No ponga todos los huevos en la misma cesta - Explore nuevas ideas de inversión en el extranjero

Un error muy común en el mundo de la inversión es cerrar demasiado el campo de búsqueda de ideas de inversión. Un claro ejemplo es la idea extendida de que el inversor particular debe invertir en compañías españolas porque son más accesibles y hay más información disponible. La sensación es que la empresa está más cerca ya que vemos anuncios en la televisión y sus nombre ha sido siempre una tradición entre los inversores españoles. También es una creencia muy extendida aquella que dice que para invertir en un negocio hay que hablar con el equipo gestor para dormir tranquilo, y claro, contactar con el equipo gestor de una empresa sueca es realmente más complicado que contactar con la dirección de Repsol. Sea por el motivo que sea, una parte importante de los inversores españoles tiene una preferencia fuerte por las empresas que cotizan en la Bolsa de Madrid.

Para mí esto es un claro error. Que la compañía sea española no le ofrece prácticamente ninguna ventaja al inversor, en muchos casos es al contrario. Ese criterio de selección excluye del ámbito de investigación más del 97% de la bolsa mundial, lo que supone eliminar de un plumazo la mayoría de las mejores ideas de inversión para el inversor. Muy pocas compañías consiguen destacar en un país como un supernegocio. En el caso español podríamos poner el ejemplo de Inditex y un puñado de empresas más, el resto generan unos retornos muy escuetos y normalitos. Es lo normal, ya que España solo es una provincia en el mundo, nada parece apuntar a que las mejores vayan a estar aquí. El problema no es invertir en España, sino invertir solo en España. Cuando digo "invertir en España" me refiero a compañías que cotizan en la bolsa española, ya que para invertir en compañías extranjeras se puede utilizar cualquier intermediario o bróker español, el proceso de compraventa es el mismo.

Invertir solo en España supone poner todos los huevos en la misma cesta. Si ya de por sí estamos generalmente muy expuestos a nuestra propia economía, colocar todas nuestras inversiones en la misma cesta es jugárselo todo a una carta. Nuestro trabajo, nuestro patrimonio familiar y nuestro entorno depende en cierta medida de cómo le vaya a la economía española. Cuando la mayoría pierde el trabajo o parte de su renta, también cae el precio de sus propiedades y sus compañías en bolsa. No se libra nada, ni siquiera tiene por qué ser pasajero. El caso español en la última década es el mejor ejemplo. La economía española ha pasado por dos recesiones seguidas, el mercado inmobiliario se ha desplomado, el desempleo ha aumentado y las administraciones públicas tienen problemas de financiación. Si además nuestras inversiones están en compañías españolas, es muy probable que hayamos sufrido fuertes retornos negativos cuando el resto de aspectos de nuestra vida tampoco ha ido demasiado bien. La solución pasa porque nuestras inversiones no dependan excesivamente de la economía española o la situación política.

Seleccionar por países no es el filtro adecuado. Frente a esta idea totalmente arbitraria, yo propongo filtrar en función del conocimiento que tenemos de las empresas. Para empezar somos clientes de muchas empresas, por lo que conocemos de forma básica cuál es su fuente de ingresos. Comprender de dónde obtiene la compañías sus ingresos es el pilar básico de toda idea de inversión. A partir de ahí, comienza el resto de la investigación. Con este punto de partida, empezarán a aparecer muchas más compañías extranjeras en nuestra búsqueda, ya que somos clientes de todo tipo de servicios que se proveen a nivel global. Es casi seguro que utilicemos los productos y servicios de compañías como Google, Facebook, Apple, Samsung, BMW, MasterCard, Visa, Microsoft, H&M, Unilever, Nestlé, Danone o Adidas.

