La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define experto como una persona especializada o con grandes conocimientos en una materia.
La realidad no es tan nítida. Se ha abusado del término. Los expertos han crecido como setas y en el campo de las inversiones no iba a ser diferente. En un mundo tan globalizado y conectado, con tanta información a nuestro alcance, la posibilidad de contrastar los conocimientos de los expertos es mucho mayor. Y sin embargo, no lo hacemos. La realidad es que leyendo, escuchando o viendo cualquiera de los excesivos medios de comunicación, podemos comprobar la cantidad de expertos (o de personas a las que se denomina así) que existen en todos los campos del conocimiento. Y eso es imposible, no puede haber tantos.
Hagamos una prueba. Si en Google buscamos por:
Y hablando de dinero, de inversiones, donde el nivel de cultura financiera es más bien pobre, donde la complicación es alta, cualquiera puede ser un experto si sabe venderse y emplea los términos adecuados. El conocimiento ya es otra cantar.
Anteriormente, al experto lo calificaban los demás, los de su área de actividad. Ahora, gran parte de los expertos se autodenominan, o al menos se les atribuye ese carácter con una ligereza llamativa.
Fuente: mrzepczynski.blogspot.com
Pero el problema no es únicamente que se les llame expertos, es que muchos realmente se lo creen. El efecto Dunning-Kruger es en realidad un sesgo cognitivo que nos habla de las personas que se creen a sí mismas como expertas y que creen tener por ello superiores habilidades. Se creen su propia historia.
El exceso de confianza (overconfidence), tiene mucho que ver. Y es una cuestión que afecta tanto a los gestores como a los inversores a la hora de elegir al "experto".
Y cuando alguien se auto-considera un experto, termina opinando sobre lo que en realidad no conoce en profundidad, aunque en algunos casos ni ellos mismos sean conscientes de este fallo.
Fuente: Berk Ozler, Development Research Group, World Bank
Este gráfico del Banco Mundial se explica a sí mismo, y justifica la proliferación de expertos que opinan de todo y su escasa correlación con la sabiduría de sus opiniones.
Charlie Munger suele decir "I never allow myself to have an opinion on anything that I don´t know the other side´s argument better than they do" ("Nunca me permito opinar sobre algo que no conozco mejor que la otra parte"). No parece ser este el caso de la mayoría.
El entorno informativo tampoco ayuda.
La sensación de seguridad que proporciona un entorno informativo hecho a medida es inconmensurable. La ya famosa cámara de eco de las redes sociales, el menú fragmentado de fuentes que supone Internet, donde podemos evitar lo que no nos gusta y quedarnos en la comodidad de lo conocido, va más allá de reforzar nuestros prejuicios: tal vez nos hace pensar que sabemos más de lo que realmente sabemos.
El efecto Dunning-Kruger. Jorge Galindo. El País 03/02/2017
Pero como decíamos anteriormente, el problema no es sólo de los expertos, sino también de los que creen en la existencia de tantos expertos y siguen lo que dicen.
Pues depende de en qué. Pero si se trata de hacerles caso en predicciones, casi mejor que no, por muy experto que sea. EL creerse su papel, la overconfidence, no juegan a su favor.
Una de las conclusiones del libro de Philip Tetlock, "Expert Political Judgement: How Good is it? How Can We Know?, es que la gente que hace predicciones acerca de su teórica área de experiencia, la gente que aparece en televisión, en los periódicos, en las mesas redondas, no son mejores haciendo juicios y predicciones que el resto . Y además no suele haber penalización (o casi) en caso de equivocarse, no son responsables de sus afirmaciones, y suelen además buscar excusas para justificarse.
Como hacer predicciones sale gratis, pues la experiencia aconseja hacer muchas, y así alguna vez acertarás. Porque gracias a nuestros cerebros, y el impacto mediático, sólo nos acordaremos de los aciertos. De las predicciones fallidas casi nadie se acuerda...
La realidad es que acertar el futuro es prácticamente imposible, tanto en el hecho en sí, como en el tiempo en que se va a producir. Cada Diciembre, la revista BusinessWeek recoge las principales estrategias en Wall Street, preguntando hacia dónde va el mercado de acciones el siguiente año. Durante los últimos 10 años, las predicciones del consenso de los expertos se ha desviado una media del 16%.
Según el gestor David Dreman, durante los últimos 30 años las estimaciones de beneficios que los analistas realizan han sido erróneas en una media del 41%.
A modo de ejemplo, esto es lo que dijeron algunos expertos:
"Those who have Knowledge, don´t predict. Those who predict, don´t have knowledge"
Lao Tzu, Poeta Chino. Siglo VI a.c.
Nota: Artículo publicado previamente en www.irrationalinvestors.com
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