Matar al ganador. ( 1ª Parte)

José Juan Toharia es, en palabras del director de El País, "nuestro sociólogo de cabecera". Esto no tendría mayor importancia si la cuadrilla del Grupo Prisa se dedicara a vender galletas, pero el asunto es que no es el caso. Todos sabemos quién es Juan Luis Cebrián porque le hemos visto comportarse en lo personal y en lo profesional desde hace más de cincuenta años. O sea, que le conocemos a él y a los suyos como la madre que los parió. (De la Wikipedia: Juan Luis Cebrián Echarri (Madrid, 30 de octubre de 1944) es un periodista, escritorespañol. Desde 1997 es académico de laReal Academia Española. Cursó estudios de humanidades en la Universidad Complutense de Madrid y se graduó en la Escuela Oficial de Periodismo de España en 1963, lo que le convierte, con sólo 19 años, en uno de los graduados en periodismo más jóvenes de la historia.1Con 19 años y sin ninguna experiencia profesional previa entró a trabajar como redactor jefe en Pueblo, el diario vespertino del Movimiento que dirigía el íntimo amigo de su padre Emilio Romero. Tras ocupar el cargo de subdirector en Pueblo, pasó aInformaciones.También participó en la fundación de la revista Cuadernos para el diálogo en 1963. En 1974 fue nombrado jefe de los servicios informativos de RTVE por el último gobierno de la dictadura franquista.)

Bueno, pues decía que el actual director de El País no tuvo más remedio que reconocer hace unos meses que José Juan Toharia (Metroscopia) es "nuestro sociólogo de cabecera". No hace falta que me extienda en la labor que el periódico del Grupo Prisa lleva haciendo desde su nacimiento en la defensa y, sobre todo, distracción de todas y cada una de las consecuencias que la podredumbre, la ignorancia y el sectarismo del PSOE lleva producidas en España desde la llegada de la democracia. ( El caso de la construcción del búnker de la Moncloa, "ganado" por una empresa del cuñado o el primo de Felipe González cuando este era presidente del gobierno ¡¡ que no tenía actividad ni empleados desde hacía mil años !!; el caso de los EREs de Andalucía y sus mil millones de dinero público distraído; el caso Roldán; el caso Pepiño Blanco recogiendo cientos de miles de euros en un sobre en una gasolinera... Han tenido cientos sino miles de casos de demostrar lo que son y a fe que ni uno han dejado pasar.) Cualquiera que lea cualquier página o cualquier sección del periódico ,y cualquier día, se dará cuenta al instante de que para esa gente no es lo mismo que robe uno del PP que robe uno del Psoe, de la misma manera que para el PNV o para Herri Batasuna no es lo mismo que un asesinato sea en nombre del nacionalismo vasco o no. Depende. Para ellos todo depende. No leo las necrológicas, pero mucho me temo que ni los pobres fallecidos puedan estar a salvo de ese recalcitrante sectarismo de piel franquista.

     Hace tiempo ya les conté que lo que más les pone a estos es eso que cacarean cada vez que tienen ocasión (creo que para dárselas de intelectuales y progresistas, como si tuvieran una puta idea de qué es eso). Se trata de eso de "estructurar la realidad". No transmitirla, no, no. Estructurarla. Como hacían Franco, Stalin, Hitler, Arzalluz, Ibarretxe, y siguen haciendo ahora los Artur Mas, Francesc Homs, el Tardá, los de ETB o los de TV3. ( Alucinarían si vieran en qué se conviertía y se convierte un asesinato de ETA en un debate en la ETB. No hay palabras que puedan describir algo así.) Hace unos días, en una carta que enviaba a su fuerza laboral, al de "Toharia es nuestro sociólogo de cabecera" se le volvía a escapar otra joya de esas a las que nunca renuncian gente como los anteriormente citados: esta vez al empleado de Cebrián se le escapó eso de "construir nuevas historias". "Los equipos se entremezclarán para construir nuevas historias". No contarlas, no. Construirlas. No de lo que ya ha pasado. No, no. Construir nuevas historias. Construir lo nuevo. Para ellos no hay ni hechos, ni noticias, ni datos, ni experiencias propias o ajenas, ni principio alguno al que someterse. Simplemente los usan a discrección como mera coartada instrumental con el único fin de aplicar a su antojo el único mandamiento siempre a mano en la personalidad de cualquier dictador: yo soy la única vara de medir de todas las cosas.

En este artículo de José Juan Toharia de junio de 2015, eslabón que con el paso del tiempo puede ahora colocarse en su puesto de la cadena, queda en mi opinión clara y con el culo al aire el alma y naturaleza intrínseca de esta unión, sin duda mucho más fuerte que la de los matrimonios por interés: la de los del Grupo Prisa con los de Metroscopia. ¿Si Vd. fuera un franquista redomado contrataría Vd. a un sociólogo para curarse o para proyectarse ad infinitum ? ¿Vd. qué cree? ¿Crée Vd. que si su padre franquista le hubiera enchufado a los diecinueve años como redactor jefe en el primer periódico del Movimiento bajo la impronta de un carácter como el de Emilio Romero, y por tanto, hubiera Vd. "nacido" jefe de un medio de comunicación franquista, estaría en su mano ejercer décadas después ese mismo puesto de "jefe de nacimiento" de manera no absolutamente franquista, de manera no absolutamente sectaria? ¿Cree Vd. que acostumbrado desde su más tierna infancia al ordeno y mando caciquil de la dictadura de Franco soportaría Vd. a partir de los veinticinco que la realidad en cualquiera de sus formas se opusiera a su mentalidad, a su opinión o a sus caprichos ? 

     ¿ Le interesarían a Vd. los resultados de una encuesta con estas preguntas ?