Si los clientes no pueden cambiar de proveedor por un motivo concreto, ser cliente de esa empresa nos ayudará a entender por qué. Hay que recordar que tres de los cuatro tipos de ventajas competitivas aparecen porque los consumidores están dispuestos a pagar más por el mismo producto de algunas empresas. No hay nada más importante que comprender por qué los clientes seguirán acudiendo a comprar el mismo producto durante años. Tras esta primera aproximación, sería necesario investigar más aspectos de la compañía, como su situación financiera, su rentabilidad, qué descuenta el mercado, etc. También es importante analizar los competidores si se da la oportunidad. Si la compañía que analizamos no cotiza en España, todos estos datos están igualmente disponibles. Es más, muchas compañías extranjeras facilitan más información y mejor organizada.

La única limitación puede ser el idioma. Aquí contamos con la desventaja de que a veces el inversor particular no tiene capacidad para leer en inglés, también con la ventaja de que la casi totalidad de empresas publican sus resultados en el mismo idioma: el inglés. Esta limitación es una oportunidad para los más jóvenes, supone un motivo para aprender el idioma y a la vez una forma de practicar la lectura.Para los que no pueden superar esta barrera, la Cartera Value es una buena herramienta para conseguir información relevante sobre compañías extranjeras. Un ejemplo es el informe de esta semana sobre Inditex, donde se han aportado datos muy interesantes de otras competidores extranjeros como H&M o Uniqlo. ¿Quién sabe si en el futuro un informe a fondo sobre una de estas dos puede acabar en una nueva buena idea de inversión? Lo mismo sucede con PayPal, cuyo servicio conocemos la mayoría pero cuyos informes están en inglés, o Booking.com, que es una plataforma conocemos como clientes.

Quizás no tenga tiempo en analizar compañías y prefiera invertir de forma diversificada sin estar totalmente expuesto a España. Incluso para los que no deseen buscar compañías concretas, tienen la oportunidad de invertir en fondos con exposición a nivel global o ETFs que replican índices como el EuroStoxx600 o el S&P500. Estos índices están formados por un gran número de compañías y permiten invertir en a nivel global sin estar concentrado en unas pocas. También hay varios fondos españoles que invierten de forma global y con una filosofía de largo plazo. Incluso estas gestoras ofrecen un fondo a nivel global y otro que invierte solo en España o la Península Ibérica, debido a la demanda de los inversores particulares que quieren invertir solo en España. Esta segunda es una demanda realmente absurda para un inversor particular, que confía del método de selección de los gestores del fondo, pero no quiere que incluya compañías fuera de España porque no se fía de no sabemos muy bien qué. En realidad, deberíamos dudar más de nuestra propia economía que de otros países con una mayor seguridad jurídica y un mayor historial de cumplimiento de sus obligaciones. Un fondo puramente español solo tiene sentido para el inversor extranjero que desea invertir en España pero no sabe muy bien cómo, con un instrumento de esas características puede exponerse a la renta variable española sin tener que seleccionar de forma concreta los valores.

Si a la economía española le va mal, en muchos rincones del mundo ni se van a enterar. A pesar de ser una economía importante dentro de la zona euro, no es una garantía de nada desde el punto de vista político y económico. Ni siquiera es un país que haya cumplido con sus obligaciones durante periodos largos de tiempo, como si lo han hecho el Reino Unido o Estados Unidos. El Reino Unido llegó a cumplir con sus obligaciones de la deuda pública incluso durante dos guerras mundiales, las guerras napoleónicas o con la independencia de sus colonias. Lo mismo se puede decir de Estados Unidos. El Norte de Europa también se ha convertido en una zona geográfica donde se respetan los derechos de propiedad y se lleva a cabo una política fiscal responsable de forma sostenida en el tiempo. A pesar de que soy optimista para el futuro de los países del Sur de Europa, no hay que olvidar quiénes son los que han cumplido siempre y los que no. Por todos estos motivos, invertir en compañías españolas no es más seguro, en cualquier caso es más arriesgado con respecto a otros países más avanzados.

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