones que suelen obviarse en las formaciones de bolsa es cómo funciona el cerebro humano durante el proceso de toma de decisiones. En esos instantes entra en juego la propia inteligencia del inversor, su experiencia y cómo detecta las señales de su propio ego. En este artículo vamos a trabajar estos aspectos y descubriremos cómo la herramienta del eneagrama puede ayudarnos a descubrir qué tipo de personalidad tenemos a partir del comportamiento del propio ego.
Hablar de emociones, ¿te parece interesante?
Si queremos llegar a ser rentables operando en bolsa, tendremos que tomar el control de nuestra mente desde la conciencia. El control emocional es uno de los pilares del inversor y tal vez sea la pieza clave para encontrar el equilibrio en el desempeño. Una de las búsquedas de todo trader es lograr averiguar por qué reacciona de una u otra manera en el proceso de tomar operaciones bursátiles. Sabemos que es complicado el encontrar material para trabajar y auditar nuestro progreso desde una perspectiva emocional o psicológica, por eso hoy queremos abrir una nueva puerta al autoconocimiento.
Somos esclavos de la interpretación y de la precipitación
La interpretación es la que nos da un sentido más allá del resultado. Las decisiones vienen precedidas por la interpretación que hacemos de la información. Pero hay que llevar cuidado con otro aspecto que nos lastra: la precipitación. Es mala consejera y conviene evitarla.
El cerebro instintivo o visceral, está diseñado especialmente para automatizar la respuesta ante cualquier situación estresante, alarmante o amenazadora. Reacciona de forma inmediata para protegernos. Ante la aparición de estímulos intensos y amenazadores tenemos dos opciones: o luchamos y nos enfrentamos a él inmediatamente, o salimos corriendo y evitamos el conflicto. Como cuando operamos en los mercados financieros.
Las conexiones neuronales
La amígdala es una parte muy pequeña de nuestro cerebro que se encarga de regular y gestionar la respuesta emocional. La neurociencia ha podido demostrar que cuanto más desarrollamos la corteza prefrontal, más conexiones neuronales tenemos con la amígdala. ¿Te suena lo de los veintiún días repitiendo una misma acción para adquirir un hábito? Parte precisamente de esas conexiones.
Como bien dice el neurólogo y referente mundial, Eduardo Calixto, la primera estructura mental que desarrollamos desde niños es la sensitiva. Lo que percibimos es lo que vemos, oímos, olemos y tocamos. Una vez que hemos experimentado, pasamos a organizar la respuesta a lo que hemos percibido. Al crecer aprendemos a afrontar esas experiencias activando la corteza cerebral para interpretar lo que percibimos. El proceso en el trading es similar: aprender de la experiencia. Por eso es tan importante anotar y analizar nuestro desempeño. Gracias a ello podremos ser capaces de discernir cómo mejorar y progresar de una forma responsable y sostenible. Es cierto que cuanto más experimentamos, más sociales nos volvemos. Es un detalle muy curioso y de ahí viene el que se aconseje realizar actividades interesantes como estudiar o viajar. De esa manera activamos más rápido el córtex prefrontal estableciendo una conexión simultánea de funcionamiento con la amígdala cerebral y el sistema límbico: lo ponemos todo a funcionar.
¿Por qué es tan importante conocer al propio ego?
Para gestionar adecuadamente al ego, es esencial que cada individuo conozca cuál es su personalidad. Para lograrlo podemos valernos del eneagrama como herramienta psicológica que ayuda a conocer al ego de cada uno. Si logramos entender cómo pensamos, sentimos, o cómo está estructurada nuestra mente, tendremos una oportunidad de mejorar la operativa y los resultados. ¿Cómo lo conseguiremos? Pues ni más ni menos que aprendiendo a tomar decisiones de forma consciente.
Lo curioso de esta herramienta, o más bien del proceso, es que el conocimiento que adquiriremos de nosotros mismos será extrapolable también a nuestra vida diaria. La secuencia de una situación de alarma o peligro inminente es: alerta, focalizar la “amenaza”, sudoración, las pupilas se dilatan, respiramos agitadamente. Se produce el efecto túnel en que solo vemos esa situación por resolver. Al sentir que se está bajo el estrés, es cuando uno decide enfrentarse a la situación asumiendo que puede perder, o bien huye derrotado ante la amenaza. Cada uno lo asume desde una perspectiva distinta. Conociendo al ego y sabiendo cómo reaccionamos ante esas situaciones, nos preparamos mejor.
