En esta vida todos caminamos hacia dejar de ser unos pardillos. La únicas diferencias los son de momento, lugar o escenario. En los mercados financieros, procuramos caminar siempre a favor de la tendencia porque enseguida aprendemos qué significa hacer lo contrario, y lo sufrimos en carne propia. Sin embargo, podemos pasar años, no pocas experiencias e innumerables vivencias antes de llegar a comprender que en la vida aprender a pescar es la única tendencia. Desde este punto de vista, colocar el stop a los peces caídos del cielo, del cacique del partido o del Estado castrador es condición sine qua non para que la sopa boba cubana, la griega o la venezolana termine un día, fin de semana antes, fin de semana después, por inundarlo todo.
"Inundarlo todo" quiere decir en este caso que, no conociendo otra existencia que vivir del cuento y como mero espectador, llega un día en que se presenta un tsunami y ni te inmutas. Y no solo eso, sino que coges el móvil y empiezas a grabarlo como si no fuera contigo y relamiéndote además del momento de gloria que vas a tener más tarde cuando se lo enseñes a tus colegas. A Arzalluz, a Ibarretxe y al Pnv ya les pasó con el terrorismo de ETA. Y a Jordi Pujol, a Jordi Pujol junior y a los suyos sin él. Y a Luis Bárcenas. Y a Artur Mas. Y a Juan Lanzas. Y al psoe de Rubalcaba. Y a Guerrero el de la cocaína, y a Zapatero, y al Psoe de Zapatero. Y a Pedro Sánchez, y al Psoe de Pedro Sánchez.
Acostumbrados a vivir del cuento del cacique, y no habiendo ni los de arriba ni los de abajo conocido otro universo en su vida, el tsunami les pilló "grabando". Como consecuencia de ello, los daños sufridos por los Pujol, por los Bárcenas, por los Más y por todos los demás, enganchados a la cocaína de la deuda van camino de ser devastadores. Y no solo para los que "jartos de petas" les reían las gracias, como toda la vida, sino para los nuevos caciques surgidos tras la Transición, y que ahora sabemos que no eran sino unos meros traficantes de deuda emboscados. Unos traficaban con el terror sin fin, otros con el endeudamiento sin fin, y así. Simples camellos colocando su producto.
Sin embargo, ahora ya no son cuarenta, sino ochenta sus años de tendencia, y su quinta onda extentida les ha explotado en la cara. Ahora ya no pueden colocar ni el terrorismo unos, ni el despilfarro los otros. Así que por técnico, por fundamental y por macro, la España creada por Rajoy va a continuar dándoles por el culo durante años y años. Pinta, incluso, que podría estar en juego hasta su desaparición como especie.
Definitivamente, no es tiempo para cortos. En la vida nunca lo es.
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