Hacía tiempo que no íba al médico, pero hace unos días no quedo más remedio. Ya en la consulta, y tras el saludo de rigor, le conté a la doctora lo que me pasaba. Contesté a sus preguntas indagatorias y se puso, como es ahora norma, a recogerlo todo en el ordenador. Un instante de solitario tecleo me dio pie a continuar, esta vez con más datos, situaciones, recuerdos, hechos, detalles, que pensaba podían ayudarle en su diagnóstico. Todavía con las manos en el teclado y la vista en la pantalla, hizo un leve gesto de agradable sorpresa. "¿Sabe qué pasa, doctora?", aclaré. "Que yo con los factores del fútbol me arreglo, pero con los de la medicina..." Su sonrisa y sus ojos se unieron a los míos, y me la llevé junto la receta.
Factores, ingredientes y antecedentes.
Una de las características de los Mercados Financieros (MM.FF.) es que atraen tanto a personas formadas en la universidad como a personas formadas en la calle. Pero tanto unos como otros se encuentran en un determinado momento ante un mundo en el que a poco de llegar se dan cuenta de que todo lo anterior no les vale para nada. Y "todo lo anterior" significa unos cuantos años y unos cuantos euros. ( Por cierto, tengo dos amigas que se encontraron hace unos veinticinco años en situación parecida, pero en su caso como profesoras delante de unos alumnos. Las dos viven ahora como reinas: una tiene una tienda desde pocos meses después, y la otra vuelve a intentarlo ahora de nuevo con la experiencia de todo lo vivido, y tras haber sido despedida hace unos meses. ). En mi opinión hay otra diferencia no menor entre ellos, universitarios y callejeros en los mercados. Y es que el primero se verá envuelto desde el principio en un campo semántico, una jerga propia, que hará sin duda mucho más costosa y lejana su adaptación al medio. Ya que no servirá sino para hacer más grande desde el principio la ya de por sí enorme distancia existente entre lo que le habían contado que eran y lo que realmente son los MM.FF. No solo eso sino que tengo la impresión de que esa formación académica con su envoltorio vip van a convertirse para él y desde su más tierna infancia como en una especie de gran coraza opresora. Una gran coraza opresora, limitadora, reductora, e inexpugnable, de la que solo serán capaces de librarse -- o mejor, liberarse -- una casi inconcebible, por lo difícil de la empresa, y a la vez ínfima minoría. Desde ese punto de vista, los que se formaron en la calle o son de letras puras, o las dos cosas -- como yo -- creo que contamos con alguna posibilidad más que aquellos. Solo sea porque tenemos muchos menos kilómetros hechos en dirección contraria y muchas menos ideas, enfoques o teorías de las que desprendernos. O sea, que tenemos de serie, de base, o por defecto, mucho menos que desandar.
Lo que quiero expresar es que ese es el momento que tengo la impresión está viviendo, tras una larga carrera en la Universidad de La Sexta, y con una tesis doctoral dirigida día a día durante años y años por el Honoris Causa profesor Wyoming, la Srta. Beatriz Montañez. Es como si llegados a un punto, solo nos quedara desandarnos para poder volver a empezar. S2.
Momento Montañez
(Mis posiciones).