Los centros de inteligencia
A partir del conocimiento del eneagrama existen tres centros de inteligencia: el instintivo, el emocional y el mental.
El primero de ellos, el visceral o instintivo, nos emplaza a los instintos más primarios que nos hacen reaccionar sin pensarlo, automáticamente. Algunos autores y estudiosos lo definen como el cerebro reptiliano por ser primario. El cerebro emocional, es el que nos sumerge en una respuesta mucho más emotiva, sensitiva digamos. Parte desde una emoción, la amígdala es la que toma el control. Cuando ponemos matices lógicos, racionales o que dan sentido práctico a las cosas que nos suceden, es cuando funciona la inteligencia del cerebro racional o mental. Hay que puntualizar que la reacción ya no es automática, sino que pone en funcionamiento la corteza prefrontal para dar sentido y resolver la situación.
La neurociencia ha demostrado también esa triple diferenciación. Hay que dar importancia a la necesidad de adaptación de nuestra mente. Se decía que utilizábamos una quinta parte de nuestra capacidad mental, pero se ha demostrado que en determinadas situaciones podemos utilizar hasta un ochenta por ciento. Trasládalo a cuando estás tomando operaciones en el mercado. ¿Lo ves? Los nueve perfiles de personalidad del eneagrama.
Conociendo los tres cerebros, podemos analizar las nueve personalidades como inversores o traders. Desde el eneagrama se desprenden básicamente nueve tipos de enneatraders. Para el cerebro instintivo se recoge el enneatrader 8 que impone su sistema y es el más autoritario, el 9 que es el más perezoso en hacer las cosas y el 1 que es un auténtico perfeccionista.
En el cerebro emocional encontramos al enneatrader 2 que es el más orgulloso y matriarcal, al 3 que es el vanidoso y al enneatrader 4 siendo el creativo del grupo. Para el cerebro mental lo que hace el 5 es estar siempre teorizando e investigando el mercado, el 6 que duda siempre de todo y es temeroso, y ya por último, el 7, que necesita continuamente probar cosas de operativa.
Todos tenemos un poco de cada uno de los perfiles, pero en especial tenemos mucho más de alguno de ellos. Haciéndolo de forma sistemática y ordenada, el ego del enneatrader 1 lo hace desde el perfeccionismo, el 2 desde el orgullo, el 3 la vanidad, el 4 desde la envidia, el 5 desde la avaricia, el enneatrader 6 desde el miedo, el 7 desde la gula, el 8 desde la fuerza y el 9 como indicábamos antes, desde la pereza. Sabiendo cómo piensas, actúas, enojas, sufres y autogestionas, tendrás una oportunidad para saber cómo detectar si estás operando adecuadamente y en sintonía contigo mismo, o si lo haces desde el ego para demostrar algo a alguien.
El triángulo inversor
Hay un concepto muy interesante al que denomino el Triángulo Inversor: Pensamiento-sensación-emoción El concepto radica en que primero se produce un pensamiento de mercado, sea cuál sea, posteriormente tenemos una sensación de lo que pasará y, finalmente, le adjuntamos una emoción. Centrémonos ahí, hay que prestar atención en ese justo momento. Si esa emoción es negativa, debemos de cambiarla a una positiva o evitar que nos influya en nuestra decisión. ¿Por qué le damos importancia a esa operación o decisión? Quizás estamos interpretando precipitadamente, ¿verdad? ¿Cuántas veces te habrás anclado en una experiencia dolorosa porque perdiste dinero en una operación y eso te genera miedo e inseguridad? ¿Por qué? Pues por ese recuerdo doloroso que te hace dudar de una nueva operación. Pero debes entender que esa experiencia no tiene nada que ver con la nueva operación. Si cumples tus reglas, ¿qué problema hay?
Este artículo ha sido escrito por Jordi Grau y Luis David Pérez en la edición de Diciembre/Enero 2018-2019 de TRADERS´ Magazine.